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Fue hace 32 años cuando Quito se colgó la medalla de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ahora a la capital ecuatoriana le ha tocado el turno de ser la Capital Americana de la Cultura en 2011. Para esta ciudad con el centro histórico colonial más grande, menos alterado y mejor conservado de América Latina es una excelente oportunidad para mostrar, como contenedora de una cultura milenaria, los tesoros que posee. Y también una invitación a ser descubierta.

A lo largo del año la capital ecuatoriana tiene preparadas gran cantidad de actividades para celebrarlo, desde teatro y danza, a exposiciones en museos, actividades en plazas y plazuelas, y conciertos de música quiteña y ferias gastronómicas. Este primer trimestre Quito está siendo presentada al mundo como metrópolis internacional, diversa y cosmopolita. En el segundo trimestre lo hará como patrimonio artístico y religioso. En julio, agosto y septiembre, como ciudad verde, de aventura y naturaleza, y el último trimestre como ancestral, festiva, cultural y popular.

En su programación musical hay varias citas sobresalientes: el Festival de Música Sacra, que se celebrará del 11 al 24 de abril; la Bienal Internacional de Guitarra, que tendrá lugar del 19 al 21 de mayo; del 20 al 26 de junio, el Festival Internacional de Cantautores y, en diciembre, el festival de coros.

Pero, sobre todo, la elección como Capital Cultural dará a conocer la esencia de Quito, cuna de una mezcla milenaria de pueblos y culturas que han hecho de esta ciudad un sitio único. Un centro histórico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad –con edificios tan sobresalientes como la iglesia de la Compañía de Jesús-, canciones típicas como el chulla, una bebida tan autóctona y sabrosa como el canelazo, y un sinfín de leyendas como la de Cantuña, el indígena que engañó al diablo en la construcción de la iglesia de San Francisco, son algunos de los motivos que le han llevado a esta capitalidad.

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Fundada en 1534 por el español Sebastián de Benalcázar encima de las ruinas que dejó Rumiñahui, el poderoso inca que decidió quemar la ciudad antes que entregarla a los colonizadores, la capital de Ecuador es una mezcolanza de monumentos y edificios de diversos estilos, que le confieren un aspecto único en el mundo.

Junto a su riqueza patrimonial y cultural también mantiene vivas muchas tradiciones que forman parte del patrimonio intangible de la Humanidad. Sin olvidar que es una ciudad que vive una eterna primavera y que posee una belleza geográfica increíble, situada a 2.850 metros de altura y en un enclave excepcional marcado por el imponente volcán Pichincha.

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