Woody Allen también vive enamorado de Venecia
Si tienes pensada una escapada a la ciudad de los canales, te descubrimos los lugares favoritos del genial director, aquellos en los que ha rodado, ha tocado con su banda o el elegido para celebrar su boda secreta.
Woody Allen –¡sí, también él!– ha saboreado los célebres Bellinis del famosísimo Harry’s Bar de Venecia y las prohibitivas especialidades del Café Quadri de la Piazza San Marco; ha elegido las despampanantes vistas al Gran Canal que despacha el Hotel Gritti Palace tanto para rodar algunas escenas de su Todos dicen I love you como para alojarse él mismo, y hasta ha ofrecido con su grupo, la New Orleáns Jazz Band, un concierto en el resurgido de sus cenizas Teatro de La Fenice. El vínculo del genial director neoyorkino con la ciudad de los canales es tan íntimo que incluso se decantó por su Palazzo Cavalli para celebrar su boda secreta con Soon-Yi, con paseo en góndola incluido al final de la ceremonia. Además de muchos otros grandes restaurantes venecianos, dicen que uno de sus favoritos es Ai Gondolieri, a pasos escasos de la Collezione Peggy Guggenheim y la Galleria dell'Accademia.
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El Gran Canal
Indescriptible la impresión de surcar por primera vez las aguas del más ancho de los canales venecianos, flanqueado de iglesias y espléndidos palazzos de todos los estilos a lo largo de sus cuatro kilómetros. El vaporetto Nº1 hace el mejor recorrido y, si hubiera tiempo, convendría navegarlo de día y repetir a la noche para admirar su momentalidad sutilmente iluminada, con menos ajetreo turístico y si cabe más bella.
La Piazza San Marco
El salón más bello de Europa, con estas palabras piropeó Napoleón a la gran plaza de Venecia, más evocadora si cabe de noche, sin las hordas de visitantes que la abarrotan durante el día.
La Basílica de San Marco
Si su exterior adornado de cúpulas es simplemente soberbio, su interior, forrado de mosaicos dorados en un estilo de lo más oriental no se queda a la zaga.
El Palazzo Ducale
Fue la residencia de los doges que gobernaron la Serenissima Repubblica di Venezia. Está conectado por el archifotografiado Puente de los Suspiros a los calabozos de I Piombi, cuyo más ilustre huésped fue el mismísimo Casanova.
Las vistas desde Il Campanile
Un ascensor lleva a lo alto del campanario, desde el que admirar una panorámica que enamora sobre toda la Piazza San Marco y las cúpulas de la Basílica.
El Ponte di Rialto
El más antiguo y monumental de los puentes que atraviesan el Gran Canal. En sus inmediaciones puede visitarse un mercado lleno de color, tomar unas tapas o cicchetti en tabernas centenarias o admirar las vistas –preciosas también de noche– sobre el canal y los embarcaderos de góndolas.
La Giudecca
Bellísima y muy monumental isla a tiro de piedra de San Marco, perfecta para escapar unas horas del bullicio turístico.
Murano y Burano
La primera de estas dos preciosas islas es famosa por su cristal, con posibilidad de asistir a demostraciones de soplado en grandes negocios y también en pequeños y más escondidos talleres artesanales. Burano es mucho menos visitada y todavía más encantadora. Ambas están cerca, por lo que se pueden combinar fácilmente en un viaje en vaporetto.
Galerie dell’Accademia
El museo alberga la más rica colección de pintura veneciana, con obras de Bellini, Carpaccio, Giorgione, Veronese, Tintoretto y Tiziano o Tiepolo y los vedutisti Canaletto, Guardi, Bellotto y Longhi.
Un paseo en góndola
En realidad es tan turístico que los pocos amigos de los tópicos harán bien en ahorrárselo, aunque indudablemente se trata de uno de los iconos venecianos.
Más información
Turismo de Italia en España y Turismo de Venecia.
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