Hoy celebramos el Día Mundial del Trastorno Bipolar y aprovechamos esta fecha para dar visibilidad a esta enfermedad mental que sufre algo más de un 4% de la población. Se trata de una patología mental que puede controlarse adecuadamente con la medicación. Sin embargo, la falta de adherencia al tratamiento es uno de los escollos de este trastorno. Te contamos qué es el trastorno bipolar, cuáles son los síntomas y las causas.
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¿Qué es el trastorno bipolar?
“El Trastorno bipolares un trastorno afectivo caracterizado por la aparición de episodios maníacos o hipomaniacos, en los que destaca una exaltación anímica; alternando con episodios depresivos, marcados por el bajo ánimo. Muchas personas utilizan en el lenguaje cotidiano la expresión “bipolar” para hacer referencia a los cambios súbitos de humor o de opinión a lo largo de un día o incluso de una conversación. En realidad esto suele ser la expresión de determinados rasgos de personalidad, sin que tenga relación con alguna con el trastorno bipolar.
Aunque los cambios emocionales marcados son ciertamente característicos de la bipolaridad, se expresan en forma de episodios depresivos y maniacos que pueden durar días o semanas, manteniéndose el ánimo constantemente deprimido o exaltado mientras dura el episodio” indican los expertos de la Clínica López Ibor.
Causas de la bipolaridad
La causa del trastorno bipolar es esencialmente biológica, con un gran componente genético. Las alteraciones que están implicadas en la fisiopatología del trastorno bipolar son complejas y es un campo en el que hay que todavía mucho que investigar, pero hay una clara implicación del sistema límbico, una parte del cerebro que, entre otras cosas, regula las emociones. También pueden estar implicados factores endocrinos como el cortisol y las hormonas tiroideas.
Además de las causas biológicas, los factores psicológicos pueden tener un papel muy importante en la evolución del trastorno bipolar. Situaciones con un alto nivel de estrés o acontecimientos vitales importantes pueden desencadenar episodios depresivos o maniacos. Además, el consumo de sustancias o drogas (como pueden ser el cannabis o el alcohol) también puede incidir en el desarrollo de la enfermedad. “Cuando hablamos de drogas y trastorno bipolar es clave señalar patología dual, siendo el riesgo de adicción en un enfermo con esta patología entre 4 y 8 veces superior a la población general”inciden desde la Clínica López Ibor. Por este motivo es muy importante que los médicos de los pacientes con trastorno bipolar sepan su diagnóstico.
El tratamiento en los pacientes bipolares
"Uno de los problemas con los que se enfrentan los pacientes bipolares es el control de esta enfermedad mental, que se maneja bien si se sigue la pauta terapéutica adecuadamente. El tratamiento es el litio (nunca antidepresivos, ya que podrían desencadenar en un episodio de manía) pero debe tomarse siempre, ya que si se hace de forma discontinua puede descontrolar la enfermedad. Eso dificulta su manejo y provoca que las acciones sean imprevisibles y sean propensos a acciones impulsivas", indica el psicólogo clínico Francesc Colom, de Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médcias (IMIM) y el coordinador del programa de salud mental online del Hospital del Mar
Desafortundamente, la falta de adherencia es algo muy común en cualquier enfermedad crónica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta la mitad de pacientes afectados por enfermedades crónicas no psiquiátricas -como la diabetes o el asma- no toman correctamente el tratamiento pautado. "En el caso de las enfermedades crónicas psiquiátricas -como el trastorno bipolar- tenemos el problema añadido del estigma, que provoca que muchos pacientes sientan vergüenza o culpabilidad respecto a su enfermedad. Pero no sólo ésta está estigmatizada; también su tratamiento. La mayoría de pacientes bipolares que no toman bien los fármacos lo hacen porque tienen prejuicios al respecto. Muchas personas creen que los psicofármacos crean dependencia, cuando eso no es cierto: sólo los ansiolíticos pueden “enganchar” y únicamente si se toman sin hacer caso de las indicaciones del psiquiatra. Otros creen que la medicación es para personas débiles, o atribuyen a la medicación efectos secundarios que no son reales (aunque la mayoría de medicaciones tienen efectos secundarios)", continúa el experto.
