¿Te levantas por las mañanas con dolor de mandíbula, de cabeza o tensión en las cervicales? La causa puede ser el bruxismo, un problema que hace rechinar los dientes al apretar muy fuerte los superiores contra los inferiores realizando, al mismo tiempo, un movimiento hacia adelante y hacia atrás de manera continua e inconsciente.
El bruximo es común en la infancia y la adolescencia y se piensa que está relacionado con el propio desarrollo de la dentición y de los músculos y huesos de la cara. También puede tener un origen psicológico, ya que los nervios y la inseguridad propios de la edad pueden propiciar el rechinar de dientes por la noche. Sin embargo, cada vez se da con mayor frecuencia en adultos. De hecho, según la doctora Daniela Carranza, odontóloga y codirectora del Instituto Profesor Sada, en Madrid, más del 60 por ciento de la población sufre este problema.
Se piensa que el estrés y la ansiedad pueden estar detrás de este trastorno. Aunque también puede deberse a una mala alineación dental, a la apnea del sueño o a patologías neurológicas. Las consecuencias a corto y largo plazo, si no se trata, pueden ser importantes. Por ejemplo, se puede sufrir hipersensibilidad dental, fracturas de piezas dentales, esmalte dañado, disfunción de la ATM (articulación temporomandibular), hipertrofia muscular y cefalea.
¿Cómo sé si sufro bruxismo?
Debido a que suele producirse por las noches, el paciente no suele ser consciente de ello, sino que lo detecta la pareja. También puede sospecharse por los síntomas como el dolor y porque el cansancio suele ser común en las personas que bruxan. Por eso, si se detectan señales de alarma, hay que acudir al odontólogo para que lo confirme.
"Cuanto antes se trate, mejor", señala la doctora Carranza. El tratamiento es sencillo. Basta con poner una férula de descarga. Ésta debe tener un grosor, consistencia y ajuste adecuado y su objetivo es reducir el dolor, prevenir el desgaste dental y permitir un correcto funcionamiento de la musculatura masticatoria. Aunque, en muchos casos, no soluciona el origen del problema y es necesario recurrir a terapias psicológicas para disminuir el estrés y a técnicas de fisioterapia para aliviar la presión. En otros, será necesario un tratamiento ondontológico para recuperar el daño.
"Hay pacientes con los dientes destruidos debido a la presión que ejercen. En estas situaciones, hay que rehabilitarlos, devolverles su forma anatómica y, tras ello, colocar la férula. A veces se requiere alinearlos con ortodoncia para poder solucionar la maloclusión que empeora los efectos del bruxismo", concluye la especialista del del Instituto Profesor Sada.