Dubai, Omán, Abu Dhabi… Destinos de ensueño para enlazar navegando
Si estás aburrido de lugares clásicos y te apetece conocer nuevos en auge, apúntate a unas vacaciones este invierno la mar de originales. Costa Cruceros ofrece cruceros con planes insólitos personalizados.
Hay un puñado de ciudades en las que la modernidad y la tradición árabe se unen y apetece descubrir porque están en auge. Tampoco quedan tan lejos, desde Madrid o Barcelona se puede llegar en vuelo directo y son paradas de un crucero que además propone experiencias únicas.
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Dubai es el primero de los destinos. Dubai cautiva por su lujo extravagante, por sus contrastes, porque junto a edificios árabes y el perfil sinuoso del desierto se levanta una arquitectura con sello ocidental, la de los mayores rascacielos del mundo. En Dubai hay que conocer la mezquita de Jumeriah, un magnífico ejemplo de la moderna arquitectura islámica, pero también fotografiar el que pasa por ser el hotel más alto del mundo, el Burj Al Arab; el Burj Khalifa –la estructura más alta construida por el ser humano- y la gigantesca isla artificial The Palm. De modernidad hablan también sus centros comerciales, como el Souk Madinat Jumeira, mientras el contraste lo pone Al Bastakiya, una zona histórica con estrechas callejuelas, casas con patios tradicionales y altas torres de viento que datan de principios del siglo XX y por las que se puede pasear para hacerse una idea de cómo era la zona en el pasado.
No hay que marcharse de Dubai sin apuntarse a vivir una experiencia única, que podría ser hacer un crucero en un dhow (barco árabe tradicional de madera) por la cala de Dubai; sobrevolar la ciudad en un aeroplano o subirse a 4x4 para hacer una excursión por el desierto y, tras contemplar la puesta del sol, acabar el día cenando en un auténtico campamento árabe una barbacoa animada por una exótica bailarina de la danza del vientre bajo un cielo repleto de estrellas.
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La siguiente parada es Omán, en la que pasar varios días descubriendo destinos como Muscat (o Mascate), la capital omaní, y Khasab. En Muscat lo más recomendable es hacer una excursión desde el puerto de Mina Cabos siguiendo la costa para visitar el zoco de Mutrah, una magnífica logia de mercaderes que data del siglo XVIII; pero no hay que dejar de admirar la Gran Mezquita, el palacio de Al Alam o explorar el área de Nizwa, acabando en el fuerte de Jabrin, el más antiguo y probablemente más pintoresco de Omán.
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Pero esta tierra de especias e incienso también ha fascinado desde siempre por sus paisajes extraordinarios, sus exuberantes oasis, sus aldeas donde no parece pasar el tiempo y sus altas montañas rocosas, y la excursión a Wadi A. el Arbeieen, un cañón de altas paredes donde el agua ha creado charcos y piscinas de color verde azulado con transparencias increíbles es un buen testimonio, como también lo es Wadi Dayqah.
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El itinerario continúa en Abu Dhabi, el Manhattan del Golfo Pérsico y capital de los Emiratos Árabes, una ciudad espectacular situada en una península rodeada de más de 200 islas naturales que en sí misma es una obra de arte de la ingeniería. Solo recorrer sus calles ya es un lujo, pero además se pueden vivir en ella experiencias únicas, desde llegar a la isla de Al Maya para contemplar las más de 5000 gacelas arábigas o viajar al futuro en la isla de Saadyat. Otros preferirán sentir la emoción de la Fórmula 1 en el primer parque temático Ferrari del mundo, jugar al golf, visitar la Gran Mezquita del Sheik Zayed, una de las más grandes del mundo, o Al Ain, la ciudad-oasis que antaño fue parada esencial para las caravanas que viajaban entre los Emiratos Árabes Unidos y el Sultanato de Omán para sentir el frescor de sus manantiales y hasta comprar, si alguien se empeña, un camello en un mercado. Planes para todos los gustos.
