Jesús Castro ‘El Niño’, apasionado de Vejer de la Frontera

El pueblo del nuevo ‘guapo’ del cine español es uno de los más bonitos de Andalucía. Un caserío blanco y de trazado tortuoso que queda a tiro de piedra de algunas de las playas más bonitas del Atlántico gaditano. Ha llegado la hora de descubrirlo.

por hola.com
Fue en su pueblo, Vejer de la Frontera, donde el joven de ojos azules, Jesús Castro fue descubierto para protagonizar su primera película, y es allí donde nos vamos para enseñarte qué tiene este lugar por el que ha declarado sentir pasión. Lo primero que uno se pregunta al llegar es por el extravagante emplazamiento en el que los árabes levantaron la villa. Pero cuando se escucha la historia de que Vejer, como muchos otros pueblos de la costa atlántica gaditana, sufrió el continuo ataque de los piratas siglos atrás, entonces se entiende todo.

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El mar queda a unos cinco kilómetros, pero su aliento se percibe desde todas partes. Vejer es uno de los pueblos más bellos de Andalucía. Lo proclamaron a los cuatro vientos un puñado de notables escritores románticos y ahí sigue. De su belleza dan buena cuenta los restos de su castillo, el dificultoso trazado urbano de su barrio viejo, el teñido de la cal sobre el caserío, las iglesias mudéjares, los palacios señoriales o las plazoletas populares donde aún toman asiento comercios de toda la vida.

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LO QUE NO TE PUEDES PERDER

SUBIR AL CASTILLO ÁRABE
Se localiza en la parte más alta del recinto amurallado, una larga sucesión de murallas que en otro tiempo cerraba a cal y canto el barrio viejo de la localidad y que hoy está flanqueada por cuatro puertas: el Arco de la Segur, de Sancho IV, de la Villa y Puerta Cerrada, y por dos torres: la del Mayorazgo y la de la Corredera. Para contemplar una amplísima vista de la comarca y el océano se puede subir a las almenas desde el patio de armas.

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PASEAR POR LA PLAZUELA
Desde este cruce de caminos se toman las calles más típicas y blancas de la localidad. A un lado de esta populosa ágora se levanta el antiguo convento de San Francisco, convertido en hospedería.

TAPEAR EN LA PLAZA DE ESPAÑA
Conocida popularmente como la de los Pescaítos, la plaza de España, con su fuente de azulejería sevillana, es uno de los lugares con más sabor en Vejer. Está rodeada de casonas solariegas en cuyas plantas bajas abren comercios tradicionales y locales donde degustar vinos y frituras de la comarca. Trafalgar (restaurantetrafalgar.com) es uno de ellos, en su doble vertiente tapería o restaurante. Para una cena romántica a la luz de las velas, un cous cous o un té de hierbabuena y dulces árabes en un antiguo aljibe, El Jardín del Califa (jardin.lacasadelcalifa.com/es).

ENTRAR EN LA IGLESIA DEL DIVINO SALVADOR
Levantada sobre una primitiva mezquita árabe, en su exterior aún resiste el paso de los siglos el minarete andalusí, reconvertido con los años en campanario cristiano. Por dentro predominan dos estilos: el gótico y el mudéjar.

TOMAR LA CALLE DE NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA
Acoge algunas de las casonas señoriales más bellas de la ciudad. Junto al Arco de la Segur y muy próxima queda la del Marqués de Tamarón, a uno de cuyos lados abre sus puertas la Casa de la Cultura, ubicada en un viejo palacete dieciochesco.

DORMIR EN UN ALOJAMIENTO CON ENCANTO
La Casa del Califa
(lacasadelcalifa.com) es un hotelito de 19 habitaciones en una construcción típica ordenada en torno a varios patios y con una decoración islámica muy cuidada. También con encanto, el hotel Vejer (hotelv-vejer.com), en la calle Rosario, un íntimo hotel de 12 habitaciones que ocupa una pensión rural del siglo XVII restaurada con elegancia y vistas espectaculares.

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UN BAÑO EN LA PLAYA DE EL PALMAR
Ahora que todavía hace buen tiempo, hay que darse un baño en la larga y abierta playa de fina arena y aguas transparentes que surge entre los cabos Trafalgar y Roche. Su entorno natural ha contribuido a que esta sea una de las pocas playas vírgenes de la zona.

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