Siete planes muy apetecibles para viajeros gourmet
De las recetas romanas de Tarraco a Taula o una ruta por el barrio marinero del Serrallo a la Fiesta del Cava de Prades. Aquí tienes un puñado de invitaciones con mucho sabor para ir pensando en una escapada gastronómica (o más) a la Costa Daurada.
SABORES DE LA ANTIGUA ROMA
Los romanos descubrieron las bondades de la Costa Daurada, así que aquí decidieron levantar Tárraco, actualmente la segunda ciudad en importancia por sus restos romanos, después de la misma Roma. Siglos y siglos después, ese sustrato mítico y milenario romano sigue hoy latiendo con fuerza en cada rincón de la ciudad, pero se hace especialmente intenso en el mes de mayo, cuando se celebra -este año del 5 al 25- Tarraco Viva (tarracoviva.com), el festival romano de Tarragona, que presta también una especial atención a la gastronomía. Durante esos días la asociación Tarraco a Taula organiza unas jornadas que permiten degustar las sabores de la antigua Roma. Un viaje en el tiempo a través del paladar donde se recuperan y actualizan recetas de platos romanos y se ofrecen talleres de cocina, catas de vinos romanos, degustaciones y hasta una recreación histórica sobre el comercio del vino.
EL BARRIO DE EL SERRALLO
Como si de un pequeño pueblo de pescadores se tratara, el barrio de El Serrallo es un hito ineludible en la ciudad de Tarragona. No hay periplo culinario que no haga una parada en él. Hilvanar una ruta gastronómica por la veintena de restaurantes que se concentran en sus calles es el mejor modo de conocer su personalidad. Como aquí llegan los productos más frescos del mar, es un referente para degustar desde las ya famosas sardinas, que son sublimes, hasta platos típicos como el arròs rossejat o el romesco de pescado y marisco, ya sea en tabernas y restaurantes tradicionales, como La Puda o A Bordo, o más recientes, como La Balandra o La Taverna del Mar.
DEGUSTACIÓN GASTRONÓMICA EN CAMBRILS
Parece lógico que bendecida por los frutos del Mediterráneo, Cambrils se haya convertido en un referente gastronómico en Cataluña. Y así ha sido, en buena parte también, gracias a la acertada dusión de tradición y modernidad que han logrado sus restaurantes en los últimos años. Can Boch y El Rincón de Diego, ambos con estrella Michelin, y Bresca son algunos referentes muy recomendables.
UNA CATA EN LAS BODEGAS DEL PRIORAT
Desde el pueblo de Falset, capital de la comarca del Priorat, arranca una ruta que discurre por una cincuentena de bodegas visitables enmarcadas en la DOC Priorat y la DO Montsant, un patrimonio que trasciende la mera producción del vino y se extiende a la cultura, la historia y el sabor de esta tierra. La modernista Cooperativa Agrícola Falset-Marçà, enmarcada en las llamadas “catedrales del vino” de la provincia; la bodega Ferrer Bobet; el Celler Cecilio, en Gratallops; la bodega Buil & Giné, entre Gratallops y La Vilella Baixa; y el Cellers de Scala Dei son algunas de las bodegas donde se pueden ver, oler y catar algunos de los mejores vinos de la zona.
DE FIESTA EN FIESTA
En Cambrils, las Jornadas del Romesco, hasta el 11 de mayo, y las del Pescado Azul, del 24 de mayo al 1 de junio; el Gastrotour de Salou, durante todo ese mes; la Quincena Gastronómica del Arrossejat en Calafell; la Fiesta del Atún en Hospitalet de l’Infant, el 25 de mayo; y la del Tomillo en Prades. En junio, la Fiesta del Pulpo de Miami Playa, las cenas bajo los fuegos artificiales en Tarragona o el Encuentro del Romesco, en Santa Colomo del Queralt, son algunas de las invitaciones que en los próximos meses animan a disfrutar de la gastronomía de la Costa Daurada.
VERMÚ, AVELLANAS Y PASTELES EN REUS
Más allá de conocer su casco antiguo -un entramado de callejuelas peatonales con comercios centenarios-, de seguir los pasos al arquitecto Antoni Gaudi o descubrir uno de los legados modernistas más notorios de Cataluña, Reus también tiene excusas gastronómicas para una escapada. Su famoso vermú, que junto a las avellanas, es su producto más afamado, se debe probar en Ferretería, en la plaza de la Farinera, el sitio ideal para hacer una cata de este licor. Después, toca confirmar la gran tradición pastelera de la ciudad en confiterías como Padreny (Hospital, 15-17), famosa por sus panellets y su menjar blanc, el dulce típico de la ciudad, o Poy (Raval de Jesús, 8) donde hacer acopio de xuts (dulces de crema) o la rosa de Reus (galletas de avellana).
FIESTA DEL CAVA DE PRADES
Si hay una fiesta veraniega con solera en el Baix Camp es la que se celebra en esta localidad en el mes de julio y que revoluciona el pueblo. Tanto es así que, durante una noche, de los cuatro caños de la famosa fuente renacentista situada en la plaza Mayor no mana agua, sino un refrescante ¡cava!
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Turismo de Costa Daurada