De paseo (y fiesta) por Potes con Eduardo Noriega
Una escapada a la capital de la comarca de Liébana para descubrir esta villa con tanta historia como sabor y encanto rural que ha elegido al actor cántabro como protagonista de su Fiesta del Orujo.
Estando como está en una encrucijada de caminos era fácil que Potes se convirtiera en un importante centro turístico. Y así es desde hace siglos. Por aquí pasan los que se dirigen a las majestuosas cumbres de los Picos de Europa, accesibles desde el teleférico de Fuente Dé; los que se adentran desde la costa por el desfiladero de La Hermida, una garganta de paredes apretadas que se extiende a lo largo de 20 kilómetros; los que peregrinan al monasterio de Santo Toribio de Liébana, que alberga la reliquia del Lignum Crucis, el mayor fragmento conservado de la Cruz de Cristo, traída desde Tierra Santa por el obispo Toribio de Astorga; o los que van en busca de joyas artísticas como la iglesia de Santa María de Lebeña, el mejor ejemplo de arte mozárabe de Cantabria.
Pero más allá de lo que está a su alrededor, Potes es una villa con mucho encanto que estos días anima a una escapada de la mano de Eduardo Noriega durante su Fiesta del Orujo. Cántabro, de Santander, el segundo fin de semana de noviembre el protagonista de Tesis y Abre los Ojos regresará a su tierra para recibir el galardón de Orujero Mayor 2013, el principal acto de este festejo de interés turístico que rinde homenaje al tradicional aguardiente que se elabora en la zona.
La que en tiempos de los romanos fue bautizada con el nombre de Pontes, debido a los numerosos puentes que cruzan los dos ríos que aquí confluyen: el Quiviesa y el Deva, hoy es una localidad más accesible y cercana de lo que fue en épocas pasadas, especialmente en el siglo VIII, cuando numerosos monjes lo convirtieron en lugar de retiro y comenzaron a surgir monasterios en sus alrededores.
La carretera que cruza de norte a sur esta villa de montaña en dirección a Fuente Dé ofrece su estampa más turística, plagada de comercios donde comprar los afamados quesos y orujos de la zona. Pero tras ella, se descubre un conjunto histórico artístico con casas de recios aleros y sólidos muros de piedra, otras con más historia, bonitas plazas, y restaurantes y bares donde probar el sabroso cocido lebaniego, la especialidad de la comarca.
El edificio más llamativo de Potes es la Torre del Infantado, superviviente de mil y una disputas de las luchas por Liébana, y junto a ella la iglesia de San Vicente, pero es su barrio antiguo de La Solana, en la parte alta, cuyas calles empedradas de claro sabor popular y rincones pintorescos se extienden a uno y otro lado del puente de San Cayetano, y el de El Sol los que guardan la esencia de un pueblo encantador.
DÓNDE DORMIR Y COMER
En Potes:
Valdecoro (hotelvaldecoro.com). Hotel ubicado en un edificio de piedra y madera remodelado en 2008, con habitaciones sencillas y bien equipadas. Su restaurante Paco Wences ofrece sabrosas recetas regionales.
En Cosgaya:
Hotel del Oso (hoteldeloso.com). La familia Rivas González abrió hace más de 40 años junto al río Deva este hotel-restaurante de cocina tradicional convertido hoy en un referente en el valle de Liébana. Dos construcciones montañesas acogen el alojamiento, mientras en su comedor el cocido lebaniego es el rey de la mesa.
En Fuente Dé:
Parador de Fuente Dé (parador.es). Construcción de montaña junto a la base del teleférico que sube al mirador de Áliva. Cocina tradicional cántabra en su restaurante.
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