Las Vegas, una estrella de neón

Es imposible no imaginarse parte de una película de Hollywood sobre un decorado tan excesivo y despampanante como el de esta ciudad de hormigón, que es también de las luces y del juego, un oasis de desenfreno en mitad de la nada en el que perderse al menos una vez en la vida.

por hola.com

Suena Elvis Presley mientras la cámara aérea sobrevuela The Strip, esa famosa avenida que empieza y acaba en el desierto. Es de noche y abajo despuntan las luces de una réplica de la torre Eiffel; de una pirámide negra, flanqueada por una enorme esfinge, brota un chorro de luz azul; frente al skyline del impostado Manhattan, una montaña rusa de más de sesenta metros parece un juguete minúsculo; un volcán artificial vomita fuego ante un hotel completamente dorado; y una coreografía de bailarines surtidores de agua dan la bienvenida a los visitantes del Bellagio, el hotel-casino construido a imagen y semejanza de una villa del lago Como.

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Las Vegas es tal y como la pintan en las películas. De hecho, esta imagen de Ocean’s Eleven rodada por Steven Soderbergh desde un avión se puede contemplar en vivo y en directo contratando uno de los tours aéreos que varias empresas ofrecen por la noche. Es imposible no imaginarse parte de una película de Hollywood sobre un decorado tan excesivo y despampanante.

El hotel Bellagio resume toda la ostentación y excentricidad de la ciudad. Fue construido a finales de los 90 y el interior es casi tan extravagante como sus famosas fuentes. Oro, cristales, volutas y alfombras forran los más de 35.000 metros cuadrados de estancias que se suceden con el sonido del tintineo de las monedas, el rugir de las tragaperras y las letanías de los crupieres de fondo. Y también el hotel Bellagio es la mejor prueba de que no todo en Las Vegas es juego, ya que posee una galería de arte en la que se pueden encontrar obras de Monet o Chagall, y acoge uno de los espectáculos más fascinantes de El Circo del Sol, O, una especie de cuadro surrealista en movimiento repleto de acrobacias.

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Las Vegas ofrece más de 50 espectáculos cada día. La mayoría son actuaciones musicales con grandes estrellas que evocan la época dorada de la ciudad, cuando Elvis Presley, Tom Jones o Frank Sinatra poblaban las salas de la que entonces se llamaba Sin City (ciudad del pecado). Hoy, la ciudad es un destino mucho más familiar, con tantas atracciones infantiles como show girls o capillas para contraer matrimonio. El recuerdo de aquellos años en los que la ciudad era el paraíso de la mafia se podrá rastrear en The Mob Museum, que abre sus puertas a principios de 2012 en un antiguo juzgado. Lo de los mafiosos en Las Vegas es otra historia.

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Cómo llegar
British Airways, Air France, Iberia o Delta Air Lines vuelan desde España a Las Vegas con escala en París, Londres o diferentes aeropuertos estadounidenses, desde 600 €. Algunas agencias especializadas ofrecen viajes por el Oeste americano, que incluyen, por su puesto, estancia de al menos dos días en Las Vegas. Orixà propone viajes de dos y tres semanas por los parques naturales y las grandes ciudades del Oeste por unos 1.500-2.000 €. Club Marco Polo otros de 10 días por unos 1.300 y Nuba un viaje de San Francisco a Las Vegas de una semana en hoteles de cinco estrellas por unos 5.000 €.

Cuándo ir
Es aconsejable evitar el verano y el invierno. Aunque cueste creerlo, Las Vegas es puro desierto y las temperaturas son extremas.

Cómo moverse
El coche es la mejor opción para trasladarse por la ciudad, aunque indispensable resulta un paseo a pie por The Strip y un vuelo panorámico en avión o helicóptero que ofrecen empresas como Papillon y Maverick Helicopters.

Dónde dormir
Los hoteles-casino son el mayor atractivo turístico de Las Vegas, y se pueden (y deben) visitar, sea o no huésped. Para rememorar las aventuras de la banda de atracadores de Ocean’s Eleven, lo ideal es alojarse en el hotel Bellagio, de inspiración italiana. Igual de lujosos son el Mirage, con el volcán en el exterior, y el MGM, con el gigantesco león de la Metro en la entrada. El Wynn es el mejor de la ciudad, en su interior, boutiques de Manolo Blahnik y Oscar de La Renta, campo de golf y el espectáculo La Rêve, una actuación acuática para la que se construyó un enorme teatro-piscina. Más clásicos son el Caesar Palace, el Venetian y, por supuesto, el Flamingo, el primer gran hotel construido en Las Vegas.

Dónde comer
Todos los hoteles-casino disponen de una amplia oferta gastronómica, desde italianos a tex-mex pasando por steakhouses y BBQs, pero también hay exquisitos restaurantes de alta cocina, como el Picasso, del hotel Bellagio, con el chef español Julián Serrano en los fogones; el francés Joël Robuchon, del MGM, o el chino Wing Lei, del Wynn Hotel, los tres reconocidos con estrella Michelín.

No dejes de…
Probar suerte en la ruleta o el blackjack en alguno de los fascinantes casinos. Subir a la Torre Estratosfera, de 275 metros, que ofrece una extraordinaria vista del desierto. Disfrutar de un espectáculo teatral o musical -además de El Circo del Sol, tienen mucha fama el Mamma Mia, en el Mandalay y Les Folies Bergère, el show más antiguo de la ciudad, en el hotel Tropicana-. Tomarte una copa en el Studio 54, en MGM, una réplica del original neoyorkino, o en el nuevo hotel-casino Cosmopolitan, que está de moda. Visitar alguno de los muchos museos de la ciudad, como los de la mafia (http://www.lvme.com y www.themobmuseum.org). Y volar hasta el Gran Cañón del Colorado. Está a menos de 500 kilómetros, y multitud de empresas ofrecen excursiones en avión que se pueden realizar en un día.

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