Son la base de nuestros movimientos. Y cuando fallan, lo notamos… ¡y de qué manera! El correcto funcionamiento de las articulaciones es imprescindible para asegurar la movilidad de nuestro cuerpo sin limitaciones ni dolor. Pero, casi de forma inevitable, con el paso del tiempo, las articulaciones sufren desgaste y esto puede traducirse, antes o después en molestias articulares. Y no sólo las personas mayores tienen problemas articulares; incluso en los jóvenes, la práctica habitual de ejercicio intenso y repetitivo también contribuye a un mayor desgaste, como explican los expertos de la firma Aquilea, quienes nos recuerdan que es importante que, ante los primeros síntomas, tomes medidas. Te resumimos una serie de útiles consejos que te pueden echar una mano.
- En el caso de que notes algún síntoma de dolor o si sientes que cruje la articulación, no dudes en consultar con tu médico. Te derivará al especialista -reumatólogo o traumatólogo- en el caso de que sea necesario.
- El sobrepeso es un mal aliado. Intenta evitar coger kilos de más, pues sobrecargan las articulaciones y aumentan su desgaste, especialmente en las caderas, rodillas, espalda y pies. El riesgo de padecer problemas articulares aumenta con el sobrepeso.
- A veces no es sencillo -por tu trabajo-, pero en la medida de lo posible, procura minimizar los movimientos repetitivos, pues éstos aumentan la presión y el roce en las articulaciones, lo que conlleva un mayor desgaste.
- El ejercicio puede venirte bien, pues ayudas a fortalecer tu musculatura, y los músculos rodean y protegen a las articulaciones. Pero has de practicarlo con moderación -para evitar el desgaste-. Además, no debes olvidar calentar antes de ponerte manos a la obra. Si notas dolor, evita correr o saltar, mejor camina (evitando pendientes). Otros deportes que pueden venirte bien son la natación y el yoga.
- Descansar bien también es fundamental. Duerme en una posición correcta, escoge una almohada que no sea muy alta y adopta la postura de lado, con las rodillas dobladas.
- Cuida tu alimentación. Algunos alimentos, como el pescado azul y aceites de semillas vegetales, verduras como las acelgas, el perejil, el brócoli, el apio o los espárragos y los lácteos desnatados son beneficiosos para tus articulaciones.
- La postura también cuenta. Unos correctos hábitos posturales -al caminar, al sentarte...- protegen las articulaciones en el cuello, espalda, caderas y rodillas.
- En algunos casos son útiles los suplementos nutricionales, pues algunos de ellos han demostrado tener efectos beneficiosos en el bienestar de las articulaciones.
- Algunas lesiones se producen por un sobreesfuerzo. Por eso, por ejemplo, recuerda flexionar las rodillas cuando intentes levantar objetos pesados.