De Audrey Hepburn a Freddy Mercury, dos siglos de glamour en el Lago Lemán
No hay que ser un genio para entender por qué la densidad de famosos por metro cuadrado en este entorno alcanza, desde hace casi dos siglos, niveles inauditos. Te descubrimos qué es lo que ha enamorado a las ‘celebrities’.
La belleza de su Riviera, enmarcada en un fondo alpino y rodeada de viñedos, las ciudades y pueblos encantadores, y unos hoteles que entienden el lujo a la antigua, como debe ser, dan una pista del encanto del Lago Lemán. Si a esto le añadimos un ambiente cultural tan sobresaliente como tolerante, un clima excepcional para Centroeuropa y, todo hay que decirlo, una discreción y fiscalidad muy beneficiosas para las grandes fortunas, la ecuación resulta evidente.
"En el verano de 1816 visitamos Suiza y fuimos vecinos de Lord Byron. Al principio pasábamos nuestras horas agradables en el lago, o vagando por la orilla…". Así explicaba Mary Shelley la concepción de su gran novela, Frankenstein. Varios días de lluvia llevaron al grupo, que comprendía a lo mejor del romanticismo inglés, a superar el encierro con una suerte de concurso de relatos de miedo, y Mary, la mujer del gran poeta inglés, se llevó la palma.
Mary Wollstonecraft aún no estaba casada con su compañero Shelley y Lord Byron había huido de Inglaterra (“loco, malo y peligroso de conocer” dijo su amante de aquella época) con un mono, un pavo real y un perro. Y es que el lago Lemán fue y sigue siendo un refugio ideal para genios en apuros. Desde entonces escritores, músicos, filósofos y hasta pilotos de Fórmula 1 han buscado la inspiración y el reposo a orillas del gran lago suizo. No es de extrañar que Vladimir Nabokov, tras publicar Lolita y suscitar escándalo y royalties a partes iguales, decidiera pasar el resto de su vida en el mítico Hotel Montreux Palace.
Es también en Montreux donde los bancos del paseo hablan, literalmente, de la historia de sus huéspedes ilustres. Una treintena de ellos explican al visitante la vida y obra de personajes tan apasionantes como Chaplin, Rousseau o Victor Hugo, y a partir de junio contarán con una web y una aplicación para smartphones.
Freddie Mercury, el líder del grupo británico Queen, es un ejemplo de enfant terrible atraído por las aguas del lago. Freddie se quedó prendado del Lemán cuando asistió al famoso festival de jazz de Montreux. El que busque sosiego en su alma que venga a Montreux, afirmó. Su amor fue correspondido. Freddie grabó allí el último álbum de Queen, significativamente titulado Made in Heaven y en cuya portada aparecía el lago. Montreux se ha convertido en el mausoleo del gran genio con una estatua en el paseo nunca desprovista de flores depositadas por sus fans. Y desde diciembre de 2013 una exposición, Queen, the studio experience Montreux, conmemora el 40 aniversario del primer single del grupo, que entre 1978 y 1995 grabó siete de sus álbumes en los Mountain Studios de Montreux.
Tras convertirse en icono mundial y ridiculizar el totalitarismo en El Gran Dictador, Charles Chaplin sufrió en los 50 la persecución de McCarthy y su caza de brujas. Charlot no estaba para charlotadas y decidió afincarse en Vevey, una localidad del Lago Lemán famosa también por ser la cuna de la multinacional Nestlé. Le Manoir de Ban, una casa señorial de estilo neoclásico construida en 1840 y rodeada de un extenso parque de 14 hectáreas con árboles centenarios, vio crecer a cuatro de sus hijos y está en proceso de convertirse en un museo dedicado a su vida y obra. De momento su tumba permanece, junto a la de su mujer, en el cementerio de Corsier
Otra estrella que decidió abandonar las veleidades de Hollywood y buscar refugio junto al lago fue Audrey Hepburn. Encontró el lugar ideal en Tolochenaz, junto a la tranquila ciudad costera de Morges, donde se casó y dedicó el resto de su vida a su labor como embajadora de Unicef. En marzo de este año la Fundación Bolle de Morges ha inaugurado una sala dedicada a la actriz, con fotografías que son renovadas periódicamente para mantener vivo el recuerdo de quien sólo quiso ser y lo consiguió una vecina más de la ciudad.
Aunque no todas las personalidades que acudieron al Lemán a pasar el resto de sus días consiguieron la tranquilidad. Isabel de Wittelsbach, Sissi Emperatriz, buscó en el lago y sobre todo en las montañas que lo rodean un remedio para su tuberculosis y un refugio en el que evadirse de los enredos de la corte austriaca, escandalizada por sus ideas liberales. Durante unos años lo consiguió hasta que en 1898, en una visita a Ginebra fue asesinada por un anarquista italiano. Sendas esculturas en los paseos de la ribera del lago en Montreux y en Ginebra recuerdan la presencia de esta mujer excepcional popularizada por la gran Romy Schneider.
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