Seguro que lo has vivido y sabes que las estaciones del año te influyen a nivel físico y emocional. Es habitual que durante el invierno estés más propensa a la tristeza y el abatimiento, y en verano te sientas mucho más animada, pero los últimos estudios indican que las estaciones no sólo nos influyen a nivel emocional, sino que también afectan a nuestros procesos cognitivos (atención, memoria, aprendizaje…)
Un reciente estudio publicado en la Revista PAS; Proceedings of the National Academy of Sciences ha probado que las funciones cognitivas son estacionales. Si bien el rendimiento a nivel general es el mismo, según la estación del año nuestro cerebro utiliza unos recursos u otros. ¿Qué es lo interesante de esto? Que se demostraron unos picos de actividad muy curiosos. Nuestro cerebro está programado para responder a la estacionalidad, aunque se le engañe. ¡Sácale el mayor partido este verano!
En verano es el momento de lograr tus objetivos: En verano nuestra atención se dispara, y como ya no tenemos que ir de estepa en estepa buscando manzanos, o cazando, podemos aprovechar este pico tan alto en atención para realizar mejoras en nuestra vida. Si tienes que emprender alguna tarea difícil ¡Esta es la época!
En otoño, la memoria se dispara: Prepararte una oposición, un examen, aprender un nuevo idioma, un nuevo hobby, el otoño es la época ideal para ello. Nuestra memoria de trabajo está en su punto más alto, por lo que podrás incorporar información nueva y retenerla con mucho menos esfuerzo. Las posibilidades son infinitas.
En invierno disminuye tu atención: Posiblemente se deba a una mera cuestión evolutiva; en invierno, como había menos recursos alimentarios, nuestros ancestros guardaban energía y en verano estaban más alerta para la búsqueda de alimentos que eran más abundantes.
En primavera “¿Qué vine yo a hacer aquí?”: Dicen que la primavera la sangre altera, y parece que es real. Los datos revelados por este estudio sugieren que la primavera no es el mejor momento para tu memoria de trabajo, pero como el ser humano es adaptable, utilizamos esa flexibilidad para aprovechar otros recursos cognitivos que nos producen el mismo rendimiento.
¿CÓMO PUEDO MEJORAR MI CEREBRO ESTE VERANO?
De la misma manera que el otoño es idóneo para plantearte aprender un nuevo idioma, el verano, es la estación perfecta para realizar actividades que requieran atención. Puedes aprovechar esta información para poner en forma tu cerebro de cara al crudo invierno. Ejercicios tan fáciles como los que te propongo en este artículo pueden ayudarte a mejorar tu atención y concentración. ¿A qué esperas? ¡Lo bueno de entrenar a tu cerebro es que no tienes que sudar la gota gorda! Dedicar media horita al día a alguno de estos ejercicios te reportará beneficios increíbles.
1- Pasea para tonificar cuerpo y mente
Ese paseo matutino que algunas afortunadas podréis dar por la playa, puedes aprovecharlo no sólo para coger morenito, también para mejorar tu capacidad de concentración. A la vez que vas caminando, ve contando mentalmente los pasos que das, hasta que llegues a cinco. Repite el proceso pero esta vez llegando hasta 6. Cuando llegues, vuelve a cero y hasta siete. Y así sucesivamente. Al llevar mentalmente una cuenta numérica, nuestro cerebro se centra automáticamente para no fallar en la secuencia. Adáptalo a tu nivel de ejercicio diario. Céntrate sólo en ello, y ve diciendo los números en voz alta en tu cabeza. (O a los cuatro vientos, no te cortes) este ejercicio te ayuda a centrarte en tu cuerpo, en el movimiento, prestas atención a los pasos y a tu respiración. Practicándolo diariamente además de tonificar piernas y glúteos, estarás dándole a tu cerebro el mejor entrenamiento en atención.
2- Desarrolla tu lenguaje interno
Está demostrado que hablar con uno mismo no es síntoma de locura, al contrario, es síntoma de lucidez e ingenio. Muchas veces cuando no sabes dónde has puesto las llaves del coche, o te sorprendes en la cocina sin saber que has ido a hacer allí, son despistes inocentes, producidos porque no hablamos con nosotras mismas. El lenguaje interno o las auto-instrucciones te ayudarán a economizar recursos cognitivos.
El prestar atención a lo que hacemos supone un ahorro de energía importante. Es tan fácil como decirte a ti misma los pasos que vas a seguir a continuación, razonándolos y centrándote en ellos.
3- Practica técnicas de Mindfulness
El Mindfulness significa literalmente “Atención plena” y es una técnica milenaria derivada de la meditación. Su objetivo es centrarte únicamente en el momento presente. Además de potenciar y mejorar la atención, el Mindfulness también sirve para rebajar los niveles de ansiedad y estrés, y es muy útil para no entrar en pensamientos en bucle.
Puedes practicarlo en cualquier sitio, a cualquier hora del día. Lo importante es que te sientas cómoda y relajada. Presta atención a un estímulo de tu entorno, el que sea. Un sonido, un olor, un objeto, y centrarte en él. Aprecia sus características, forma, sonido, olor… Céntrate en el objeto y aprécialo tal y como es. Sé minuciosa, y si te distraes inténtalo de nuevo. Practícalo diariamente, unos 10-15 minutos al día, y verás cómo cada vez consigues mantener tu atención durante más tiempo, y además percibirás detalles que antes no estabas preparada para apreciar.
4- Dibuja y colorea Mandalas
No sé si los conoces, pero este verano es el momento idóneo para que entres en contacto con ellos. ¡Ten cuidado que enganchan! Los Mandalas son representaciones del macrocosmos. Su origen es indio y significa “rueda” o “círculo”. La tradición budista lo utiliza para la meditación. No te preocupes si no eres demasiado buena realizándolos, existen multitud de cuadernillos o libros, y puedes bajarte diseños preciosos listos para colorear directamente de webs gratuitas.
Lo importante es que cuando dibujes o colorees un Mandala, te centres exclusivamente en él. Elige con cuidado los colores, escucha a tu cuerpo que es lo que quiere hacer y déjate de llevar. Saca 10 minutos al día para continuar con tu Mandala. Además de relajarte y mejorar tu concentración, es un alimento excelente para tu cerebro y tu creatividad.
5- Evalúa y mejora tus niveles cognitivos en profundidad
A medida que cumplimos años se produce un proceso natural de declive cognitivo que afecta especialmente a funciones como la memoria, atención, planificación, velocidad de procesamiento de la información… Si te preocupan estos cambios cognitivos, además de poner en marcha las actividades que te he recomendado anteriormente, existen programas clínicos de evaluación neuropsicológica y estimulación cognitiva. Porque es importante tener en cuenta que, aunque puedas entrenar tu cerebro cuando lo notes debilitando, es mucho más efectivo prevenir su deterioro y potenciarlo cuando aún está en plena forma.