Pistas para urbanitas en la región de Friburgo
Desde subir los 365 escalones que llevan a la torre de la catedral gótica de Friburgo o viajar en el tiempo en el castillo de Gruyères a caminar por el adarve de la muralla de Murten. Aquí tienes algunas sugerencias imprescindibles para descubrir la cara más urbana de esta región suiza.
La ciudad de Friburgo es el primero de los puntos cardinales de este itinerario, que tiene su continuación después en Gruyères y Murten. Friburgo seduce por sus tesoros góticos, su alta gastronomía, pero también por los encantos de su casco histórico medieval, la pluralidad de sus culturas, la vida cultural que le aporta su universidad y sus puentes que aúnan los mundos germánico y latino.
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Para empezar conviene captar toda la belleza de Friburgo de un vistazo, así que la mejor manera de hacerlo es subiendo los 365 peldaños de escalera que llevan al balcón de la torre de su catedral de San Nicolás, una verdadera joya gótica construida sobre un promontorio rocoso que se alza a orillas del río Sarine. Una vez abajo, lo que toca es seguir descubriendo su encantadora ciudad medieval, decorada con bellas fachadas, fuentes, puentes e iglesias. Para admirar el mejor panorama del conjunto hay que tomar altura y llegar hasta la capilla de Loreto, un espléndido mirador sobre el casco antiguo.
Para los que buscan planes culturales, el Espacio Jean Tinguely-Niki de Saint Phalle es una buena opción. Se trata de un homenaje a dos personajes que marcaron profundamente la vida cultural y artística de Friburgo durante la segunda mitad del siglo XX. Y para los amantes de los museos, dos muy atractivos son el de la Marioneta y la Fundación del Ferrocarril de Kaeserberg.
Al aire libre se puede disfrutar de un paseo por el Jardín Botánico o, para amantes del golf, jugar unos palos en el circuito trazado en el mismísimo casco antiguo, la manera más lúdica y a la vez deportiva de descubrir la ciudad desde otro punto de vista.
Gruyères es un lugar para recorrer a pie y así deleitarse con su arquitectura medieval y sus museos, pero, sobre todo, para despertar los sentidos, para empezar con la especialidad local: la fondue moitié- moitié. Después de la visita al castillo, un viaje a través de ocho siglos de historia y cultura amenizado con un espectáculo multimedia impactante y exposiciones regularmente renovadas, hay que entrar en La Maison du Gruyère, a los pies del castillo, para ver cómo se fabrica de modo tradicional el afamado queso al que la ciudad ha regalado su nombre. Y seguidamente a la fábrica de chocolate de La Maison Cailler, donde gracias a un recorrido interactivo, uno puede conocer el proceso de fabricación, la historia del chocolate Cailler en el centro mismo de la fábrica de Broc y, lo mejor, degustar auténticas delicatessen de mil formas y sabores.
Murten, el tercer punto cardinal de la ruta, tiene sus propios encantos, como su lago, el viñedo del monte Vully, la reserva natural de la Grande Cariçaie, las numerosas pistas señalizadas para bicicleta, un montón de especialidades culinarias y también una ciudad medieval, fundada por los Zaehringen, que ha sabido guardar su carácter pintoresco y unas murallas casi intactas -con un camino de ronda practicable- que son únicas en Suiza.
Para acabar lo más recomendable es un crucero por el lago de Murten. Hacer una excursión al ritmo del agua y disfrute de un partido de voley playa en un ambiente inigualable es la guinda a este periplo urbano por la región de Friburgo.
GUÍA PRÁCTICA
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Restaurantes en Murten
Más información
Región de Friburgo, Turismo de Friburgo, Turismo de Gruyère, Turismo de Murten.
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