Otras cosas que (sí o sí) también tienes que hacer en Venecia
El Festival de cine es la cita de final del verano en la ciudad de los canales, la que reúne a las ‘celebrities’ más internacionales y la que está en el punto de mira de todos los focos. Pero más allá de la alfombra roja, hay otra Venecia para descubrir. Hemos elaborado una ruta particular de lugares que seguro te gustaría conocer.
Puede que no sea la primera ni la última vez que visitas Venecia, ese opulento decorado en el que sobre un laberinto de canales se suceden palazzis, iglesias y plazas de una monumentalidad que sobrecoge. Una vez recorrido el Gran Canal, vuelto una y otra vez sobre la piazza San Marcos, visitado el Palacio Ducal, subido al Campanile, cruzado el puente Rialto, entrado en la Galería de la Academia y navegado a la isla de la Giudecca, además de a las de Murano y Burano, hay muchas otras cosas que se deben hacer en la Sereníssima, desde probar los cicchetti, las tapas venecianas, a tomarse un Bellini o conocer el último hotel abierto en la ciudad. Aquí van algunas pistas:
UN PASEO IMPRESCINDIBLE
La línea 1 del vaporetto atraviesa todo el Gran Canal, la mejor y más fácil manera de asomarse al exceso casi teatral de los palazzi que se asoman al más ancho y monumental de los canales, y el puente de Rialto. Tras el auténtico festín de la piazza San Marcos, el barco vaga por a isla de la Giudecca y el barrio de Dorsoduro antes de acabar en el animado Campo Santa Margherita.
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DE CICCHETTI (TAPAS) Y SPRITZ
Andare per ombre e cicchetti es lo mismo que ir de tapas, pero en Venecia. El baccalá manteca (tostada de pan untada con pasta de bacalao), las polpetti (albóndigas de carne o arroz sazonadas) o las sarde en saor (sardinas en escabeche con pasas y piñones) son algunas de las más típicas, que se sirven acompañadas de una copa de Prosecco, el vino blanco de la región del Véneto, y, sobre todo, de un típico spritz, elaborado con agua con gas, vino espumoso, paerol y una rodaja de naranja. El mercado del pescado junto al Rialto, cicchetterias como Al Leon d’Oro (alleondoro.com); la Ostaria alla Vedova (Strada Nova, 3912), la Osteria Al Portego (Castello San Lio, 6014) o la Cantina do Mori (San Polo, 429) son buena elección.
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A LA HORA DE COMER
Hay locales auténticos como la trattoria Antiche Carampane (antichecarampane.com), del gusto de los gondoleros, pero gastronomía con mayúsculas es la que se disfruta en la Terrassa del Danieli (terrazzadanieli.com), en Al Covo (ristorantealcovo.com), Quadri (alajmo.it) y en la Osteria Da Fiore (dafiore.net).
PARA PERDERTE
Para observar Venecia desde otra perspectiva, pero también para perderse por su laberinto consagrado a Borges hay que tomar un vaporetto y llegar a la isla que queda justo enfrente de San Marcos, la de San Giorgio Maggiore. El gigantesco jardín-laberinto, inspirado en su famoso relato El jardín de los senderos que se bifurcan, está formado por 3.200 plantas y en él hay que recorrer al menos 1,2 kilómetros para lograr salir del embrollo.
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PARA DORMIR
Asomado al Gran Canal, el antiguo palacio Barrocci, del siglo XIX, donde en otro tiempo se ubicaba el Sant’Angelo, uno de los siete teatros líricos de Venecia, acoge uno de los nuevos hoteles de la ciudad. Renovado en junio de 2014, el NH Palazzo Barocci (nh-hotels.it) presume de elegantes habitaciones de estilo refinado y un delicioso jardín al que se asoman muchas de ellas y donde desayunar o degustar un típico aperitivo veneciano.
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PARA TOMAR UN BELLINI
La Venecia histórica es poco noctívaga, y la que hay se concentra en el barrio de Dorsoduro, aunque para los que quieran alargar la noche es obligatorio acudir al Cips Club del Cipriani a la puesta de sol para degustar un Bellini, el cóctel más famoso de Venecia, creado por el legendario Giuseppe Cipriani, fundador del Harry’s Bar.
