Por los caminos del Ribeiro en Galicia

Una escapada a la comarca orensana del Ribeiro para descubrir la minúscula aldea de Pazos de Arenteiro, donde la nobleza del vino, los buscadores de plata y hasta la Orden de Malta han marcado su vida.

por hola.com
Pazos de Arenteiro parece sacudirse el sueño cuando los visitantes se acercan a recorrer sus calles empedradas, flanqueadas por las residencias señoriales que le dan nombre. Y es que profundo es el reposo de esta aldea casi escondida en el valle del río Arenteiro, entre laderas de vides, pinares y robles. A lo largo de su historia, esta localidad de la comarca orensana de O Carballiño, en plena ruta del Ribeiro, ha conocido una y otra vez el esplendor y la caída, el auge y el ostracismo. Los gobernadores de la plata o argentarios le dieron su segundo nombre y llegaron a la aldea con un único fin: extraer del río Arenteiro el preciado metal que se dice que arrastraban sus aguas.

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La nobleza del vino se afincó allí a finales del Renacimiento y gracias a la riqueza que generaron los caldos del Ribeiro se construyeron numerosas casas blasonadas que todavía se contemplan hoy con asombro. Mientras los caballeros de Malta fueron auténticos señores de la villa recaudaron impuestos y gestionaron sus asuntos. A principios del siglo XXI, diversos proyectos gubernamentales buscaron convertir Pazos de Arenteiro en aldea turística. Argentarios, nobleza, caballeros de Malta, ayuntamientos. Todos ellos pasaron por aquí y se fueron, consumidos por el paso del tiempo o la desidia. Por eso, cuando uno llega a la aldea la encuentra silenciosa, recogida, tremendamente hermosa en su sencillez de piedra.

Al visitante lo reciben la Casa de Arriba, Casa y Granja de O Mato, Pazo da Encomenda (antigua propiedad de la Orden de Malta), Casa do Ouro, Pazo de Cervela, Pazo de Feixóo, Pazo do Currelo, Pazo dos Tizón y Pazo de Laxas. En la parte más elevada del núcleo urbano, la Casa de Arriba, enorme y abandonada, destaca por sus tres chimeneas labradas que guardan una curiosa historia: en sus orígenes fueron cuatro las que coronaban este sobrio edificio, pero hubo que derruir una para cumplir la normativa que prohibía que cualquier casa tuviese más chimeneas que el Palacio Real.

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El pazo de la familia Cervela, por su parte, sigue guardando la memoria del que fue el más importante linaje de la comarca, mientras que el Pazo da Encomenda acoge hoy un alojamiento de turismo rural. Conviene acercarse también a la casa del médico, situada al lado del río y cuyo jardín, deteriorado por el paso del tiempo, mantiene un halo de romanticismo y hermosa decrepitud. La mayoría de estos edificios fueron erigidos en la etapa de mayor esplendor de la aldea, entre los siglos XVI y XVII. Algunos de ellos cuentan con bodega propia, y otros incluyen capillas y hórreos.

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Durante la Edad Media, Pazos de Arenteiro se convirtió en una de las principales encrucijadas que conducían desde el interior de Galicia a la costa y a Santiago de Compostela. Declarada conjunto histórico-artístico en 1973, sus menos de cien vecinos no han conocido épocas tan bulliciosas. El centro de la aldea es hoy la iglesia de San Salvador, vinculada a la Orden de Malta, románica del siglo XIII, que pertenecía a un antiguo monasterio. En su interior se pueden contemplar un retablo renacentista y los sepulcros de quienes ganaban el descanso eterno bajo su suelo tras haber pagado cierta cantidad en vino.

Una visita a Pazos de Arenteiro sería incompleta sin dejarse seducir por su entorno, de árboles tan monumentales como el propio conjunto de pazos, y festoneado por puentes que encierran historias centenarias. Casi a las puertas de la aldea, A ponte da Cruz es el más antiguo. Desde aquí puede recorrerse el sendero que conduce hasta el Pozo dos fumes, una ruta de senderismo entre potentes cascadas y ejemplo de la naturaleza gallega en estado puro. Quienes tengan todavía más ganas de caminar, pueden tomar el sendero de poco más de once kilómetros que une O Carballiño con Pazos de Arenteiro y continúa hacia la villa medieval de Ribadavia, otro de los núcleos con más historia de la zona.

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Al alejarse, la aldea queda en el fondo del valle, acurrucada sobre sí misma, hermosa y quizás pensativa, preguntándose cuándo volverán los tiempos de esplendor. Mientras, sigue esperando al visitante que la arranque de sus sueños para contarle su hidalgo pasado.


GUÍA PRÁCTICA

Cuándo ir
En verano. Es en esta época cuando se puede hacer coincidir el viaje con dos importantes festividades en la cercana Ribadavia: la fiesta del vino del Ribeiro, en julio, y la Festa da Istoria, que retrotrae la villa a su pasado medieval.

Dónde dormir
En Pazo da Encomenda, una antigua casa rectoral que combina la piedra tradicional con elementos decorativos de vanguardia, y en Viña Meín, en el lugar de Meín, un pazo del siglo XVIII con viñedo.

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Dónde comer
A 20 kilómetros de Pazos de Arenteiro, en Arman (O Cotiño, San Andrés. Ribadavia), que combina productos tradicionales de la zona con sabores y texturas más novedosos. Y en Os Cunqueiros (Ribadavia), un local familiar con especialidad en anguilas.

Más información
Turismo de Galicia, turgalicia.com.

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Y como plus, no te pierdas el espectacular reportaje sobre Ribadavia que publicamos este año en el especial HOLA VIAJES 2013. Una completa guía con todos los sitios que no te puedes perder, consejos para tu visita y todo lo imprescindible para viajar a esta localidad segoviana.

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