De mercadillos navideños por Viena
Hasta el 24 de diciembre tienes tiempo, pero no te demores, coge el primer vuelo a la capital austriaca y vive los días previos a la Navidad recorriendo los múltiples mercadillos que, cada uno con un estilo propio, se reparten por esta monumental ciudad en Adviento.
Como estar en un pequeño pueblo, con sus callecitas y sus casitas de madera a rebosar de adornos navideños, jugando al curling, tomando un ponche caliente en un animado pabellón de hielo, haciendo tu propia corona de Adviento o degustando productos biológicos y artesanos mientras cae la nieve. ¿Qué prefieres encontrarte en un mercadillo navideño? No, no hace falta que elijas, porque en los de Viena puedes hacer todas esas cosas y más. Sólo tienes que ir descubriéndolos uno a uno, son muchos y los hay para todos los gustos.
Las semanas previas a la Navidad son la mejor época para que visites la capital austriaca, porque al encanto de acercarte a sus monumentales edificios y museos, a sus grandes artistas -Gustav Klimt, Egon Schiele, Shubert, Mozart…-, a su emperatriz Sissí, a su esplendorosa historia como antigua capital del imperio austrohúngaro y a pasar las horas en sus tradicionales cafés, se suma la de poder conocer su lado más romántico.
El paseo por sus grandes calles comerciales, como Mariahilfer Strasse y Landstrasser Hauptstrasse, alumbradas por miles de lucecitas y animadas por la música navideña, es casi una obligación, como también caer en la tentación que te brindan sus sugerentes escaparates, ya sea en forma de dulces –no te pierdas los de la confitería Oberlaa, antaño proveedora de la Corte-, de joyas -como las de Köcher, donde el emperador Francisco José compraba a su amada Isabel las estrellas que decoraban su pelo-, o de todo tipo de delicatessen –imprescindibles las de la exquisita megatienda Julius Meinl. La estela romántica continúa en los mercadillos navideños, animados por la música navideña y donde huele al delicioso aroma del pan de especias, del vino caliente y de las pastas artesanas. Aquí tienes una guía de los que no te puedes perder:
Mercadillo de la plaza del Ayuntamiento
El Mercadillo del Niño Jesús o Christkindlmarkt es el mayor de la ciudad y, cómo tal, ocupa un escenario privilegiado: el parque Rathauspark, a los pies del grandioso edificio del Ayuntamiento. En sus cientos de puestos podrás hacer acopio de miles de adornos navideños para tus amigos y familiares o tomar un punch caliente, pero si viajas con niños hay numerosas atracciones para ellos: un pequeño tren, ponis o talleres donde los pequeños aprenden a elaborar galletas. No te pierdas los conciertos bajo el gran árbol navideño y, sobre todo, admirar el célebre de los corazones iluminados, toda una declaración de intenciones.
Aldea navideña en la plaza de María Teresa
Tampoco es más lugar esta gran plaza, enmarcada por dos grandes museos: el de Bellas Artes y el de Historia Natural, para las compras de regalos y artesanía tradicional. Y, si coincide, disfrutar del ambiente prenavideño animado por la música de una banda típica austriaca o de un coro de gospel.
Mercadillo del MQ
Muy cerca del mercadillo de la plaza de María Teresa y del Palacio Imperial, el sensacional reciento de arte del Museum Quarter no atrae sólo por sus museos, como el Leopold, el de Arte Moderno o el pabellón Kunsthalle, en esta época lo que le hace más atractivo es su ambiente. A este barrio cultural no se viene a comprar, aquí se viene a alternar en sus pabellones tipo igloo, a jugar una partida en su pista de curling y a vivir, al ritmo de dj, las larguísimas noches austriacas con una copa caliente en la mano.
Mercadillo de Spittelberg
Spittelberg, el distrito 7 de la ciudad, es uno de los más de moda de Viena. Y su mercadillo de Navidad también. En los puestos que se suceden en sus pintorescas callejuelas de estilo Biedermeier, donde han abierto galerías de arte, talleres de jóvenes diseñadores y modernos pubs, conviven los puestos de artesanía con los que ofrecen delicias culinarias, como las deliciosas pipas de calabaza, eso sí, ya peladas.
Mercadillo de la plaza de San Carlos
Se mire donde se mire, la Karsplatz tiene reclamos en todas sus esquinas: el Museo de Viena - donde podrás contemplar obras de Klimt, Schiele o una excelente exposición sobre el diseño en Viena en esta década-, la Musikverein -la sala donde se celebra cada año el famoso Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena-, el Kunstlerhaus, la iglesia de San Carlos Borromeo… y, en Navidad, el mercadillo en el que más de setenta artesanos dan a conocer sus obras. No faltan atracciones para los niños, como paseos en pony y programas de música y danza.
Mercadillo de Freyung
En el centro de la ciudad y repartido entre las dos plazas que separa el Kunstforum –que hasta final de año expone una aclamada retrospectiva de Frida Kahlo-, el antiguo mercadillo vienés del Niño Jesús es un lugar ideal para comprar artesanía selecta y objetos de decoración navideña. No te vayas de él sin adquirir alguno de los complementos que venden en muchos de sus puestos para hacer frente a las bajas temperaturas austriacas.
Mercado de Cobenzl
Tiene como lema “todo natural y biológico” y en ese empeño lleva ya tres años el mercadillo navideño más alto de Viena. Está situado en las inmediaciones del distinguido barrio de Grinzing, al que se puede acceder en tranvía y famoso por sus heuriguer, las tabernas tradicionales donde se sirve vino joven producido exclusivamente por los viticultores vieneses y comida casera, a menudo acompañada de música popular en directo. Puedes llevarte a casa desde productos del cerdo de la raza mangolitza a chocolates con incienso o los populares 'krampus', el diabólico ayudante de San Nicolás en su versión más dulce. Para los niños hay una granja de animales donde se ofrecen divertidos talleres.
Y si todía tienes ganas de más, la lista de mercadillos continúa en el de la plaza de la Noria Gigante, en la aldea navideña del parque del Palacio Belvedere, en el situado delante del Palacio de Schönbrunn, en el de Am Hof y en el del Campus Universitario.
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Turismo de Viena