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Otra opción es la terraza del Europa Regina (westineuropareginavenice.com). También está la posibilidad de acercarse al Bacaro Jazz (bacarojazz.com), junto al Puente Rialto; al Venize Jazz Club, en el puente dei Pugni, pero, sobre todo, por sus vistas, subir a la terraza de Skyline Rooftop Bar (skylinebarvenice.com), en la Giudecca, en el último piso del hotel Hilton Molino Stucky.
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UN PASEO IMPRESCINDIBLE
La línea 1 del vaporetto atraviesa todo el Gran Canal, la mejor y más fácil manera de asomarse al exceso casi teatral de los palazzi que se asoman al más ancho y monumental de los canales, y el puente de Rialto. Tras el auténtico festín de la piazza San Marcos, el barco vaga por a isla de la Giudecca y el barrio de Dorsoduro antes de acabar en el animado Campo Santa Margherita.
DE CICCHETTI (TAPAS) Y SPRITZ
Andare per ombre e cicchetti es lo mismo que ir de tapas, pero en Venecia. El baccalá manteca (tostada de pan untada con pasta de bacalao), las polpetti (albóndigas de carne o arroz sazonadas) o las sarde en saor (sardinas en escabeche con pasas y piñones) son algunas de las más típicas, que se sirven acompañadas de una copa de Prosecco, el vino blanco de la región del Véneto, y, sobre todo, de un típico spritz, elaborado con agua con gas, vino espumoso, paerol y una rodaja de naranja. El mercado del pescado junto al Rialto, cicchetterias como Al Leon d’Oro (alleondoro.com); la Ostaria alla Vedova (Strada Nova, 3912), la Osteria Al Portego (Castello San Lio, 6014) o la Cantina do Mori (San Polo, 429) son buena elección.
A LA HORA DE COMER
Hay locales auténticos como la trattoria Antiche Carampane (antichecarampane.com), del gusto de los gondoleros, pero gastronomía con mayúsculas es la que se disfruta en la Terrassa del Danieli (terrazzadanieli.com), en Al Covo (ristorantealcovo.com), Quadri (alajmo.it) y en la Osteria Da Fiore (dafiore.net).
PARA PERDERTE
Para observar Venecia desde otra perspectiva, pero también para perderse por su laberinto consagrado a Borges hay que tomar un vaporetto y llegar a la isla que queda justo enfrente de San Marcos, la de San Giorgio Maggiore. El gigantesco jardín-laberinto, inspirado en su famoso relato El jardín de los senderos que se bifurcan, está formado por 3.200 plantas y en él hay que recorrer al menos 1,2 kilómetros para lograr salir del embrollo.
PARA DORMIR
Asomado al Gran Canal, el antiguo palacio Barrocci, del siglo XIX, donde en otro tiempo se ubicaba el Sant’Angelo, uno de los siete teatros líricos de Venecia, acoge uno de los nuevos hoteles de la ciudad. Renovado en junio de 2014, el NH Palazzo Barocci (nh-hotels.it) presume de elegantes habitaciones de estilo refinado y un delicioso jardín al que se asoman muchas de ellas y donde desayunar o degustar un típico aperitivo veneciano.
PARA TOMAR UN BELLINI
La Venecia histórica es poco noctívaga, y la que hay se concentra en el barrio de Dorsoduro, aunque para los que quieran alargar la noche es obligatorio acudir al Cips Club del Cipriani a la puesta de sol para degustar un Bellini, el cóctel más famoso de Venecia, creado por el legendario Giuseppe Cipriani, fundador del Harry’s Bar.
Otra opción es la terraza del Europa Regina (westineuropareginavenice.com). También está la posibilidad de acercarse al Bacaro Jazz (bacarojazz.com), junto al Puente Rialto; al Venize Jazz Club, en el puente dei Pugni, pero, sobre todo, por sus vistas, subir a la terraza de Skyline Rooftop Bar (skylinebarvenice.com), en la Giudecca, en el último piso del hotel Hilton Molino Stucky.