La ruta del Papa Francisco en su Buenos Aires querido
Cuando acaba de cumplirse el primer año de su pontificado, recorremos la ciudad donde nació, creció, hizo amigos, se formó y encontró su vocación Jorge Mario Bergoglio.
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Desde allí, se llega hasta la casa natal de Jorge Bergoglio, en el número 531 de la calle Membrillar, en la que el Pontífice vivió sus primeros años junto a sus padres y sus cuatro hermanos menores. Y después a la basílica de San Carlos y María Auxiliadora, donde el 25 de diciembre de 1936 fue bautizado.
El Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, en el que cursó sus primeros estudios; la plazoleta Herminia Brumana, lugar habitual de sus juegos infantiles; la Escuela Pedro Antonio Cerviño, donde cursó la primaria; la Vicaría de Flores, en la que fue ordenado Obispo en 1992, y la Escuela Hipólito Yrigoyen, donde obtuvo el título de Técnico Químico, son las siguientes paradas en el itinerario.
El recorrido por Buenos Aires prosigue en el barrio de Villa Devoto, visitando la cárcel en la que solía oficiar las misas del Jueves Santo; el Seminario Metropolitano de Buenos Aires, donde el Papa decidió ser jesuita a la edad de 22 años, y el santuario de la Virgen Desatanudos, cuya imagen fue traída de Alemania en los años 1980 por iniciativa de él y se convirtió en una de las devociones más populares de la ciudad.
Ya en el barrio de San Nicolás está la Plaza Estado del Vaticano, en homenaje al Estado del cual el Papa Francisco es su máxima autoridad. Las siguientes paradas de la ruta llevan a la Catedral Metropolitana, donde ofició misa durante más de 20 años; al Arzobispado de Buenos Aires, lugar de residencia de Jorge Bergoglio hasta su designación como Papa en Roma, a la iglesia y colegio del Salvador (en el barrio de Balvanera), donde fue profesor de Literatura y Psicología en los años sesenta; a la Universidad del Salvador, también fundada por la Compañía de Jesús y de la que Jorge Bergoglio fue su máximo responsable hasta 1975, y a la iglesia Regina Martyrum, a cargo de la Compañía de Jesús.
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De vuelta al centro, en el barrio de Monserrat, muy cerca de la Catedral Metropolitana, hay otros lugares vinculados a la vida del Papa Francisco en su día a día. Aquí está la peluquería Romano, que tuvo a Jorge Bergoglio como cliente durante varios años; el puesto de diarios donde solía buscar su periódico los domingos, la iglesia de San Ignacio de Loyola, construida por los jesuitas y la más antigua de la ciudad, y la iglesia y el convento de San Francisco, santo que tomó como guía y símbolo de su pontificado.
El recorrido sigue por Almagro, barrio apegado a los sentimientos del Papa Francisco, donde se encuentra el Colegio Sagrado Corazón, en el que pasó sus últimos años Martha Pereyra Iraola, a cuyo funeral asistió Jorge Bergoglio, quien años más tarde inició el proceso para su beatificación y canonización. Y también el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, del que el Papa Francisco es seguidor.
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Turismo de Buenos Aires organiza una ruta gratuita en bus de unas tres horas de duración siguiendo los pasos del Papa Francisco todos los sábados, domingos y festivos, con salida en la basílica de San José de Flores. También otras dos a pie por los barrios de Flores y Montserrat.
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