De los Palacios Nazaríes a los miradores del Albaicín, en busca de los tesoros de Granada
Para celebrar el próximo 16 de noviembre el Día Internacional del Patrimonio Mundial viajamos a esta capital andaluza para visitar las tres joyas que forman parte de esta lista de la Unesco –La Alhambra, el Generalife y el barrio del Albaicín- y, de paso, participar en algunas de las actividades organizadas para la ocasión.
Para empezar esta ruta por Granada habría que situarse en la Plaza Nueva, donde se ha instalado un mapa interactivo del Patrimonio Mundial, y comienza el recorrido más interesante que lleva, en algo más de un kilómetro de subida, desde la cuesta de Gomérez, hasta las puertas de La Alhambra, una de las joyas más extraordinarias de la historia de la humanidad. Y es que pocos lugares sobre la faz de la tierra han sido capaces de inspirar tantos halagos como la que fuera residencia de los reyes de la dinastía nazarita.
Una vez arriba, de lo que hay que disfrutar es de recorrer los Palacios Nazaríes, donde se encuentran las estancias más suntuosas: el Mexuar, el palacio de los Arrayanes y el patio de los Leones. Después, la Alcazaba, el recinto fortificado más antiguo, mandado construir por el primer rey de Granada y defendido por varias torres que se asoman al precipicio de la colina, entre las que la llamada de la Vela es la más emblemática.
Tras contemplar la fachada de El Partal y, a su alrededor, algunas de las torres más importantes del conjunto, como la de la Cautiva y a la de las Infantas, espera el Palacio de Carlos V, levantado por el emperador que quiso hacer de Granada la capital de su imperio, aunque nunca llegó a habitarlo, y que hoy alberga el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes.
Unido a la Alhambra por un sugerente paseo que lleva el nombre de los Cipreses que lo flanquean descansa El Generalife, el segundo de los tesoros de Granada que forman parte del Patrimonio Mundial. Construido como estancia para el descanso de los reyes de Granada y lejos del ajetreo de los Palacios Nazaríes, el Generalife es un remanso de paz, adormecido por el perfume de las flores y el rumor de las aguas de las fuentes, desde cuyos miradores se advierte una de las vistas más evocadoras de Granada, especialmente desde el mirador del Patio de la Acequia.
Eso, en lo alto, porque para admirar desde la distancia el conjunto hay que situarse en el Albaicín, la tercera de las joyas que la Unesco ha inscrito entres sus bienes. Callejuelas estrechas, plazas abiertas a lindos miradores –especialmente el más famoso de la ciudad, el de San Nicolás, a los pies de la iglesia y el aljibe que le da nombre- y cármenes perfumados salpican este barrio en el que todavía se pueden ver restos de la muralla árabe y de sus puertas, como la puerta Elvira, o algún palacete islámico, como la Casa de Zafra, uno de los mejores ejemplos de arquitectura doméstica de la época nazarí en Granada que acaba de ser restaurada y habilitado además como Centro de Interpretación del Albaicín, o el palacio de Dar al-Horra. En perfecta fusión, también algunos de los monumentos civiles y religiosos del renacimiento y el barroco más emblemáticos de Granada, como la iglesia del Salvador, que fue la mezquita mayor del barrio.
Y NO DEJES DE…
Participar en algunas de las actividades que el 16 de noviembre, con motivo del Día Internacional del Patrimonio Mundial se han organizado en la ciudad, y que incluye desde visitas guiadas gratuitas al Palacio de los Olvidados -también conocido como Palacio de Santa Inés y una de las pocas casas aristocráticas del Albaicín que se conservan en perfectas condiciones-, a rutas guiadas por los templos cristianos de este emblemático barrio, por sus miradores o una que descubre cómo era la vida cotidiana en la Granada nazarí. También es posible acercarse al Centro de Artesanía El Gallo para ver cómo trabajan los artesanos del barrio en sus talleres, asistir al teatro en la Casa de las Chirimías, participar en una gimkana tecnológica o acudir a la exposición en el centro cívico Albaicín bajo el título de El Albaicín y la Alhambra se miran, se adivinan.