Oslo, la ciudad más cara del mundo en plan barato
Aunque la capital de Noruega lidera el ranking de los destinos turísticos con los precios más altos, hay opciones para viajar a esta ciudad y no volver a casa en bancarrota. Estas son algunas sugerencias muy asequibles.
Oslo ha resultado ser la ciudad más cara del mundo para los turistas, por encima de Zurich, según un estudio que ha comparado a las 49 ciudades que reciben más turistas extranjeros. En el polo opuesto, aparece Sofía, la capital de Bulgaria, que lidera el ranking de los destinos más baratos. Si alguna vez has pensado una escapada a la capital noruega y te has echado atrás por los precios, aquí tienes unas ideas para abaratar tu estancia.
Viajar en transporte público
En Oslo hay una completa red de autobuses, tranvías, metro y trenes que llegan a todos los puntos de la ciudad por un precio asequible. Más sana, la opción de ir caminando o en bicicleta, porque su centro histórico es muy compacto y en él se encuentran las atracciones más importantes. La tarjeta Oslo Pass permite el uso gratuito de todos los medios públicos de transporte, entrada libre a museos y lugares turísticos, aparcamiento libre en todos los aparcamientos municipales de la ciudad y una rebaja sobre paseos guiados.
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Asomarse al fiordo desde la Ópera
El edificio de la Nueva Ópera no solo tiene uno de los escenarios de ópera más espectaculares del mundo, también tiene el techo más visitado de la ciudad, al que se puede subir gratis. Desde su magnífica ubicación en Bjørvika se contempla una de las mejores vistas panorámicas sobre el fiordo de Oslo.
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Pasear por el Jardín Botánico
En el mismo centro de la ciudad se encuentra este oasis de naturaleza, un lugar perfecto para hacer un descanso después de recorrer todas las atracciones de la ciudad mientras se disfruta de sus más 7.500 especies de plantas y 35.000 ejemplares provenientes de diferentes partes del mundo. La Casa Victoria y la Casa de las Palmas son sus dos pincipales atracciones.
Visitar la exposición de Vigeland
Una buena parte de su vida dedicó el escultor Gustav Vigeland a trabajar en las más de 200 esculturas de bronce, granito y hierro forjado que decoran este excepcional parque escultórico situado en el oeste de Oslo y que cada año visitan más de un millón de personas. Imprescindibles, el Monolito, un bloque único de granito de 17 metros de altura y esculpido con 121 figuras humanas desnudas y entrelazadas, y la escultura del niño con rabieta (Sinnataggen), que ilustra postales y recuerdos turísticos.
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Asaltar la fortaleza de Akershus
Esta fortaleza cuyos muros empezaron a levantarse a finales del siglo XIII alberga un castillo convertido en palacio renacentista, varios museos, jardines para desconectar y una altura que brinda unas buenas vistas del fiordo. La entrada es gratis, aunque hay zonas a las que sí se cobra por acceder. Si se tiene suerte y coincide en el mismo recinto también se puede asistir a conciertos, espectáculos de danza y representaciones teatrales.
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Pasar una jornada de museos
El de la Ciudad, el de la Defensa, del Cine, el Intercultural, el Oslo Museum -Workers' museum-, el de Magia Noruego o el de la Aduana. Hay un montón de museos que descubren la historia de la capital noruega desde distintos puntos de vista. Para todos los gustos.
Contemplar Oslo desde el Ekebergparken
En la arbolada e icónica colina donde nació Oslo hace 10.000 años y Edvard Munch situó su más famosa obra, El Grito, se ubica, desde hace solo unos meses, un parque escultórico con obras de Rodin, Dalí, Botero o Bourgeouis. En total 30 esculturas para un parque público que alberga un centro de interpretación y un club donde se ofrecen actividades para niños y donde disfrutar de un paseo y, sobre todo, de las mejores vistas de la ciudad
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Dormir barato
El alojamiento suele consumir gran parte del presupuesto del viaje, pero es posible encontrar algunos lugares asequible en Oslo. Anker (anker-hotel.no), tanto su hotel como su hostal, Louisenberg Guest House (gjestehuset.lovisenberg.no), los tres Thon Hotel (thonhotels.no/astoria) -Astoria, Munch, Spectrum- o el Albergue Central Oslo (hihostels.no/oslo.central) son algunas de las mejores opciones.
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Comer sin arruinarse
Si se busca una comida barata, lo mejor es buscar en las calles de Grønland, Grønlandsleiret y Torggata. Elias mat & sant (facebook.com/CafeElias), Fru Hagen (fruhagen.no) y Dattera til Hagen (dattera.no) son algunas sugerencias para comer a bajo precio platos principales por menos de 150 coronas (unos 18 €).
