Rumbo a Groenlandia, una tierra blanca y verde
Navegamos en un crucero de exploración por uno de los territorios más puros y vírgenes del planeta, los mares árticos, donde los témpanos de hielo que surcan las aguas de los fiordos rumbo a las grandes bahías se combinan con el verde de los valles más fértiles como en ningún otro lugar del mundo.
En verano, Groenlandia, la Tierra Verde, hace honor a su nombre. No hay lugar más hermoso al que llegar en un barco de exploración que la costa helada de la isla más grande del mundo, un paisaje rico en cultura, historia y vida salvaje. De la mano de Hurtigruten (www.hurtigrutenspain.com ) que propone recorrer la costa oeste de Groenlandia con destino Disko Bay, hay que embarcarse en el MS Fram, un buque concebido específicamente para navegar en aguas polares y que honra la memoria del antiguo barco polar noruego, a bordo del cual Fridtjof Nansen cruzó por primera vez el Océano Glacial Ártico y Roald Amundsen viajó hasta la Antártida para llegar al Polo Sur.
El itinerario va descubriendo los espectaculares paisajes de la bahía de Baffin y permite conocer la fascinante cultura de los inuit, cruzar el Círculo Polar rumbo a la mítica Thule y navegar bajo el sol de medianoche tras la estela de Eric el Rojo, el vikingo que descubrió Groenlandia y, quien con el relato de una ‘Tierra verde’ logró atraer colonos hasta ella.
De Copenhague se llega a Kangerlussuaq, la principal puerta de entrada a Groenlandia; al final del fiordo del mismo nombre, es uno de los mejores lugares para observar a la fauna autóctona, especialmente los bueyes almizcleros, que en este apartado lugar se cuentan por miles. De aquí a Sisimiut, que con sus 5200 habitantes –dedicados en su mayoría a la pesca- es la segunda ciudad con mayor población de Groenlandia, además de la más meridional de su costa oeste. Y, seguidamente, a Qeqertarsuaq, la única situada en la isla volcánica de Disko; lejos aquellos tiempos en que su economía estaba basada en la caza de ballenas, hoy es en esta ciudad situada en las faldas de las impresionantes Montañas de Basalto donde se estudia la flora y fauna de Groenlandia en su Base de Investigación Ártica, que los viajeros pueden conocer.
El itinerario continúa en dirección a la ciudad de Uummannaq, al pie de una escarpada montaña de 1170 metros, cuyos habitantes se dedican al negocio del fletán y tiene entre sus visitas interesantes la iglesia y una vieja casa de turba. Y después a Ukkusissat, un asentamiento en un paraje de singular belleza que tomó su nombre de un yacimiento propio de esteatita, explotado durante siglos por los inuit, que utilizaban esta piedra tan apreciada para fabricar lámparas de aceite, ollas y sartenes.
Los inuit fueron los primeros en llegar a estas tierras hace miles de años, adaptándose perfectamente al medio más hostil en el que haya vivido un grupo humano. Pocas culturas a lo largo de la historia han conseguido el mismo equilibrio con su entorno que la suya. Y todavía son menos las que han sobrevivido a la modernidad sin perder sus raíces. Hoy, confortablemente instalados en pintorescos pueblos multicolores de inspiración escandinava, continúan siendo los depositarios de una tradición milenaria. Y, al igual que sus ancestros, han hecho de la hospitalidad un modo de vida.
Para sentir la grandeza de la naturaleza, Hurtigruten propone observar de cerca el glaciar Eqip Sermia, que produce gran cantidad de icebergs que se acumulan en mar abierto, y por el que caminar y después tomar una sabrosa barbacoa mientras se disfruta de la fantástica vista del glaciar.
Precisamente son los glaciares los que dan nombre a Ilulissat, la siguiente de las paradas. La tercera ciudad más grande de Groenlandia y centro metropolitano de la bahía de Disko, se levanta en un enclave de singular belleza, en el fiordo del mismo nombre, que en 2004 fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y donde se pueden contemplar enormes icebergs amontonados en la boca del fiordo, justo en los mismos límites de la ciudad.
Tras hacer un alto en el recorrido para visitar la pequeña comunidad de Itilleq, donde solo viven 130 personas, situada en una hondanada y majestuosamente rodeada por altas montañas y glaciares, que puede llamarse con acierto el Pueblo del Círculo Ártico, que pasa a escasos 200 metros, el crucero de exploración regresa a Kangerlussuaq para poner punto y final a un crucero de exploración inolvidable.
A bordo del MS Fram hay también otras opciones para explorar Groenlandia, como el itinerario que Hurtigruten propone por Disko Bay, Sur de Groenlandia e Islandia o el que recorre Spitsbergen, Noroeste de Groenlandia e Islandia.