Pazos, camelias y ostras en la tierra del Albariño
Seguimos la Ruta del Vino de las Rías Baixas, desde la frontera con Portugal hacia el norte, y te proponemos cuatro itinerarios siguiendo las distintas zonas de producción vinícola.
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Es esta una tierra de pazos históricos y espectaculares jardines que cada año agasajan con la camelia, una hermosa flor que en Galicia cuenta con cientos de variedades diferentes y que hasta ha dado origen a una ruta con su nombre. Pero también la del turismo mariñeiro, una experiencia única para conocer la actividad pesquera y de paso disfrutar de un entorno natural espectacular.
Cuando las concentraciones urbanas empiezan a difuminarse entre pinares y maizales, empiezan los contrastes de la costa: pequeños pueblos marineros con sus hórreos orientados hacia el mar, viñedos en las lomas asomados al Atlántico, miradores perfectos para disfrutar de un atardecer, rías y pequeñas bahías que aparecen y desaparecen ante la vista... Es la tierra del Albariño, donde se mezcla el vino con el mar, compañeros inseparables para emprender una ruta siguiendo sus caminos.
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Si tomas el camino que recorre la zona vitivinícola de la Ribeira do Ulla, a las puertas de Santiago de Compostela, podrás acercarte al mundo de los pazos, unas construcciones que servían de lugar de retiro a la nobleza gallega; el de Santa Cruz de Ribadulla, incluido en la Ruta de la Camelia, es uno de los ejemplos más singulares. Pero si prefieres el lado más natural, nada como un tranquilo paseo al lado del río Ulla siguiendo el sendero PRG-93.
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Otra opción es recorrer el valle del Salnés, donde hacer parada en villas como Cambados, con el Pazo de Fefiñáns y el Museo del Vino o acercarte al mundo de la ornitología en los observatorios de la desembocadura del río Umia. En el Espacio Natural del Carreirón, en la Isla de Arousa, uno puede dar un paseo por una playa solitaria o contemplar la belleza de un atardecer en la ría desde el faro. Vilanova de Arousa, tierra literaria, a lo que invita es a seguir el itinerario de Valle-Inclán; y Vilagarcía a asomarse al mirador natural sobre la ría de Arousa del Monte Lobeira. En esta tierra de pazos, molinos y rutas de senderismo también se esconde el Monasterio de Armenteira, con su magnífica iglesia románica cisterciense, donde el tiempo queda detenido en la calma y tranquilidad de su claustro. Para rematar, en O Grove podrás disfrutar de atardeceres inolvidables desde el Con da Siradella, con vistas de la ría de Arousa y del istmo de la Lanzada, con su ermita al lado del Atlántico, acercarte a sus playas o conocer un poco más el mundo de las aves desde los observatorios del Complejo Intermareal Umia-O Grove.
Para los que se animen a seguir la zona del Condado do Tea, que se extiende por el margen derecho del río Miño desde Salvaterra de Miño hasta el límite con la provincia de Ourense, cerca de Ponteareas pueden toparse con el castillo de Vilasobroso, antigua fortaleza originaria del siglo XII, y con el castro de Troña, en la parroquia de Pías. En Salvaterra del Miño, defendiendo la frontera, están los restos de su castillo y las murallas del siglo XVII y en Arbo el Centro de Interpretación del Vino y de la Lamprea ‘Arabo’.
En la zona de Soutomaior, en la desembocadura del río Verdugo, encontrarás su castillo, de origen medieval; derrumbado durante la Revuelta Irmandiña y reconstruido por Pedro Madruga, desde sus murallas se puede disfrutar de uno de los paisajes más bellos de las Rías Baixas, con el valle del Verdugo y Oitavén. En el mismo ayuntamiento está Arcade, famosa por sus ostras y el Puente Sampaio, medieval aunque de origen romano en el que se libró una conocida batalla contra los franceses en 1809. Por último, si tienes tiempo, sube hasta la Peneda do Viso, para disfrutar de una hermosa vista de la ría de Vigo.
En el Rosal, entre el Miño y el Atlántico, donde su benigno clima facilita el cultivo de kiwis o dorados mirabeles, hay que subir al Monte Santa Tegra para admirar las vistas de la foz del Miño y del castro. Los aficionados al senderismo tienen varios senderos para conocer el lado más natural de la comarca y el conjunto etnográfico de los Molinos de Folón y Picón o subir al Monte Aloia, que fue el primer Parque Natural de Galicia
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Ruta del Vino Rias Baixas.