Otoño trufero en Istria
En octubre, en esta península croata, la más grande del Adriático, son días de trufa. Aquí se cultiva la más apreciada por los gastrónomos, la trufa blanca; y cuando hace su aparición se celebra por todo lo alto con citas gastronómicas de lo más apetitosas. Escápate uno fin de semana para allá y además de descubrir sus pueblos medievales, sus ruinas romanas o sus villas pesqueras, sigue el rastro de la reina de su cocina. ¿A qué apetece saborearlas?
Dicen que mucho tiene que ver esta península de la costa croata con la Toscana italiana, que se parecen una barbaridad, aunque en realidad Istria tiene dos mundos: uno, la Istria azul que se asoma al Mediterráneo en sus más de 500 kilómetros de costa; el otro, el de la Istria verde, el que más semejanzas guarda con la región italiana, esa que hoy llaman los cartógrafos “Terra incógnita” y que se adorna de pueblos medievales que coronan paisajes de cipreses, viñedos y olivos. La armonía del conjunto y la generosidad de la naturaleza han dado lugar a una rica y variada oferta gastronómica, que hoy por hoy es el gran reclamo para los que tienen la gastronomía como principal motivo para viajar. Un destino especialmente sugerente para este mes de octubre, cuando hace su aparición su majestad la trufa blanca, la reina de la cocina istriana.
En Istria crecen varias especies de excelentes trufas negras durante casi todo el año, pero, sin duda, la más apreciada es la Tuber magnatum pico, la más cara del planeta, cuyo valor puede alcanzar hasta tres mil euros por kilo. Un hongo subterráneo que se ‘caza’ con perros adiestrados y que jamás da pistas de dónde se esconde. El bosque de robles de Motovun -donde se ha encontrado la trufa blanca más grande –de casi un kilo y medio de peso- y los alrededores de Buzet son los lugares donde más abunda, pero si no se tiene mucho acierto y ojo, queda el consuelo de que por toda Istria es sencillo encontrar, en cualquier temporada, restaurantes –muchos de ellos aptos para todos los bolsillos- en los que probar carnes, pescados, pastas e incluso postres aderezados con trufa. Aunque quien quiera darse un capricho nada como pasar por el famosísimo y también carísimo Zigante de Livade, que ofrece una carta con trufa desde el principio al fin.
A finales de septiembre se inaugura la temporada y hasta noviembre, en Motuvun, Livade y Buzet son días de trufa. Y es que en las próximas semanas en estas localidades se preparan para rendirle homenaje con citas gastronómicas. Del 9 al 16 en Motuvun se celebra el Festival de la Trufa; en Livade tiene lugar el día 23 la feria regional Tuberfest, que ya suma dieciocho ediciones, y en Buzet, la capital de este delicioso manjar, el primer fin de semana de noviembre está dedicado a la trufa y sus recetas. Tres propuestas para descubrir a la estrella de la gastronomía de Istria, cuyo intenso sabor ya era conocido por los antiguos griegos y los emperadores romanos, y también fue servido en la corte francesa y para la aristocracia austro-húngaro.
Ya de vuelta a casa no hay que olvidar llevarse a casa un pedacito de Istria, y para ello qué mejor manera que pasarse por una de esas tiendas delicatessen –Imela, en la mini ciudad de Hum; Miro Tartufo, en Motuvum, o en cualquiera de las sucursales de Zigante- y hacer acopio de trufas en conserva, que las hay de mil maneras y para todos los gustos, y de paso también de vinos y aceites de calidad, que, dicho queda, también tienen sus propias rutas y que habrá que descubrir. Pero eso será en otra ocasión…
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Turismo de Croacia y Turismo de Istria.