Road to Mandalay, la 'vieja dama' vuelve a navegar

Tras un año en dique seco, el 26 de agosto vuelve a las aguas del Ayeyarwady este mítico barco, más lujoso aún que antaño, en la que vivir una travesía de escándalo por el gran río birmano.

by hola.com
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El río Ayeyarwady es la única verdadera autopista de Birmania; un despampanante tajo acuático que parte en dos este país casi intacto, tapizado de espiritualidad y de jungla, conocido ahora como Myanmar. Otros barcos se abren paso por sus aguas chocolate, aunque ninguno comparable a la travesía decimonónica que sirve en bandeja de plata el Road to Mandalay entre la ciudad a la que toma prestado el nombre y los más de 2.000 templos, pagodas y estupas que se esparcen por la de Bagan.

Esta vieja dama del 64, traída hace quince años desde el Rhin hasta Birmania por los propietarios del grupo Orient-Express para adentrar a sus huéspedes por una de las esquinas más remotas del planeta sin renunciar al menor lujo, volverá a navegar este 26 de agosto.

Tras casi un año en dique seco para reparar los daños que le causó en mayo de 2008 el paso del ciclón Nargis, el Road to Mandalay ha aprovechado la adversidad para remozarse de arriba abajo. A las órdenes del arquitecto François Greck y el diseñador Ali Kennedy, cientos de artesanos se han esmerado en devolverle su esplendor a esta vieja gloria que, para esta nueva andadura, propone camarotes todavía más amplios al haber reducido su capacidad de 108 a apenas 82 pasajeros.

Tres o cuatro días de crucero entre Mandalay y Bagán, o una semana entera para quienes puedan permitirse las prohibitivas tarifas del viaje de ida y vuelta, son las rutas más frecuentes que realiza durante todo el año salvo en mayo y junio, los meses en los que se interrumpen sus travesías para evitar el monzón del suroeste.

Durante el día, los guías del barco lideran las visitas por los templos, pagodas y conventos de las ciudades que se asoman al Ayeyarwady. De regreso, por los ventanales del camarote podrán entonces espiarse, como si fuera un documental, los quehaceres anfibios del río. Los chapoteos de los niños y las mujeres aseándose a sus orillas, los pescadores y los agricultores, faenando entre los arrozales de aldeas olvidadas por completo del mundo.

A bordo también, un pequeño spa con gimnasio, un salón y un piano-bar en los que asistir a las conferencias y pequeños espectáculos de los artistas que suben cada velada, un restaurante de nivel pero, sobre todo, una cubierta alfombrada de teca donde las hamacas que rodean la piscina se erigen en el más privilegiado mirador desde el que abandonarse al fluir lánguido de este río que George Orwell decía que brillaba "como si arrastrara diamantes".

Será en esta cubierta donde el último día, horas antes de llegar a Bagán, los muy madrugadores harán bien en apostarse para dejarse embrujar por la desmesura onírica de estupas que, solitarias en mitad de la jungla, van despuntando a cada orilla entre las brumas del río como trazas de un reino abandonado. Y si todavía cabe imaginar un lugar más remoto, el Road to Mandalay enfila un puñado de veces al año hacia las gargantas y los pueblos de Bhamo, casi ya en la frontera con China, hasta donde no llega casi nadie.

Con más motivo que nunca, este 26 de agosto los monjes del templo de Mahamuni, que desde que se puso en marcha el crucero acuden en procesión cada comienzo de temporada para darle sus bendiciones al barco, volverán a dispensar su protección al Road to Mandalay, y a ese puñado de elegidos que integrarán su pasaje y a los que Birmania se les irá desvelando sin prisa, como en los viajes de otra época.

Algunas pistas
El precio del crucero oscila entre los 1.735 € por persona para la travesía de 3 noches en un camarote estándar hasta los 5.910 € por el crucero de 11 noches alojado en su mejor suite, incluyendo siempre los vuelos de ida y vuelta desde Rangún hasta Mandalay o Bagan, los traslados y visitas guiadas durante todo el recorrido, además de la pensión completa a bordo. El viaje se puede reservar a través de agencias especializadas en escapadas de lujo como Atlántida Viatges (Tel. 93 272 30 30), que propone a partir de 3.850 € los vuelos desde España y dos semanas por Birmania –con tres días a bordo del Road to Mandalay– y los templos de Angkor, en la vecina Camboya. O también se puede reservar directamente con Orient Express, que con motivo de la nueva botadura del barco ofrece a quienes hagan su reserva antes del 31 de octubre una extensión de dos días en el lujoso hotel Governor’s Residence de Rangún como complemento de cualquiera de sus cruceros hasta abril de 2010.

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