De los catorce picos por encima de los 8.000 metros que adornan la faz de la Tierra, ocho se encuentran dentro de las fronteras de Nepal, un país encajonado en la cordillera del Himalaya en el que las montañas se consideran sagradas y que, con toda justicia, es conocido como el Techo del Mundo.

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Sus cimas y nieves eternas son su mejor carta de presentación, aunque Nepal también atesora una inmensa cultura en sus ciudades y en los monasterios hinduistas y las estupas budistas que salpican muchos de los poblados que se atraviesan durante los trekkings más habituales. Igualmente su gran diversidad de paisajes va engarzando, hasta llegar a los del alta montaña, escenarios de junglas donde todavía habitan rinocerontes y tigres, hondonadas jalonadas por caudalosísimos ríos por los que practicar rafting, y bosques de rododendros, arrozales dispuestos en terrazas o bucólicos valles en los que moran distintos grupos étnicos muy apegados todavía hoy a sus costumbres.

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El Everest, con sus 8.848 metros y el honor de ser la cumbre más alta del planeta, suena en el imaginario colectivo como el objetivo a abordar cuando se trata de culminar una experiencia única, aunque sería un error reducir la grandiosidad de todos estos paisajes a una mera cifra, o un récord, porque cualquiera de los trekkings que pueden emprenderse por estas geografías merecen, todos, ser paladeados con emoción y respeto. Cada uno, además, habrá de elegirse en función de la forma física de cada cual y de sus prioridades viajeras, porque dentro de este territorio de superlativos hay espacio e infraestructura de sobra para emprender una ruta de gran dificultad y altitud de hasta más de un mes de duración, pero también con acercamientos menos ambiciosos a las montañas más poderosas de la tierra, aptos a personas que no hayan hecho antes un trekking y que únicamente cuenten con una razonable buena forma física. Y, entre ambos extremos, se dan mil y una posibilidad de itinerarios y formas de abordar el trekking por las que decidirse.

Llegarse hasta la cima del Everest sí es una experiencia reservada para deportistas de altura, aunque arrimarse hasta su Campamento Base constituye uno de los trekkings más solicitados por estas latitudes. Desde la segunda ciudad del país, Pokhara, arrancan los trekkings que le siguen en popularidad y que se fijan como objetivo el macizo de los Annapurna, con caminatas de muy diversa duración para rodear algunas de sus montañas. En estas dos zonas principales abundan los lodges y casas de té en los que hacer noche, que van siendo más escasos en zonas más remotas por las que emprender un trekking, como Manaslu, Kanchenjunga, Humla, Dolpo o el reino de Mustang.

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar
Qatar Airways, con solo una escala, en Doha, es una de las mejores conexiones entre Madrid y Katmandú. En Nepal hay una gran infraestructura de agencias para organizar todo tipo de trekkings, como Kathmandu Travels & Tours. Si se prefiere llevar todo contratado desde España se puede contactar con agencias especializadas como Trekking y Aventura.

Dónde dormir
En el Dwarika’s Hotel de Katmandú, probablemente el alojamiento con más encanto del país, en un edificio histórico en el que han hecho celebridades como Richard Gere a su paso por Nepal, o en el The Dwarika's Himalayan Shangri-La Village Resort, aislado entre un bosque de pinos, manzanos y rododentros, a una media hora de Dhulikhel y algo más de Katmandú. En Pokhara, en los exquisitos Shangri-la Village y Fulbari Resort.

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Dónde comer
En el restaurante Krishnarpan del hotel Dwarika, considerado el mejor restaurante nepalí del mundo, con menús degustación de hasta 22 platos.

Cuándo ir
Entre octubre y abril, teniendo en cuenta que los meses de diciembre y enero son muy fríos.

Más información
Turismo de Nepal

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-El encanto de Katmandú, con sus barrios antiguos, sus mercados, sus pagodas y templos hinduistas y budistas, así como la ciudad, muy bien conservada, de Bhaktapur; el lugar de nacimiento de Buda, Lumbini, y el parque nacional de Chitwan, en el que todavía habitan tigres y rinocerontes, o el de Sagarmatha, donde se encuentra el Everest.

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-La posibilidad de participar en los vuelos panorámicos que, desde distintos puntos, permiten avistar las cimas de los Himalayas.
-Otras actividades, además del trekking, como el rafting, la bicicleta de montaña y hasta los vuelos en parapente o ultra-liger.

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