Mil y una noches en los palacios del Rajastán
A través de un rosario de fabulosos palacios reconvertidos en hotel es posible asomarse a la desmesura de lujos de la que se rodeaban los amos y señores del norte de la India hasta bien entrado el siglo XX. Instalado en cualquiera de ellos es fácil soñarse maharajá por un día.
"Era un precioso elefante que habíamos traído de Cooch Behar para enviarlo como regalo a las bodas de diamante de mi abuelo, el maharajá de Baroda. Sus colmillos habían sido engastados en diamantes". El despilfarro de los maharajás que regían el Norte de la India superaba límites delirantes como el que se evidencia en esta anécdota extraída de las memorias de la última maharani de Jaipur, Gayatri Devi, y también como los que se podrán paladear haciendo noche en algunas de las antiguas moradas de los príncipes más pomposos de la tierra. Muchos de ellos, al perder sus títulos y privilegios, se vieron obligados para llegar a fin de mes a transformar sus antiguos palacios, mansiones o pabellones de caza en hoteles de fábula en los que el viajero puede hoy evocar aquella época en la que estos hijos de los mil dioses encontraban normal bañarse en champán francés o laminar de oro y plata la carrocería de sus descapotables.
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El Rambagh, el conjunto palaciego de cúpulas y verandas de un blanco impecable que Gayatri Devi ocupara junto al maharajá a las afueras de Jaipur, fue uno de los primeros en hacer de tripas corazón y decidirse por esta solución tan criticada entonces como imitada luego por los propietarios de otros palacios equiparables en belleza como el Jai Mahal, también en Jaipur; el Lake Palace de Udaipur, una fantasía de mármol blanco que ocupa toda una isla sobre las aguas del lago Pichola; el Shiv Niwas o el Fateh Prakash Palace, dos joyas también a sus orillas; el Umaid Bhawan de Jodhpur, una de cuyas alas sigue hoy reservada para el actual maharajá o, en pleno desierto del Thar, en las proximidades de Bikaner, el Gajner Palace, un antiguo pabellón de caza utilizado por los rajás y los dignatarios británicos erigido por el maharajá Ganga Singhji a orillas de un lago en una propiedad de más de 6.000 acres.
Sin necesidad de ser un millonario hoy es posible darse el capricho de dormir incluso en las suites que sirvieron de aposentos a los antiguos dueños y señores de estos palacios. Y, si no da el presupuesto, siempre es posible echar a volar la fantasía acercándose a tomar el té en sus jardines o a cenar en sus deslumbrantes salones de gala, u optar por otros alojamientos más modestos pero sobrados de encanto como los havelis, antiguas mansiones de mandatarios menores que igualmente hubieron de reciclarse en hotelitos envueltos, en muchos casos, de un embrujador sabor a decadencia.
DATOS PRÁCTICOS
Cómo llegar
KLM y Air France, vía Ámsterdam o París, ofrecen los vuelos desde Madrid o Barcelona a Delhi, desde donde es posible continuar por carretera o avión a distintos puntos del Rajastán. Si se prefiere llevar todos los servicios contratados desde España, Agama es una agencia especializada en viajes a India.
Dónde dormir
En el Rambagh Palace o el Jai Mahal, en Jaipur; el Lake Palace de Udaipur y el Umaid Bhawan de Jodhpur, todos ellos de la prestigiosa cadena hotelera india Taj Hotels, así como en los también antiguos palacios de Shiv Niwas Palace y Fateh Prakash Palace, en Udaipur, y Gajner Palace, cerca de Bikaner; todos ellos del grupo hotelero HRH, dirigido por el 76 descendiente de los maharajás de Mewar, Shriji Arvind Singh Mewar, y por su hija la princesa Padmaja, que se ocupa de hasta el último detalle en estos hoteles y a menudo es fácil de ver por ellos. También los lujosísimos hoteles del grupo Oberoi Rajvilas y Udaivilas recrean la época dorada de los rajás aun sin ser auténticos palacios históricos como los anteriores.
Más información
Turismo de India y Turismo de Rajastán.
En el Rajastán no te pierdas…
*La ciudad de Udaipur y su Palacio de la Ciudad, los jardines de Sahelion-ki-bari, el templo Jagdish y un paseo por el lago Pichola.
*El Palacio de los Vientos y el Palacio de la Ciudad de Jaipur, su fuerte de Amber y el Observatorio astronómico de Jai Singh.
*Los templos jainistas de Ranakpur.
*Un recorrido por las dunas del desierto del Thar y sus pequeñas y más remotas aldeas de adobe.
*Los tesoros de los conjuntos históricos de las ciudades de Jodhpur y Jaisalmer, así como el fuerte de Junagarh en Bikaner.
*El pueblo de Pushkar, famoso por su anual feria de camellos.
*El Parque Nacional de Ranthambore, en el que todavía habitan tigres en libertad.
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