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Dubai es el primero de los destinos. Dubai cautiva por su lujo extravagante, por sus contrastes, porque junto a edificios árabes y el perfil sinuoso del desierto se levanta una arquitectura con sello ocidental, la de los mayores rascacielos del mundo. En Dubai hay que conocer la mezquita de Jumeriah, un magnífico ejemplo de la moderna arquitectura islámica, pero también fotografiar el que pasa por ser el hotel más alto del mundo, el Burj Al Arab; el Burj Khalifa –la estructura más alta construida por el ser humano- y la gigantesca isla artificial The Palm. De modernidad hablan también sus centros comerciales, como el Souk Madinat Jumeira, mientras el contraste lo pone Al Bastakiya, una zona histórica con estrechas callejuelas, casas con patios tradicionales y altas torres de viento que datan de principios del siglo XX y por las que se puede pasear para hacerse una idea de cómo era la zona en el pasado.
No hay que marcharse de Dubai sin apuntarse a vivir una experiencia única, que podría ser hacer un crucero en un dhow (barco árabe tradicional de madera) por la cala de Dubai; sobrevolar la ciudad en un aeroplano o subirse a 4x4 para hacer una excursión por el desierto y, tras contemplar la puesta del sol, acabar el día cenando en un auténtico campamento árabe una barbacoa animada por una exótica bailarina de la danza del vientre bajo un cielo repleto de estrellas.
La siguiente parada es Omán, en la que pasar varios días descubriendo destinos como Muscat (o Mascate), la capital omaní, y Khasab. En Muscat lo más recomendable es hacer una excursión desde el puerto de Mina Cabos siguiendo la costa para visitar el zoco de Mutrah, una magnífica logia de mercaderes que data del siglo XVIII; pero no hay que dejar de admirar la Gran Mezquita, el palacio de Al Alam o explorar el área de Nizwa, acabando en el fuerte de Jabrin, el más antiguo y probablemente más pintoresco de Omán.
Pero esta tierra de especias e incienso también ha fascinado desde siempre por sus paisajes extraordinarios, sus exuberantes oasis, sus aldeas donde no parece pasar el tiempo y sus altas montañas rocosas, y la excursión a Wadi A. el Arbeieen, un cañón de altas paredes donde el agua ha creado charcos y piscinas de color verde azulado con transparencias increíbles es un buen testimonio, como también lo es Wadi Dayqah.
El itinerario continúa en Abu Dhabi, el Manhattan del Golfo Pérsico y capital de los Emiratos Árabes, una ciudad espectacular situada en una península rodeada de más de 200 islas naturales que en sí misma es una obra de arte de la ingeniería. Solo recorrer sus calles ya es un lujo, pero además se pueden vivir en ella experiencias únicas, desde llegar a la isla de Al Maya para contemplar las más de 5000 gacelas arábigas o viajar al futuro en la isla de Saadyat. Otros preferirán sentir la emoción de la Fórmula 1 en el primer parque temático Ferrari del mundo, jugar al golf, visitar la Gran Mezquita del Sheik Zayed, una de las más grandes del mundo, o Al Ain, la ciudad-oasis que antaño fue parada esencial para las caravanas que viajaban entre los Emiratos Árabes Unidos y el Sultanato de Omán para sentir el frescor de sus manantiales y hasta comprar, si alguien se empeña, un camello en un mercado. Planes para todos los gustos.
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La naviera Costa Cruceros organiza numerosos cruceros por los Emiratos Árabes y Omán de diciembre a marzo a bordo de su barco Costa Serena en los que se pueden vivir todas estas experiencias. Los cruceros tienen una duración de 7 días y un precio de 899 € con las tasas de embarque y la comodidad de los vuelos directos desde Madrid o Barcelona con Emirates ya incluidos, la línea aérea premiada como mejor aerolínea de entretenimiento a bordo del mundo en 2014.