Ayer 20 de octubre se celebró el Día Mundial de la Osteoporosis, con el objetivo de sensibilizar a la población acerca de esta enfermedad silenciosa que se caracteriza por la pérdida de densidad ósea y los cambios en la microestructura de los huesos que hacen que se vuelvan más frágiles y, en definitiva, más susceptibles de fracturarse. Es una enfermedad eminentemente femenina, aunque también afecta a los hombres, sobre todo a partir de los 60 años. Concretamente, el 35% de las mujeres sufre la enfermedad a partir de los 50 años incrementándose el porcentaje hasta llegar al 52% en mujeres a partir de los 70 años. La OMS estima que entre el 30% y el 40% de las mujeres mayores de 50 años tienen algún grado de osteoporosis y el riesgo de sufrir una fractura relacionada con osteoporosis en algún momento de la vida. “Se estima que, en España, hay más de dos millones de mujeres posmenopáusicas afectadas por osteoporosis y, por lo tanto, con un riesgo muy importante de sufrir una fractura de cadera o en otra parte del cuerpo”, afirma el Dr. Pablo de Lucas, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica.
Se detecta, normalmente con la primera fractura de hueso que puede ser desencadenada por un simple golpe. De ahí que haya que actuar de forma preventiva, para evitar esa primera fractura que desencadena el proceso, nos explica el Dr. de Lucas .
Los huesos humanos alcanzan su máximo nivel de calcificación entre los 20 y los 30 años. A partir de ese momento comienza el proceso de descalcificación que se dispara después de la menopausia en la mujer y alrededor de los 60 años en el hombre, a partir de la andropausia. Pero si el calcio es indispensable para la salud de los huesos, también lo es la vitamina D, necesaria para su absorción. "La vitamina D la produce nuestro organismo cuando nos exponemos al sol, el problema es que, a partir de los 60-65 años, el organismo pierde esta capacidad de producción aunque tomemos mucho el sol”, afirma el Dr. de Lucas y nos indica la necesidad de tomar unas medidas preventivas que nos fortalezcan y nos hagan más fuertes y resistentes a la enfermedad en la edad adulta:
• A: Andar media hora, es el ejercicio mínimo requerido, hay que practicar ejercicio físico de forma activa, para alcanzar la máxima densidad ósea posible y, así, proteger los huesos: andar media hora, gimnasia de mantenimiento o nadar por ejemplo, son deportes aptos para cualquier edad y muy efectivos para fortalecerse.
• B: Bebidas alcohólicas y tabaco, prohibidos, su consumo en exceso es tóxico para los huesos.
• C: Consume leche u otros productos lácteos. Hay que comer sano e ingerir entre cuatro y cinco raciones de productos lácteos al día, como leche, yogur, queso, etc. Los productos lácteos enriquecidos con calcio o el tratamiento farmacológico pueden ser una buena opción cuando no se llegue a ingerir la cantidad diaria de calcio recomendada.
• D: Vitamina D hay que controlar su producción y tomar suplementos de vitamina D, si son necesarios y aconsejados por el especialista.
Ingesta de lácteos y osteoporosis
Con motivo de la celebración de esta jornada, en La Real Academia de Medicina de Madrid se acaban de presentar los últimos datos de incidencia de la enfermedad tanto a nivel nacional como internacional a la vez que se han detallado las medidas de prevención que han de llevar a cabo los grupos de riesgo.
Según explicó el Dr. Javier del Pino, Presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral, los últimos estudios indican una relación positiva entre la ingesta de lácteos y la osteoporosis que asocian la baja ingesta de calcio en la dieta con una disminución en la densidad ósea y fracturas osteoporóticas. Teniendo en cuenta los costes sanitarios derivados de las fracturas vinculadas a la enfermedad, la ingesta de calcio a través de los lácteos es una herramienta fundamental para su prevención. Con los datos expuestos, el Dr. Javier del Pino resaltó que “ingestas de calcio adecuadas a cada edad suponen una estrategia de prevención de la osteoporosis, una reducción de los costes sanitarios que se ocasionan, una reducción de la mortalidad y también una reducción de los gastos de dependencia de estos pacientes, tanto del sistema nacional de salud como de sus familiares, por lo que aumentamos tanto la esperanza como la calidad de vida de la población española”.
Y es que, como en el caso de otras enfermedades, en la aparición de osteoporosis tienen mucho que ver los hábitos de vida y alimentación, y dentro de ella, el consumo diario de las recomendaciones de calcio y vitamina D.
Las recomendaciones dependen de la franja de edad pero, teniendo en cuenta a las mujeres tras la menopausia, que son el grupo de edad más afectado ya que es a partir de esta edad donde la prevalencia de la enfermedad comienza a ser mayor, las sociedades y organismos oficiales recomiendan que este grupo poblacional ingiera 1200 mg de calcio y 5 µg (microgramos) de vitamina D. Es importante destacar que la absorción del calcio por los huesos depende en su mayoría de la vitamina D, por lo que unos niveles bajos de vitamina D no permitiría la absorción correcta del calcio. En este sentido, las autoridades sanitarias advierten que las españolas tienen unos niveles muy bajos de vitamina D y no llegan a las recomendaciones diarias de ingesta de calcio.
“El dato es preocupante porque la tendencia de la población es al descenso progresivo del consumo de calcio y de vitamina D lo que provoca la aparición de la Osteoporosis y de su consecuencia más importante, la fractura” según apunta en este sentido el Dr. Díaz Curiel, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas, FHOEMO.
Las consecuencias de la osteoporosis
Según los datos y estimaciones aportadas por la Unión Europea, la osteoporosis fue la causa primaria de 43.000 muertes en 2010 en Europa. La fractura de cadera fue la causa del 50% de dichas muertes, el 28% se debieron a una fractura vertebral y el 22% a otras fracturas. Estudios europeos estiman que el 20-25% de las mujeres mayores de 50 años presentará una fractura vertebral como consecuencia de la osteoporosis. Según las últimas estimaciones en Europa, 1 de cada 3 mujeres tienen riesgo elevado de sufrir una fractura por osteoporosis.
El Dr. Díaz Curiel dejó patente que “tenemos que tener en cuenta que en muchos casos la osteoporosis no avisa, por lo que la fractura es su manera más común y extrema de manifestación”. Las tres fracturas de mayor incidencia son la fractura de cadera, la fractura vertebral y la fractura distal de antebrazo. Por su parte, el número de fracturas de cadera en España se han duplicado en 10 años, entre 2001 y 2011 aumentando de 28.955 a 48.524 casos. En España entre el 12 y el 16% de todas las mujeres sufrirá una fractura de cadera secundaria derivada de la osteoporosis postmenopáusica.
En fracturas de cadera y vertebral menos del 50% de los pacientes se recuperarán por completo tras la fractura, lo cual eleva la tasa de personas dependientes a la vez que disminuyen su calidad de vida y la de sus familiares. En datos europeos tras una fractura de cadera 1 de cada 5 personas se vuelve dependiente.
Analizando con más detalle los datos de España se puede decir que en España se produjo 1 fractura de cadera cada 11 minutos. Un dato cuanto menos alarmante dados los costes que supone para el Sistema Nacional de Salud los periodos de hospitalización y todos los costes indirectos tanto de tratamiento, como de bajas laborales y de reducción de la calidad de vida de las personas.