Tetiaroa, la isla privada de Marlon Brando, un eco-resort de lujo en la Polinesia

Si la madre naturaleza ha bendecido con creces las islas de Polinesia, particularmente generoso ha sido con esta, ante la que el actor cayó rendido. Hoy un hotel ejemplo de preservación ecológica.

por hola.com

"Tetiaroa es hermosa más allá de mi capacidad de describir. Se podría decir que Tetiaroa es la tintura de los Mares del Sur." Marlon Brando se enamoró de la Polinesia Francesa al explorar en 1962 las islas por su película Rebelión a bordo. Y también en el lugar, de su tercera esposa, Tarita Teriipia, la belleza de Tahití que protagonizó junto a él la película. En un esfuerzo por mantener las islas cerca del corazón, Brando trató de comprar su propia porción del paraíso y puso su mirada en este lugar bendecido por la madre naturaleza que desde este verano ejerce como un nuevo y ecológico resort de lujo.

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Tetiaroa forma parte de las Islas de la Sociedad. Un pequeño atolón aislado, a unos 50 kilómetros al noreste de Tahití, formado por una docena de pequeñas islas que rodean una laguna, a la que se llega en avión privado.

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Tetiaroa siempre había sido un lugar muy deseable. Había pertenecido a la familia real de Tahití y posteriormente pasó por las manos de muchos propietarios privados, hasta que en 1966, después de varios intentos fallidos, el actor por fin consiguió el contrato de arrendamiento de 99 años que le concedió la propiedad exclusiva. Con los años, este atolón fue su escondite en el que se refugiaba huyendo de su agitada vida en Hollywood. Un lugar que Brando quiso mantener como un prístino paraíso y que a su muerte, en 2004, sigue siendo ese hábitat sostenible y ecológico con el que soñó. Aquí se preserva la riqueza cultural, la belleza natural y la biodiversidad del entorno.

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The Brando Resort ha abierto sus puertas cuando se conmemora el décimo aniversario de la muerte del actor y acoge 35 villas de lujo construidas al más puro estilo polinesio a lo largo de la costa de Motu Onetahi y ocultas entre la vegetación. Cada uno ha sido cuidadosamente diseñado con mobiliario confortable y servicios de lujo, como una piscina privada. El complejo cuenta además con dos restaurantes gourmet, dos bares, un spa de lujo sobre el agua, y un huerto de frutas y verduras orgánicas.

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