Te sientes adormilado durante el día, notas que o has descansado lo suficiente e incluso te duele la cabeza. Achacas estos síntomas a una mala noche, pero ¿se repiten demasiado a menudo? Tal vez no lo has barajado, pero puede ser que estés sufriendo un episodio de Apnea Obstructiva del Sueño (AOS). Y es que el insomnio, la hipersomnolencia diurna, la dificultad para concentrarse, los dolores de cabeza matutinos o el bruxismo (rechinar nocturno de dientes) son algunos de los síntomas que nos alertan de un posible caso.
Los expertos alertan de que cada vez son más los casos de personas roncadoras que, sin saberlo, sufren apnea del sueño, una relajación en los músculos encargados de mantener permeable la vía respiratoria, que dificulta el paso del aire y provoca una vibración en los tejidos blandos que favorecen el ronquido. Esta deficiencia interfiere con el descanso y genera una serie de síntomas como la hipersomnolencia, el cansancio generalizado e, incluso, en algunos casos, la depresión.
Un problema que puede ir a más
No obstante, a juicio de la doctora Benalal, cirujano dentista y directora general de la Clínica Benalal, “lo más importante es comprender que dicho trastorno puede tener consecuencias a nivel orgánico, al afectar la actividad respiratoria y el flujo de oxígeno, y aumenta notablemente el riesgo de padecer determinadas enfermedades vasculares y metabólicas como la hipertensión, el infarto, el tromboembolismo y la diabetes de tipo 2”. Sin olvidar, además, varios estudios que vinculan la AOS con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y otras enfermedades neurológicas degenerativas que podrían tener su origen en la falta de oxigenación de las neuronas.
Qué se puede hacer
“El cambio de conducta y de hábitos, como reducir el consumo de alcohol, evitar cenas abundantes o dormir en posición supina son otras fórmulas que pueden ayudar a controlar los síntomas”, comenta la doctora. Además, Benalal destaca los beneficios para este tipo de pacientes del uso de dispositivos bucales por la noche que, al estar hechos a la medida de cada paciente, ayudan a adelantar la posición de la mandíbula durante el sueño: “Producen una liberación de las vías aéreas superiores y un mayor paso de aire”.
En este sentido, incide, “los odontólogos adquirimos no sólo la importante función de fabricar estos dispositivos y adaptarlos a la cavidad bucal del paciente, sino que, teniendo en cuenta que en una consulta media se atiende a un centenar de pacientes por semana y que el acceso visual a las vías aéreas es fácil y sistemático, nuestra capacidad de diagnosticar precozmente a los potencialmente candidatos a sufrir AOS es elevadísima”.
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