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El Palacio de Buenavista es la sede del Museo Picasso de Málaga. Situado en pleno centro histórico de la ciudad, mezcla con armonía las formas renacentistas y mudéjares con la pureza de las líneas contemporáneas. En el subsuelo, un yacimiento arqueológico atesora vestigios fenicios, romanos y árabes, que permiten un viaje a través del tiempo, desde el siglo VII a.C. hasta la actualidad. La arquitectura de este edificio sería un motivo más que sobrado para acercarse hasta él y pasar las horas contemplándolo, pero a ello suma que en su interior se guardan 155 obras de este artista cuyos estilos y técnicas cambiaron el curso del arte moderno. ¿No te gustaría descubrirlo en privado?

Pues aquí todo es posible. Reservado a grupos de máximo 25 personas, puedes solicitar una visita guiada por especialistas en Picasso para recorrer los diferentes espacios del museo. El pase no sólo permite contemplar la colección permanente, también las exposiciones temporales, así como su patio renacentista, la plaza de la Higuera y terrazas y cubiertas desde las que admirar los lugares más emblemáticos de Málaga. Se ofrecen en varios idiomas todos los días de la semana y tienen una hora de duración aproximadamente, aunque al finalizar está permitido pasear libremente por el museo.

También exclusivas son las visitas que, mientras está abierto al público o una vez cerradas sus puertas, brinda el Museo Thyssen-Bornemisza. A la disponibilidad de sus múltiples espacios para sesiones de trabajo, recepciones en el mirador, cócteles en el jardín o grandes cenas en el hall central, suma esta actividad en exclusiva guiada por historiadores del Arte para contemplar uno de los conjuntos de pintura occidental más relevantes del panorama internacional. ¿Puedes imaginar mejor entorno para sentir la calma de los paisajes invernales de Monet o descubrir en secreto el reflejo del Arlequín de Picasso?

En el Museo del Prado los que te reciben son Goya, Velázquez, Murillo, Tiziano, Tintoretto, El Greco, Rafael… y así cientos de artistas que muestran su obra en una de las grandes pinacotecas del mundo, conformando la colección más importante y completa de los siglos XVI, XVII y XVIII de las escuelas italiana, flamenca y española. ¿No te seduce un encuentro con el arte de este nivel en privado?

Hay quien ha llegado a La Alhambra para celebrar una boda; otros han disfrutado del agasajo de un amigo, una institución o una entidad privada, y los hay simplemente que se acercan hasta ella para verla de una manera distinta, de noche o ‘alquilándola’ durante unas horas para sentirse como reyes; reyes de aquella España andalusí que escribió una de las páginas más brillantes de la Edad Media.

Al caer la tarde, cuando el ruido de la batalla cotidiana de los turistas abandona la Alhambra y se pierde, monte abajo, por las calles de Granada, los Palacios Nazaríes recobran el silencio y vuelven a mostrarse en toda su magnificencia para un grupo de privilegiados que pueden disponer de dos horas de sus rincones más emblemáticos, como el Mexuar, los patios de los Arrayanes y de los Leones o las salas del Trono, de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas. Una recepción, un concierto o simplemente una visita minuciosa y secreta permiten entonces disfrutar, de una manera única, de la extraordinaria belleza de un conjunto que, a la caída de la tarde, ofrece su cara más deslumbrante y sorprendente. El sonido del agua, la arquitectura y la riquísima decoración de arabescos que ilustra estos palacios, tan pobres y sólidos por fuera como suntuosos por dentro, ponen el resto de la emoción a la experiencia.

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