Fin de semana de fútbol y mucho más en Milán
Solo por darse un barniz de estilo compensa dejarse caer por el corazón del 'made in Italy'. Y es que la capital financiera de Italia es un hervidero de tendencias más allá de los escaparates del Quadrilatero d’Oro. Los grandes de la moda no dejan de abrir hoteles, restaurantes y cafés, su vida nocturna presume de ser de las mejores del país y sobre su legado artístico reina el fresco de La última cena que 'El código Da Vinci' diera una relevancia planetaria.
VIERNES
SÁBADO
El barrio de Brera será el colofón del día, donde disfrutar de su ambiente bohemio chic y, si diera tiempo, visitar su estupenda pinacoteca antes de volver a enfrentarse al consabido aperitivo en una zona, hoy sí, de lo más auténtica para ello. Infinidad de cafés y tabernas se viven a fondo esta costumbre tan milanesa en la que, con la consumición, se incluye un picoteo que varía de local en local. Algunos de los históricos, el Jamaica Bar y el Bar Brera, ambos en via Brera. Brera es un barrio delicioso lleno de tiendas curiosas, galerías, teatros, algún que otro anticuario e iconos del life style como el multiespacio Corso Como 10, exactamente en esa dirección, con desde librería, un mini-hotel de tres habitaciones, un outlet de firmas de marca y un café-restaurante que podría ser la opción ideal para una cena romántica. Además en sus inmediaciones sobran los locales para tomar luego una copa.
No habrá que marcharse de Milán sin haber admirado la obra maestra de Da Vinci La Última Cena que el best-seller de Dan Brown, El código Da Vinci, hizo más célebre si cabe. Conseguir una entrada no será tarea fácil ya que, a menos que se reserve con meses de antelación o se tenga mucha suerte, no podrá elegirse cualquier horario. En cualquier caso la iglesia que lo alberga, Santa Maria delle Grazie, es realmente preciosa. Buenas opciones también para las últimas horas que se tengan en Milán, una caminata por el elegante parque Sempione que queda hacia el norte de Santa Maria delle Grazie, con el Arco della Pace a un lado y la austera fortaleza del Castello Sforzesco del otro; o visitar alguno de los mejores museos milaneses, a los que difícilmente habrá dado tiempo de entrar el día anterior. Muy especialmente, la Pinacoteca de Brera, con obras de Rafael, Bellini, Piero della Francesca, Tiepolo, Canaletto, Caravaggio, Modigliani o Morandi, así como el famosísimo Cristo muerto de Andrea Mantegna.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
Hay vuelos directos a Milán o la cercana Bérgamo desde una docena de aeropuertos españoles con compañías como Iberia, Alitalia, Air Europa, Vueling, Easyjet Rryanair, en ocasiones por menos de 100 €.
Por el centro conviene más caminar, aunque también hay una buena red de tranvías, trolebuses, autobuses y metro que puede utilizarse comprando el billete conjunto de un día, por 4,50 €, o de dos, por 8,25 €. La tarjeta Milano AmaMi Card, válida para 48 horas, cuesta 25 € y permite usar los transportes, acceder a 18 museos y beneficiarse de descuentos.
En clásicos de la cocina local como Bice (Borgopesso, 12), abierto desde 1926; Al Porto Milano (pl. Cantore Milan), especializado en pescado; Il Coriandolo (Dell’Orso, 1), junto a La Scala o, en Brera, el pequeño y tradicional Il Solferino (Castelfidardo, 2), en funcionamiento desde 1909, o el todavía más minúsculo La Latteria (San Marco, 24), toda una institución.
El distrito de los canales de Navigli es uno de los más animados y frecuentados sobre todo –aunque no en exclusividad– por los jóvenes, con infinidad de restaurantes, bares y discotecas. Otras zonas bastante noctívagas, las inmediaciones de Corso Como y el barrio bohemio de Brera. Para una copa entre la gente guapa –que aquí es guapísima–, los locales de los diseñadores, como el Armani/Privè de la vía Manzoni 31, son siempre una garantía.
Aunque la cartera tiemble solo de pensarlo, será imprescindible pasearse por las tiendas del Quadrilatero d’Oro para palidecer ante el estilo que derrochan los escaparates de todos los grandes de la moda que se concentran por sus calles. Más asequibles, otras arterias comerciales como la peatonal Corso Vittorio Emanuele o Corso Garibaldi y, por supuesto, outlets en los que adqurir prendas de grandes firmas a precios algo menos disparatados como el 10 Corso Como Outlet, en via Tazzoli 3, o Dmagazine, en el 26 de Montenapoleone.