"También hay pacientes que, mal aconsejados por malos profesionales, confían en supuestos tratamientos que en realidad son ineficaces, como la homeopatía" alerta Colom. Es cierto que la ésta tiene los mismos efectos secundarios que un vaso de agua, ninguno. El problema es que también tiene los mismos efectos terapéuticos: ninguno. Me parece increíble que, a pesar de haberse probado repetidamente que es un tipo de tratamiento del todo ineficaz para cualquier enfermedad se siga vendiendo en farmacias.
El riesgo de no seguir el tratamiento
Un paciente no tratado suele evolucionar muy mal: la enfermedad va cobrando fuerza y se van presentando episodios cada vez más graves, más largos y más frecuentes. "El mayor riesgo, obviamente, es el suicidio. El trastorno bipolar es responsable de la inmensa mayoría de suicidios. De hecho, una de cada cuatro personas con trastorno bipolar intentará suicidarse a lo largo de su vida", lamenta el psicólogo.
Al contrario, los pacientes bipolares correctamente tratados pueden, en su mayoría, llevar a cabo una vida normal. Sobre todo si han sido diagnosticados pronto, toman correctamente el tratamiento y responden a éste. Por otra parte, hay que recordar que, aunque la terapia farmacológica es imprescindible para el 99% de personas que padecen un trastorno bipolar, para muchos no es suficiente y debe ser completado con un tratamiento psicológico. El problema es que la mayoría de psicólogos carecen de experiencia en el trastorno bipolar, aunque este aspecto también ha ido mejorando con los años. Y un aspecto importante es que no sirve cualquier psicoterapia: por ejemplo, el psicoanálisis y otras parecidas pueden ser útiles para otros trastornos, pero no para el trastorno bipolar. En este caso, el enfoque con más garantías es la psicoeducación.
La mitificación de una enfermedad
A pesar de que la literatura, el cine y la televisión han querido mitificar a los pacientes bipolares la realidad es que no todos los bipolares viven una vida tan apasionante. Es más, muchos no tienen ni siquiera la oportunidad de trabajar. Según el estudio IMPACT sobre Trastorno Bipolar (www.impactofbipolar.com), en el que participaron siete países, incluido España, el 72 por ciento de los pacientes españoles con trastorno bipolar ha visto reducidas sus expectativas de éxito a causa de la enfermedad. Asimismo, la mitad de los encuestados ha perdido su puesto de trabajo debido a la patología. Aún así, potencialmente, estas personas con un tratamiento farmacológico y psicológico adecuado, podrían desarrollar cualquier tipo de trabajo con algunas limitaciones de tipo práctico. Por ejemplo, es recomendable que las personas con bipolaridad, esquizofrenia o depresión intenten no desempeñar trabajos nocturnos o por turnos ya que produce alteraciones en el ritmo circadiano que pueden agravar los síntomas de la enfermedad.
Por otro lado, "muchos bipolares desempeñan una actividad artística y son reconocidos por ello. De esta manera, se ha creado un cierto estigma de la enfermedad que ha llevado a pensar que la bipolaridad está asociada a la genialidad. Los estados de euforia por las que atraviesan los pacientes bipolares les conducen a una mayor productividad, atención, energía… y ello se traduce en que puedan destacar sobre otras o alcancen puestos más altos. Pero no hay que olvidar que hay genios independientemente del trastorno bipolar. Y que no todos los bipolares brillan. Lo que tienen de particular los bipolares es que viajan a los extremos de las emociones. Si uno de estos pacientes tiene un talento determinado para algo, que no está relacionado con la enfermedad, seguramente acabará creando algo increíble fruto de esas fases. Lo que sí ocurre es que los bipolares en fase de manía arriesgan. Si la decisión sale bien, veremos a un bipolar que ha triunfado. Pero no conocemos al resto que se estrellan", concluye el Dr. Francesc Colom.