Rumbo a la Patagonia más extrema y virgen
¿Argentina o Chile, qué prefieres? No, no se trata de una final de fútbol, sino de un embarcarte en un crucero de expedición por las tierras del fin del mundo para hacer en la mejor época un viaje de una vez en la vida.
Si tu elección ha sido comenzar y acabar la aventura en el lado argentino, Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, es el punto de partida para navegar por el canal Beagle y entrar a Tierra de Fuego atravesando algunos de los parajes menos conocidos de Patagonia. Caminar por la fría selva patagónica subiendo hasta una cascada de origen glaciar, admirar el imponente paisaje del fiordo Garibaldi desde la proa o desembarcar en el fiordo Pía para hacer una excursión hasta el mirador del glaciar homónimo, cuya lengua principal se extiende desde lo alto del cordón montañoso hasta el mar, son algunas de las experiencias que se pueden vivir a bordo.
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Por el canal Murray y la bahía Nassau se llega al Parque Nacional Cabo de Hornos, declarado Reserva de la Biosfera, y donde alcanzar el mítico cabo de Hornos, un promontorio casi vertical de 425 metros de altura que durante años fue una importante ruta de navegación para los veleros entre los océanos Pacífico y Atlántico y hoy es conocido como el fin del mundo.
Antes de regresar en Ushuaia e imitando a Charles Darwin, que desembarcó en ella en 1833 durante su viaje a bordo del HMS Beagle, espera una sorpresa más, la bahía Wulaia, un sitio histórico por ser uno de los asentamientos más grandes de los nativos canoeros yámanas, una de las etnias más importantes de la Patagonia y que, por su vegetación y geografía, ofrece un espectáculo visual de gran belleza.
Si te has decantado por comenzar el viaje en el lado chileno, Punta Arenas es el punto de partida para adentrarse poco a poco en el estrecho de Magallanes y llegar a los puntos más bellos de Patagonia y Tierra del Fuego.
Navegar con las primeras luces del alba por la bahía Almirantazgo, una de las tres grandes de la isla Rey Jorge, avistar durante una caminata elefantes marinos y cormoranes o adentrarse por el fiordo Parry para apreciar los glaciares que descienden desde el centro de la cordillera Darwin hasta el mar, y, de paso, avistar focos leopardo son experiencias que se pueden vivir a lo largo del crucero.
El itinerario también lleva a las inmediaciones del glaciar Marinelli, en la bahía Ainsworth, en plena cordillera Darwin y dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini, donde se puede ver como resurge la vida después del retiro de los hielos. Y además al glaciar Brookes, a la Isla Magdalena, en cuyo su faro se descubre una inmensa colonia de pingüinos de Magallanes -alrededor de 140.000-, o a la isla Marta para avistar lobos marinos sudamericanos. Colofón a uno de los más remotos y hermosos viajes que se pueden emprender en la vida.
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Cruceros Australis realiza este itinerario de tres noches de septiembre a abril por precios a partir de 885 € por persona, según temporada.