Alcalá de Henares, la inspiración de Cervantes

Una escapada por los lugares de su hijo más ilustre en esta monumental ciudad del saber.

por hola.com

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Y vino a ser que en un lugar de Alcalá nació “el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre, el regocijo de las musas”. Desde aquel 29 de septiembre de 1547, la gran ciudad complutense quedaría para siempre unida al nombre más importante de las letras castellanas, Miguel de Cervantes Saavedra. Este lugar es hoy el Museo Casa Natal de Cervantes, primero de los hitos de un itinerario que se extiende desde poco más allá de la plaza de Cervantes, cómo no, dedicada a su ilustre hijo, y la de los Santos Niños, donde se levanta la catedral, un cogollo que la Unesco ha tenido acierto de declarar Patrimonio de la Humanidad.

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Nada resulta más fácil que encontrar esta casa, primero, porque abre sus puertas en la calle Mayor, la más viva y transitada de la ciudad, además de la soportalada más larga de España. Es en ella donde los alcalaínos tienen a bien el hábito del paseo, comprar en sus comercios o sentarse en una de esas terracitas degustando unas tapas, que en Alcalá tienen merecida fama de ser de aúpa. Pero lo es, sobre todo, porque delante de ella, Don Quijote y Sancho Panza, sentados en un banco de piedra, parecen invitar a entrar a todo el que pasa, después, eso sí, de quedar retratados junto a ellos.

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Tras cruzar un pequeño jardín, la vivienda, con dos plantas y articulada en torno a un patio central con pozo, recrea la vida de una familia acomodada del siglo XVI, porque la de Cervantes lo era, aunque luego se viniera a menos. En el piso inferior, las estancias comunes: la sala de recibir, la de espera -donde el padre del escritor, un cirujano sangrador de nombre Rodrigo atendía a sus pacientes-, el comedor, la cocina o el estrado de las damas; en la superior, los dormitorios, otra dedicada al Retablo de Maese Pedro, que recrea un episodio del Quijote, y, la más grande, a la exposición de obras de Cervantes en lenguas de todo el mundo, entre las que se puede ver desde una edición de su gran obra en latín macarrónico a otra ilustrada por Dalí.

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Nada más salir hay que fijarse en la casa que hace esquina con la calle de la Imagen, porque una placa en bronce recuerda que ésta es la llamada de la Calzonera, que fue propiedad de Juan de Cervantes, tío del escritor, donde éste se alojaba en sus frecuentes visitas a Alcalá tras haber vendido la suya, y que, a juzgar por su tamaño, gozaba de mejor situación económica que la de la familia de su sobrino. Junto a ella, la de otro alcalaíno de postín, Manuel Azaña, y adosado a ésta, el convento de las Carmelitas Descalzas de la Imagen; fundado por Santa Teresa de Jesús, en él Luisa de Belén –hermana del escritor- llegó a ejercer como abadesa en tres ocasiones y fue también aquí donde murió. Hoy solo una treintena de monjas se refugian tras sus muros.

Pegado al otro lateral del museo queda el Hospital de Antezana, en el que Rodrigo de Cervantes ejercía la medicina. Nació como hospital para pobres con solo 11 camas en 1483 y hoy la institución, aún en funcionamiento, sigue sustentándose gracias a la caridad. El Hospitalillo tiene un patio típico y una pequeña iglesia en la que una imagen recuerda a San Ignacio del Loyola, que en 1526 trabajó en esta casa como cocinero a cambio de acomodo.

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Tras dejar a la izquierda el Corral de la Sinagoga, donde estuvo la más pequeña de las dos que tuvo el barrio judío, se llega a la plaza de Cervantes, punto de encuentro de todas las celebraciones importantes en la ciudad. Desde su pedestal, en el mismo centro, el autor del Quijote parece controlarlo todo. De un vistazo, los soportales en dos de sus lados, a un lado el Corral de Comedias –el más antiguo de Europa, del siglo XVII-; a otro, el Círculo de Contribuyentes, del XIX; y detrás, el quiosco y lo que queda de la antigua parroquia de Santa María, en la que Cervantes recibió un 9 de octubre las aguas bautismales y cuya partida se conserva en el consistorio complutense, que, cómo no, también se ve aquí al lado.

Y lo que queda de este templo es la solitaria Torre, a la que bien merece subir a lo más alto para admirar la panorámica del conjunto, y las capillas de los laterales, convertidas en el centro de interpretación ‘Los Universos de Cervantes’. En la del Oidor se guarda, tras su bellísimo arco de yesería mudéjar, una reproducción de la pila en la que el Bachiller Serrano hizo cristiano al escritor, con pedazos de la original que fue destruida.

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Pero el nombre de Cervantes resuena también cada año, muy cerquita de aquí, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, cuando se entrega el premio que lleva su nombre al mejor autor en lengua española; o en la calle Libreros, donde estuvo la imprenta en la que vio la luz la primera novela del autor del Quijote, La Galatea, o, en la calle Colegios, el que fue de Teólogos de la Madre de Dios, donde se aprobó la fe de erratas de la primera parte del Quijote. Su huella parece no tener fin.

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir

Parador de Turismo
[parador.es]. Arquitectura con mayúsculas y muy original en el antiguo Colegio-Convento de dominicos de Santo Tomás de Aquino, que forma parte del conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad. El espectacular spa ocupa la capilla del convento.
Rafaelhoteles Forum Alcalá [rafaelhoteles.com]. Modernas instalaciones a dos pasos del centro histórico. Habitaciones de línea actual con todas las comodidades.
Hospedería La Tercia [latercia.com]. Siete coquetas habitaciones en el antiguo colegio de los Seises o de los Infantes, de 1702, junto a la catedral.

Dónde comer

Hostería del Estudiante
[Colegios, 3]. Antiguo colegio menor de San Jerónimo, asomado al Patio Trilingüe de la Universidad de Alcalá de Henares.Cocina tradicional con alusiones a la cocina cervantina.
Sidrería Sagasti [laesquinacomplutense.com]. Cocina tradicional y casera de referencias vascas, elaborada con mimo, paciencia y buen hacer;
La Cúpula [lacupularestaurante.com]. Un marco único, el del antiguo convento de los capuchinos donde disfrutar de una deliciosa cocina tradicional castellana