Menorca al trote, un plan diferente y muy activo para el fin de semana
Con el Mediterráneo siempre en el horizonte, seguimos el Camí de Cavalls, un recorrido que sigue un ancestral trazado de senderos que circunvalan la isla y cuyos tramos sirven hoy para descubrir las maravillas paisajísticas, culturales e históricas de Menorca.
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Un magnífico punto de partida para iniciar las primeras rutas del Camí es la playa de sa Mesquida, cuyo colofón es una de las coordenadas indispensables de Menorca: el Parque Natural de S’Albufera des Grau. Y es que la prístina naturaleza menorquina –declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera desde 1993- no solo se percibe a través de sus calas de aguas transparentes y verdeazuladas, sino también mediante espacios naturales únicos como esta bella laguna de 67 hectáreas protegida por su elevado valor ecológico. Con más de 200 especies animales y vegetales, entre las que destacan colonias de aves como la focha común, el zampullín chico o rapaces como el alimoche, la Albufera de Es Grau es un edén para descubrir sin prisas, especialmente si el recorrido se hace con niños.
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Por supuesto, uno de los principales argumentos de recorrer el Camí de Cavalls es el abrumador elenco de calas y playas que desvela a cada paso. Sin ir más lejos, las rutas que se adentran por el norte de la isla, el reino de la tramontana, llevan a arenales virginales como los de Cavalleria -uno de los rincones más plácidos del litoral septentrional-, el d’Alfurí o cala Pregonda, que hay que disfrutar con la mirada y con un refrescante baño en sus aguas. A un paso de estos enclaves, el puerto de Fornells, centro de deportes náuticos de Menorca y con una torre defensiva construida por los ingleses durante el siglo XIX.
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Las etapas norteñas del Camí no solo desvelan paisajes sublimes, sino también el apasionante pasado de Menorca. Dos de los enclaves más interesantes son el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Sanicera, a un paso del faro de Cavalleria, y la necrópolis de época talayótica (1.500-300 a.C.) situada en los acantilados cercanos a cala Morell. Y, por supuesto, esta parte del recorrido brinda también la oportunidad de, sencillamente, recrearse en los contrastes naturales de la ruta que hilvana Algaiarens y estos impresionantes acantilados de cala Morell.
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Para seguir pulsando el ancestral pasado menorquín la mejor opción es el sur de la isla, con tramos del Camí como el que engarza la playa de Son Bou y Cala en Porter. Aquí el protagonista es el poblado talayótico más grande la isla, la Torre d’en Galmés. Ni que decir tiene que entre las joyas naturales que asoman en las rutas que se adentran en la costa sur de Menorca destaca un elenco de arenales de postal engastados entre los pinos y con un mar de turquesas caribeños. Ahí esperan playas familiares como el de Son Bou y Binissafúller o calas de ensueño como Macarella. Esta última, ensoñación paisajística e icono de Menorca, es el mejor broche de oro al Camí des Cavalls, la mejor postal para la memoria. Sobran los motivos: el centelleo de la arena blanca recortada en el verdor de los pinares y, a unos pasos, un Mediterráneo homérico de turquesas inverosímiles.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Diferentes compañías conectan la Península con Menorca, entre ellas Air Europa [aireuropa.com] y Vueling [vueling.es]. Por mar, Baleària [balearia.com], la única naviera que une la Península desde los puertos de Barcelona, Valencia y Dénia con las islas Baleares además de tener enlaces diarios entre ellas con servicios de ferry y de alta velocidad en función de la ruta. Las conexiones al puerto menorquín de Ciutadella son desde Barcelona y desde Alcúdia [Mallorca].
CUÁNDO IR
Cualquier época es buena para descubrir a caballo la esencia paisajística de Menorca, pero especialmente durante los ‘jaleos’ de Sant Joan en Ciutadella, el 24 de junio, día de San Juan, una fiesta conocida en todo el planeta gracias al protagonismo de los corceles menorquines de pelaje negro azabache danzando entre la multitud.
NO DEJES DE…
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Visitar en Es Mercadal el Centro Artesanal de Menorca [artesaniademenorca.com], donde comprar productos de la marca de garantía Artesanía de Menorca. En Mahón, la destilería del Gin Xoriguer [xoriguer.es] para ver cómo se elabora la ginebra más popular de las Baleares y en Ferreries la finca Hort de Sant Patrici, un referente en el mercado de quesos con Denominación de Origen Mahón-Menorca y también del vino de la isla [santpatrici.com].
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DÓNDE DORMIR
Son Granot [Maó, songranot.com]. Es uno de los alojamientos más especiales de la isla. Y es que las ocho habitaciones y dos suites de esta casa colonial de estilo georgiano disfrutan de una de las panorámicas más excepcionales de la entrada del puerto de Maó y de la fortaleza de la Mola. Por si fuera poco, justo frente a Son Granot arranca el Camí de Cavalls. Sol Milanos Pingüinos [Son Bou, es.melia.com]. Una opción inmejorable, sobre todo si se viaja con niños. Situado frente al arenal de Son Bou, la playa más grande de Menorca, y con la calidad de los hoteles Meliá como garantía, este alojamiento familiar está pensado para que los pequeños disfruten y los padres descansen. Ca Na Xini [Ferreries, santpatrici.com]. Agroturismo en la finca Hort de Sant Patrici, dedicada a la elaboración de queso artesanal. Ocho habitaciones en un palacete de estilo minimalista.
DÓNDE COMER
Ca Na Marga [Fornells, canamarga.com]. Destaca especialmente por sus carnes hechas a la brasa. Vistas espectaculares de Ciudatella. El Mirador [Puerto de Maó, 971 35 81 30]. Deliciosos platos de la cocina mediterránea con productos frescos de primera calidad. Es Cranc [Fornells, 971 37 64 42]. Suculenta cocina mediterránea con pescados y mariscos frescos. Afamada caldereta de langosta. Ses Cotxeries d’Alcaufar Vell [Sant Lluis, alcaufarvell.com]. Cocina mediterránea de platos frescos y equilibrados que se degusta en invierno es un salón de techos abovedados y en verano en el jardín. Productos de la huerta propia de este buen hotel-restaurante.