Días de vino, cava y bodegas con mucho arte esta Navidad

Antes de que llegue la hora de brindar con las campanadas, nada mejor que degustarlos en alguna de las bodegas en las que se elaboran. Las modernistas ‘catedrales del Vino’ de Tarragona son, además, de una sorpresa arquitectónica, el hilo conductor de una deliciosa ruta llena de alicientes culturales, gastronómicos y paisajísticos.

por hola.com

El dramaturgo y poeta catalán Àngel Guimerà hizo un día un alto en el camino en la pequeña población de l'Espluga de Francolí, en la comarca de la Conca de Barberà. Fue entonces cuando, tras contemplar su Bodega Cooperativa, no pudo más que, con beatífica admiración, bautizarla como una “Catedral del Vino”. Efectivamente, en ese celler (bodega) de estilo modernista, en su belleza y funcionalidad arquitectónica, latía el culto (y la cultura) secular del vino.

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Guimerà no era consciente entonces, pero acababa de acuñar una denominación catedralicia para un tipo de edificio especialmente prolífico en las comarcas de la Conca de Barberà, el Priorat y el Alt Camp como consecuencia del auge del cooperativismo agrario en esa zona de Catalunya desde finales del siglo XIX. Ensoñaciones en ladrillo visto, piedra y cerámica en perpetuo juego con la luz de los interiores y sus arcadas. Así son estas bodegas de autor, obras de arquitectos de la talla de Cèsar Martinell, discípulo de Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner o su hijo Pere Domènech i Roura.

Sin duda, por el simbolismo que atesora y su belleza formal, el Celler del Sindicat Agrícola de l’Espluga de Francolí, de 1912, es el mejor punto de partida para esta ruta. Obra de Domènech i Roura e inspiración de Guimerà, esta bodega pionera ejemplifica a la perfección estas obras del modernismo industrial. Merece la pena invertir un rato en la visita de su Museo del Vino, con abundante información sobre el movimiento cooperativista y la arquitectura modernista aplicada a las bodegas.

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No es la única ventaja de convertir la población de L’Espluga de Francolí en el epicentro de la ruta por las catedrales del vino. Otra es optimizar su proximidad a las otras tres joyas modernistas de la Conca de Barberà: la Cooperativa Agrícola de Barberà de la Conca, la Bodega de Sarral y la Cooperativa Agrícola de Rocafort de Queralt. Poniendo rumbo este y con la carretera C-241 como principal artería, el celler de la Cooperativa Agrícola de Barberà de la Conca aparece en todo su esplendor, con su torre del depósito de agua dialogando con el campanario barroco de la población. Construida entre 1920 y 1921 por Cèsar Martinell, la bodega fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional en 2002. El cuerpo principal tiene un plano basilical y los pilares interiores se ramifican formando arcos parabólicos.

El siguiente hito en la ruta siguiendo la C-241 es la Bodega de Sarral. Construida en 1914 por Domènech i Rour, destaca por su magnificencia, con un cuerpo central más alto y unas alas más bajas separadas por hileras de columnas que otorgan una liviana atmósfera al espacio. De su sobrio exterior sobresale la base construida en piedra, las paredes de estuco y la decoración de ladrillos en ventanas y cornisas. Tras su visita, la última ‘catedral’ de la comarca se antoja imprescindible. Y es que la Cooperativa Agrícola de Rocafort de Queralt, construida en 1918, fue el primer edificio de utilización agrícola diseñado por Martinell y, quizás, su obra más emblemática. El edificio presenta unos magníficos arcos apuntados y consta de tres naves.

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Por supuesto, más allá del influjo de L’Espluga de Francolí hay otras catedrales del vino que merecen una visita ineludible. Un claro ejemplo es la bodega de la Cooperativa Agrícola de Falset, población situada al sudeste de la comarca del Priorat de la que es capital. Por si fuera poco, poner rumbo sur hacia Falset permite descubrir paisajes vinícolas de gran belleza, como los que rodean al Real Monasterio de Santa María de Poblet, coordenada esencial en la Ruta del Císter. En otoño, contemplar Poblet desde el mirador de la Pena, enmarcado en los ocres y rojizos de las viñas que lo rodean, es una estampa difícil de olvidar.

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La visita a la bodega de modernista de Falset, construida en 1919 por Martinell no solo permite disfrutar de su gran valor arquitectónico, sino también pulsar el carácter eminentemente vinícola de Falset, así como de las dos denominaciones de origen de la comarca, la DOC Priorat y la DO Montsant, omnipresentes en las vinotecas, restaurantes y bodegas que se arraciman en torno a la cooperativa.

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Por supuesto, aprovechando la proximidad a Falset, bien merece la pena aproximarse a otros escenarios mágicos del Priorat en los que la cultura del vino sigue latiendo con fuerza tras siglos. Ahí está para demostrarlo la cartuja de Santa María de Escaladei, rodeada de viñas, silencio y de la belleza del Parque Natural de la Sierra del Monsant.

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Como broche de oro a la ruta, lo mejor es, desde L’Espluga y tomando la autopista AP-2, poner rumbo hasta la ciudad de Vila-rodona, muy cerca de la ciudad de Valls, patria chica de los castells –torres humanas- y destino gastronómico de primer orden gracias a sus celebérrimos calçots. Ahí se encuentra la Bodega de la Cooperativa de Vila-rodona. Obra de Martinell, su fundación data de 1919. La visita guiada por la bodega no solo descubre las sutilezas en torno a la arquitectura del edificio, sino también la elaboración tradicional del vino y el cava, además de su cata. Así es la ruta por las catedrales del vino, una mixtura de arquitectura, enología, cultura y paisaje.

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir
MASIA DEL CADET [L’Espluga de Francolí, madiadelcadet.com]. Antigua masía del siglo XIV reconvertida en un hotel de 12 habitaciones. Y con un galardonado restaurante.
CLASS VALLS [Valls, hotelclassvalls]. Alejado del centro urbano, este hotel destaca por su diseño moderno, distinguidas habitaciones y servicios, como spa, piscina exterior e interior y restaurante.
MAS CARLONS [Montblanc, mascarlons.com]. Masía rural del siglo XVIII con siete habitaciones de ensueño. Aúna decoración moderna y esencia rústica.
CASTILLO DE RIUDABELLA [Poblet, riudabella.com]. Cinematográfico castillo del siglo XII que ofrece estancias privadas de una y tres habitaciones.

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Dónde comer
CAL COLOM [Montblanc, tel. 977 86 01 53]. Cocina tradicional catalana en un comedor rústico. Cocina a la vista.
ANTIC CAFÉ [Valls, tel. 97761 41 73]. Propuestas innovadoras que hacen hincapié en el mestizaje de sabores.
QUINTAFORCA [Nulles, quintaforca.cat]. Restaurante de referencia en la región con dos propuestas de menú a base de productos de temporada.

No dejes de…
Visitar en Falset el Castillo de los Condes de Prades. Encaramado en lo alto de la villa, actualmente acoge el Castillo del Vino, un magnífico centro de interpretación que ilustra sobre la importancia de la cultura del vino en la comarca, su historia y las particularidades de la tierra a través de vídeos y paneles interactivos.

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