Separados lo justo como para poder disfrutar de ambos enclaves en una escapada, Aleppo, la segunda ciudad más grande de Siria y probablemente la más antigua del mundo, y Crac de los Caballeros, la fortaleza cruzada mejor conservada, ofrecen una experiencia excitante y original, donde la historia se mezcla con la leyenda.
La bella Aleppo, al norte de Siria, es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, como lo relatan, a quien quiera oírles, sus cuatro millones de habitantes, que no dudan además de asegurar que “un día pasado fuera de Alepo es un día que no cuenta en la vida”. Sea como fuere, esta urbe fortificada es también una de las más espectaculares del norte de África, cuyo casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad.
La impresionante ciudadela medieval de Aleppo está en pleno centro de la ciudad, sobre un airoso promontorio de cincuenta metros de alto rodeado por un profundo. Este complejo inexpugnable data del siglo XIII y aún hoy conserva el misticismo de aquella época en la que las batallas de religión formaban parte de la agenda del día.
Como no podía ser de otra manera, uno de los principales atractivos de la ciudadela son sus espectaculares vistas sobre la ciudad, una imagen completa de esta urbe abigarrada y bulliciosa donde late la vida desde hace cientos de años. La ciudad cuenta con numerosos tesoros arquitectónicos, como la Gran Mezquita, la madrasa Halawiye, la madrasa Faradis o su zoco centenario, donde el comercio audaz y de regateo lleva el sello de los primeros colonos.
La ciudad de Aleppo ha servido de inspiración a escritores como Agatha Christie, que en sus muchos viajes a Oriente, la eligió como una de sus favoritas e incluso escribió parte de sus novelas en la habitación 203 del hotel Baron, un clásico de los antiguos viajeros. También a Lawrence de Arabia, entre aventura y aventura, le gustaba perderse en el umbrío zoco de Aleppo, desde donde partió después a Crac de los Caballeros, la cercana fortaleza cruzada que deja sin aliento a todo aquel que la visita y que él mismo calificó como el castillo más admirable del mundo.
Este impresionante conjunto defensivo, que fue sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en Siria durante la época de las cruzadas y está incluido en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto con el castillo de Saladino, habla a gritos de dos maneras de entender la vida, de dos mundos enfrentados, de un ideal romántico que giraba en torno a Dios y al poder. Crac de los Caballeros fue una de las plazas más codiciadas durante los siglos X a XII, cuya estratégica posición le otorgaba el control de todas las mercancías que llegaban desde la costa al interior, y en ella se inspiraron algunos castillos de Inglaterra y Gales.
Contemplar al amanecer la ya pacificada fortaleza es un placer evocador en el que la historia se funde con la leyenda de aquellos caballeros, que durante doscientos años, dejaron todo para luchar por el ideal de la tradición cristiana.
GUIA PRÁCTICA
Cómo llegar Las compañía Iberia y Syrian Air tienen vuelos directos desde Madrid y Barcelona a Aleppo.
Cómo moverse Una buena opción es alquilar un coche y recorrer la zona. Si no, desde Aleppo se organizan numerosas excursiones a Crac de los Caballeros. El viaje dura un par de horas.
Dónde dormir En pleno casco antiguo de Aleppo, el Sheratton Aleppo combina una fachada medieval con un interior de lujo clásico y ofrece una amplia variedad de experiencias gastronómicas. Situado en la zona europea de la ciudad e inaugurado en 1911, el hotel Baron (Sharia al-Baron, 8. Tel +00 963 21 210 880), algo deslucido hoy por el paso del tiempo, es un reclamo seguro para los amantes de la nostalgia. Clásico entre los primeros viajeros, su bar inglés sigue siendo hoy uno de los mejores lugares de Aleppo para tomar una copa.
Dónde comer La cocina de Aleppo tiene fama de ser la mejor de Siria, y la oferta de la ciudad es apabullante. Muchos de los hoteles cuentan con excelentes restaurantes, donde degustar lo mejor de la gastronomía local. Sissi House ha sabido sacar partido al patio interior del histórico edificio en el que se ubica y Dar Zamaria las impresionantes vistas de la ciudadela desde sus tejados.
No te pierdas El zoco de Aleppo, mucho menos agresivo que el de otras ciudades árabes y sin duda perfectamente surtido para cualquier capricho, donde no hay que dejar de comprar los famosos jabones naturales de Aleppo, ricos en aceite de oliva y agradablemente perfumados con laurel. Y, a una hora de Aleppo, la basílica de San Simeón el Estilita.