Safari aéreo sobre el cráter Wolf Creek

Sobrevolar este gigantesco agujero, formado por el impacto de un meteorito hace más de 300.000 millones de años, permite apreciar este fenómeno físico en toda su magnitud y descubrir una de las zonas menos conocidas del oeste de Australia.

por hola.com

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Los aborígenes cuentan que el cráter Wolf Creek, o Kandimalal, se originó como consecuencia del nacimiento de la fabulosa Serpiente Arco Iris, una divinidad mitológica que surgió de lo más profundo de la Tierra para crear la vida en el mundo. Hasta 1947 nadie contradecía esta creencia, porque el resto del mundo desconocía la existencia de este descomunal cráter en el recóndito e inexplorado oeste australiano. En esa fecha, unos científicos europeos descubrieron aquella profunda herida en la Tierra, causada hace más de 300.000 millones de años por una roca de 50.000 toneladas que cayó del cielo a una velocidad de 15 kilómetros al segundo. Con el tiempo, la arena que ha arrastrado el viento ha conseguido cicatrizar la Tierra, dejando un hueco de 60 metros de profundidad. Pero al contemplar, aún hoy, las huellas del impacto, resulta imposible escapar de cierta sensación hechizante.

En Wolf Creek es fácil entender por qué los aborígenes veneran a las rocas, al agua, a la tierra y al cielo. Sobre todo en la época de lluvias, cuando el agua se acumula en el centro del cráter formando círculos de vegetación que contrastan con las rocas, de un rojo intenso, y con el cielo luminoso y brillante. En este tiempo, y a causa del agua, resulta difícil transitar por tierra este oasis de aspecto marciano. Los vuelos panorámicos, sin embargo, permiten admirar con comodidad y a vista de pájaro la magnitud del impacto del meteorito.

Si el cráter está seco, es posible visitar el Parque Nacional Wolf Creek y, con suerte, avistar alguno de los extraños animales que allí habitan, como el lagarto dragón, el canguro rojo o la cacatúa inca, un encrestado pájaro de color rosa sumamente original. En cualquier caso, la visión del cráter desde el aire es una experiencia obligada una vez alcanzado tan lejano destino, en el límite del Gran Desierto Arenoso de Australia.

Es cada vez más común contratar en esta zona safaris aéreos que sobrevuelan éste y otros paisajes de Naturaleza en estado puro, como las montañas en forma de torreones del Parque Nacional de Purnululu. Desde Halls Creek, la ciudad más importante de la región de Kimberley -donde viven muchos de los pocos aborígenes que quedan en Australia-, parten vuelos panorámicos de la compañía Northwest Regional Airlines, que realizan rutas de una o dos horas sobre el cráter. Aquí es posible conocer de cerca la ancestral cultura aborigen, e incluso realizar una excursión a Warmun, en Turkey Creek (a unos 160 kilómetros de Halls Creek), el mayor centro de arte de los Gija, los indígenas de esta parte del país.

Halls Creek puede ser también un punto de partida para explorar la Australia profunda, un espacio donde el viajero del siglo XXI probablemente piense lo mismo que el aventurero británico que visitaba el continente en el siglo XIX: que ha aterrizado en otro planeta. Esta anacrónica tierra de aventura tiene, además, esencia cinematográfica. El paisaje inquietante del cráter fue el escenario de la película de terror Wolf Creek, pero las tierras rojas y mágicas de Kimberley también invitan a imaginar historias colosales, como la que protagonizaron Nicole Kidman y Hugh Jackman en la película Australia.

GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar:
Compañías como British Airways vuelan a Sidney desde España, con escala en Londres, a partir de unos 1.300 €. Desde allí, varias aerolíneas ofrecen vuelos hasta Halls Creek Airport, principal aeropuerto de la región de Kimberley. Desde Halls Creek, a 200 kilómetros del cráter, la empresa Northwest Regionals Airlines organiza vuelos panorámicos de una hora y media sobre el cráter de Wolf Creek para un mínimo de dos pasajeros, por 140 euros por persona. La agencia Luxury Australia, especializada en expediciones de aventura de lujo, ofrece viajes a medida por el Oeste australiano, que incluyen excursiones al cráter.

Dónde dormir:
En Kimberley Hotel, lujoso alojamiento lleno de recuerdos y fotografías de los primeros exploradores de Australia, por unos 105 euros por persona. También en Halls Creek Motel, con un jardín que ofrece buenas vistas del paisaje, por unos 95 euros la habitación.

Cuándo ir:
La época de lluvias (de octubre a marzo) hace intransitable muchas zonas, pero transforma el paisaje lunar del cráter en una extraordinaria alfombra de vegetación y agua.

Más información:
Turismo de Australia y Turismo de la región de Kimberley.

En Kimberley no te pierdas…
El Parque Purnululu, declarado Patrimonio de la Humanidad, donde se encuentra la cadena montañosa Bungles Bungles, unas insólitas elevaciones que parecen torres moldeadas con las manos. Tampoco la localidad de Kununurra, al norte de Halls Creek, desde donde se pueden realizar rutas aéreas por la zona y cruceros por el lago del mismo nombre.

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