Qué se puede hacer en la playa en el puente de diciembre
Por llevar la contraria a los que solo piensan en ella cuando aprieta el calor, hemos elegido un puñado de playas que en esta época atraen por otras cosas, desde subirse a una tabla de surf y cabalgar sobre sus olas a observar fauna recién llegada de lejanas tierras, encontrar la inspiración en un escenario de película o montar a caballo por sus orillas.
PLAYAS DE ISLA GRACIOSA, PARA HUIR DEL FRÍOEn Canarias siempre hace buen tiempo, así que esta opción es para los que no se resisten a prescindir del sol. Una línea regular de barco lleva desde Órzola, en Lanzarote, hasta Caleta del Sebo, la capital de La Graciosa, la isla más oriental del archipiélago canario. Este islote para viajeros sensibles es una isla llana que no tiene carreteras asfaltadas, por lo que hay que recorrerla a pie, en bici o en taxi todoterreno. Entre sus lugares imprescindibles, la playa de las Conchas, la más bella de la isla, 600 kilómetros de arenas doradas bañadas por un mar turquesa y enmarcadas por el volcán Montaña Bermeja y el islote Montaña Clara. Y también La Francesa, en un paraje virgen, y la pequeña de La Cocina, bajo las faldas de la Montaña Amarilla.
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TORIMBIA, PARA INSPIRARSE EN UN DECORADO DE PELÍCULA
Caminar por Torimbia es recordar a Fernando Fernán-Gómez en El Abuelo, la película dirigida por José Luis Garci basada en la novela de Pérez Galdós, porque fue ante este perfecto decorado natural donde se rodó. Desde lo alto del acantilado se disfruta en toda su extensión de esta concha perfecta, pero una vez descendido el camino que lleva hasta ella, se disfruta de su arena fina y limpia. Una apuesta segura para una escapada de cine que la gran pantalla ha captado para ambientar en ella historias que nos transportan infinidad de emociones.
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EN CABALLO A CALA MACARELLA
Una de las fórmulas más atractivas para conocer las maravillas de Menorca es cabalgar por el Camí de Cavalls, un ancestral trazado de senderos que circunvalan la isla y que han sido recuperados y adaptados para el turismo a través de veinte tramos. Entre las etapas sureñas del Camí que ofrecen paisajes sublimes, el que engarza la playa de Son Bou y cala en Portet, una hermosa sucesión de arenales que postal engastados entre los pinos y con un mar de turquesas caribeños donde esperan playas familiares como la de Son Bou y Binissafúller o calas de ensueño como Macarella, ensoñación paisajística e icono de la isla.
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PARA VER ARTE, LAS PLAYAS DE A CORUÑA
Pocas ciudades pueden presumir de contar con un arenal tan extenso en el mismo centro de la urbe. La playa de Riazor es la más grande, la más frecuentada y, también, la más célebre. Al otro lado del rompeolas que las divide se extiende el Orzán. Más tranquila y abrigada es la de San Amaro, cerca de la torre de Hércules; y pequeña la de As Lapas. Desde cualquiera de ellas en pocos minutos se puede llegar caminando hasta el parque escultórico de la Torre de Hércules, donde diferentes esculturas representan leyendas que han pervivido en torno al faro: la Rosa de los Vientos, el Ara Solis en el recuerdo del culto al sol o Breogán, el caudillo celta fundador de Brigantia.
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BIRDWATCHING DESDE LAS PLAYAS DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA
En la desembocadura del río Guadalquivir y rodeada de inmensos espacios naturales, Sanlúcar de Barrameda espera a los que quieren disfrutar de la naturaleza en estado puro. Entre su puñado de playas -la Calzada, las Piletas, la Jara, la del Coto-, la de Bajo de Guía es un lugar para pasear por su arena fina y dorada, para tomar el sol, pero también es punto de partida de un crucero fluvial que lleva a descubrir la fauna del Parque Nacional de Doñana. El buque Real Fernando se adentra en este espacio natural y realiza un recorrido con paradas en el poblado de La Plancha y en el observatorio de las Salinas, zonas de estancia de innumerables aves acuáticas.
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LAIDA, PARA VER A LOS 'LOCOS' DEL SURF
La ola de Mundaka que rompe en la playa de Laida, un abrigado arenal de un centenar de metros situado en la ría de Urdaibai, resulta perfecta para los surfistas uno de cada tres días. Por algo es una de las diez mejores olas de izquierda del mundo y la mejor del continente europeo. Aunque se contempla en invierno, los aficionados a este deporte comienzan a llegar en otoño a este encantador pueblo marinero incluido en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, cuando el Cantábrico empieza a mostrar su indómita belleza. Además de las panorámicas que brinda el pueblo sobre la ría, con el cabo Ogoño y la isla de Izaro frente a la bocana, el entorno no hay que dejar de conocer pueblos cargados de historia como Gernika, de orgullo pescador como Bermeo o de excepcional belleza como Elantxobe.
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Y si no te apetece playa, y prefieres este puente de diciembre ir de ruta por pueblos que saben a vino:
Cinco pueblos con 'bouquet'
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