Fin de Año en Viena
El archiconocido Concierto de Año Nuevo, claro, pero también muchas otras diversiones se están cocinando para recibir el 2010 en Viena, donde el cambio de año se vive por todo lo alto.
Retransmitido por las televisiones de medio mundo, el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena y su electrizante Marcha de Radinsky, acompañada por las palmadas de los afortunados que han logrado hacerse con alguna de las cotizadísimas entradas para vivir en persona este famosísimo evento, es todo un clásico con el que año tras año nos desayunamos muchos tras los excesos de la Nochevieja.
Si sueñas con asistir al menos una vez en la vida a este concierto, toma nota de la página web de la Filarmónica de Viena, donde entre el 2 y el 23 de enero habrán de enviarse las solicitudes para ya 2011. Éstas serán adjudicadas por riguroso sorteo entre los miles de candidatos que cada año intentan asegurarse una butaca para el año siguiente.
Aunque el de Año Nuevo, en la mañana del 1 de enero, es el más célebre de todos, el mismo programa musical puede escucharse igualmente en el Salón Dorado del Musikverein durante el Preview Performance de la mañana del 30 de diciembre y el New Year's Eve Concert de la tarde del 31. En caso de resultar agraciado en el sorteo, el precio de cada entrada oscila entre los 30 y los 940 € para el Concierto de Año Nuevo. Y si no ha habido suerte, Viena compensa a sus visitantes con un montón de diversiones para celebrar por todo lo alto el cambio de año.
En la noche del 31, a pesar del frío, las callejuelas de su casco histórico se convierten en un hervidero de vida al aire libre hasta alrededor de las 2 de la mañana, con quioscos sirviendo copas de sekt, punsch, toda clase de comida típica y golosinas. Además, todo un rosario de carpas y escenarios con música y espectáculos que sólo se interrumpen para escuchar a medianoche la campana Pummerin que, en la Plaza de San Esteban, anuncia el comienzo del nuevo año. Y, mientras aún repica, empieza a sonar el vals del Danubio y toda la ciudad se echa a bailar.
Para melómanos y nostálgicos, el Baile del Emperador en el palacio del Hofburg, la gala del Kursalon Wien, la gala de Nochevieja en la gran sala del Ayuntamiento o la tradicional representación de El murciélago, de Johann Strauss, en la Ópera del Estado.
Para los románticos, las vistas de la ciudad iluminada desde la noria gigante del Prater unas horas antes de que acabe el año, los paseos en barco por el río o los fuegos artificiales que dan la bienvenida al Año Nuevo, perfectos para divisar desde las colinas de Kahlenberg, Leopoldsberg y Cobenzl.
Para los deportistas, la carrera de San Silvestre por la elegante avenida del Ring, vigilada por los edificios más monumentales de toda Viena. Y para todos los que tampoco este año han conseguido su entrada para el Concierto de Año Nuevo, su retransmisión en directo en una pantalla gigante emplazada en la Plaza del Ayuntamiento mientras se repone fuerzas con el también tradicional 'desayuno de resaca' del 1 de enero.
Algunas pistas
Puedes contactar con la agencia especializada en viajes musicales Música Juntos por si aún quedara alguna plaza para el viaje a Viena que han organizado en Fin de Año, con entrada incluida al Concierto de Año Nuevo y servicios al más alto nivel.
Toda la información, en la Oficina de Turismo de Austria en España y la Oficina de Turismo de Viena, ambas en español.
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