En barco a la isla de Hovedøya
Justo a las afueras del centro de Oslo se encuentran los bellos bosques de la isla de Hovedøya, a la que se llega con la línea 92 y 93 de barco desde Vippetangen. Además de que parte de la isla es reserva natural, aquí se pueden contemplar las ruinas de un convento cisterciense, unos de los pocos restos medievales que aún permanecen en Oslo.
Practicar esquí de fondo
En los bosques de Oslo hay más de 2.600 kilómetros de pistas preparadas de esquí nórdico, y de ellas 90 iluminadas para hacerlo de noche. Y además son gratis. Gozar de los paisajes nevados en la misma ciudad es todo un privilegio.
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Otros reportajes sobre Oslo:
- Oslo, capital de la paz
- Eurovisión, una animada cita para viajar a Oslo
Y si vas a Noruega no te pierdas:
- Aventura entre hielo y osos polares en las islas Svalbard
- A la caza de las auroras boreales
- Verano bajo el sol de media noche en la costa de Noruega
- Desafía el vértigo en los fiordos de Noruega
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Viajar en transporte público
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Asomarse al fiordo desde la Ópera
El edificio de la Nueva Ópera no solo tiene uno de los escenarios de ópera más espectaculares del mundo, también tiene el techo más visitado de la ciudad, al que se puede subir gratis. Desde su magnífica ubicación en Bjørvika se contempla una de las mejores vistas panorámicas sobre el fiordo de Oslo.
Pasear por el Jardín Botánico
En el mismo centro de la ciudad se encuentra este oasis de naturaleza, un lugar perfecto para hacer un descanso después de recorrer todas las atracciones de la ciudad mientras se disfruta de sus más 7.500 especies de plantas y 35.000 ejemplares provenientes de diferentes partes del mundo. La Casa Victoria y la Casa de las Palmas son sus dos pincipales atracciones.
Visitar la exposición de Vigeland
Una buena parte de su vida dedicó el escultor Gustav Vigeland a trabajar en las más de 200 esculturas de bronce, granito y hierro forjado que decoran este excepcional parque escultórico situado en el oeste de Oslo y que cada año visitan más de un millón de personas. Imprescindibles, el Monolito, un bloque único de granito de 17 metros de altura y esculpido con 121 figuras humanas desnudas y entrelazadas, y la escultura del niño con rabieta (Sinnataggen), que ilustra postales y recuerdos turísticos.
Asaltar la fortaleza de Akershus
Esta fortaleza cuyos muros empezaron a levantarse a finales del siglo XIII alberga un castillo convertido en palacio renacentista, varios museos, jardines para desconectar y una altura que brinda unas buenas vistas del fiordo. La entrada es gratis, aunque hay zonas a las que sí se cobra por acceder. Si se tiene suerte y coincide en el mismo recinto también se puede asistir a conciertos, espectáculos de danza y representaciones teatrales.
Pasar una jornada de museos
El de la Ciudad, el de la Defensa, del Cine, el Intercultural, el Oslo Museum -Workers' museum-, el de Magia Noruego o el de la Aduana. Hay un montón de museos que descubren la historia de la capital noruega desde distintos puntos de vista. Para todos los gustos.
Contemplar Oslo desde el Ekebergparken
En la arbolada e icónica colina donde nació Oslo hace 10.000 años y Edvard Munch situó su más famosa obra, El Grito, se ubica, desde hace solo unos meses, un parque escultórico con obras de Rodin, Dalí, Botero o Bourgeouis. En total 30 esculturas para un parque público que alberga un centro de interpretación y un club donde se ofrecen actividades para niños y donde disfrutar de un paseo y, sobre todo, de las mejores vistas de la ciudad
Dormir barato
El alojamiento suele consumir gran parte del presupuesto del viaje, pero es posible encontrar algunos lugares asequible en Oslo. Anker (anker-hotel.no), tanto su hotel como su hostal, Louisenberg Guest House (gjestehuset.lovisenberg.no), los tres Thon Hotel (thonhotels.no/astoria) -Astoria, Munch, Spectrum- o el Albergue Central Oslo (hihostels.no/oslo.central) son algunas de las mejores opciones.
Comer sin arruinarse
Si se busca una comida barata, lo mejor es buscar en las calles de Grønland, Grønlandsleiret y Torggata. Elias mat & sant (facebook.com/CafeElias), Fru Hagen (fruhagen.no) y Dattera til Hagen (dattera.no) son algunas sugerencias para comer a bajo precio platos principales por menos de 150 coronas (unos 18 €).
En barco a la isla de Hovedøya
Justo a las afueras del centro de Oslo se encuentran los bellos bosques de la isla de Hovedøya, a la que se llega con la línea 92 y 93 de barco desde Vippetangen. Además de que parte de la isla es reserva natural, aquí se pueden contemplar las ruinas de un convento cisterciense, unos de los pocos restos medievales que aún permanecen en Oslo.
Practicar esquí de fondo
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