Si el hecho de estar afrontando un periodo de estrés, depresión o ansiedad ya es de por sí negativo, hay que sumar un problema más a estos episodios: se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y además existe un peor pronóstico en la evolución de estas patologías. Así lo constata la opinión de un buen número de médicos.
“Aunque ya se sabía que el estrés, la depresión y los problemas familiares y laborales están asociados a un peor pronóstico cardiovascular, lo que se añade ahora son nuevos datos en relación a la ansiedad y a lo que denominamos la personalidad tipo ’D’, de distress. Es decir, aquellos pacientes que tienen una afectividad y emociones negativas o dificultades para relacionarse socialmente, en los que se ha visto que presentan un peor pronóstico cardiovascular”, apunta el doctor Brotons, del Grupo de Trabajo de Prevención Cardiovascular del Programa de Actividades de Prevención y Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC, en el marco del V Congreso Clínico Cardiovascular.
Cómo afrontar el problema
Así, las nuevas Guías Europeas para afrontar estos problemas incluyen entre sus contenidos los factores psicosociales y su influencia en la prevención cardiovascular. Otra de las novedades es la incorporación de la categoría de pacientes con “riesgo muy alto”. En este grupo entrarían aquellos que han tenido enfermedad coronaria, ictus, enfermedad vascular periférica, diabéticos con algún otro factor de riesgo y los que sufren insuficiencia renal crónica. Asimismo, en estas últimas pautas se añade el concepto de “edad vascular”. Se trata de pacientes jóvenes, que aunque por su edad no les corresponde tener un riesgo de sufrir estas enfermedades, al tener diferentes factores de riesgo presentan el mismo riesgo cardiovascular que una persona de mayor edad.
“Creemos que esta nueva calificación servirá para concienciar más a estas personas, ya que aunque tengan 40 años pueden tener una edad vascular de 60 años. Esto puede impactar más en el paciente, tener unas consecuencias positivas y hacer que cambie más fácilmente sus estilos de vida. Concretamente, en este grupo de pacientes los profesionales de atención primaria jugamos un papel fundamental, ya que la información y sensibilización es clave, y el paciente debe aprender y ser responsable de cuidarse y de llevar unos hábitos de vida saludables”.
La importancia de cumplir el tratamiento
Pese a este elevado riesgo, lo cierto es que los expertos apuntan a que entre un 20-25% de los pacientes con riesgo cardiovascular no cumple adecuadamente con el tratamiento. Una vez más, los profesionales médicos insisten en la importancia del sentido común.
Las dolencias de cardiovasculares, en cifras
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la primera causa de muerte en nuestro país. Por sexos, la cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte cardiovascular en el varón (hasta un 33% de todos los casos), siendo en las mujeres las enfermedades cerebrovasculares las que ocupan este primer puesto. También el ictus es una importante causa de discapacidad. En España se producen más de 100.000 ictus por año, con un coste económico muy elevado (ingresos hospitalarios, rehabilitación, incapacidad…).