Te pones ese biquini que tanto te gusta y te das cuenta de que no te queda como debería. ¿Solución? Unos días a dieta para conseguir bajar de peso. “Sólo nos acordamos de los kilos de más cuando hay que quitarse ropa y esto es un gran error”, resume la doctora Susana Monereo. Pero, ojo: los expertos alertan de que durante los meses de verano, aumenta de forma alarmante la práctica de dietas “milagrosas”, que, además de producir el indeseable efecto yoyó, debido a que mediante éstas se pierde masa corporal magra, en vez de masa grasa, pueden tener consecuencias nocivas para la salud. “Se trata de dietas no equilibradas que, además de tener un efecto yoyó por el que en un breve periodo de tiempo se recupera el peso corporal por encima del peso inicial, pueden causar problemas sobre el metabolismo, la función renal, ocasionan deficiencias vitamínicas o caída del cabello, entre otros efectos nocivos”, explica el doctor Javier Salvador, jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universitaria de Navarra y presidente electo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
El papel del médico, fundamental
Ante esta situación, los expertos hacen hincapié en el papel que debe jugar el endocrinólogo en los procesos de pérdida de peso. “La obesidad es un problema crónico que implica un cambio del estilo de vida programado y progresivo a largo plazo, para el que no existen curas o remedios milagrosos. Sólo los endocrinos están capacitados para realizar un análisis completo del contexto de la obesidad, de si existen alteraciones hormonales que la provoquen, las comorbilidades que puede tener asociadas y el tratamiento más oportuno”, apunta el doctor Miguel Ángel Rubio, coordinador de la Unidad de Obesidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
“Hay que mantener el concepto de comer de forma equilibrada y saludable, sea invierno o verano. Con frecuencia, la gente hace restricciones a principio de verano y luego van dándose ‘atracones’, recuperando el doble del peso que han perdido”, apunta la doctora Susana Monereo, jefe de sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Getafe.
“Por lo general –añade- se acude al endocrinólogo cuando se han agotado todas las vías de adelgazamiento rápido y fácil, buscando el milagro que, por supuesto, no existe. Con frecuencia, cuando los pacientes llegan a nuestras consultas, tienen una obesidad resistente al tratamiento y, sobre todo, muy poca motivación, lo que hace aún más difícil dicho tratamiento”.
Según la doctora Monereo, “la valoración correcta del obeso es sencilla, pero no lo es la interpretación de los datos y las decisiones terapéuticas correctas. Así, no es lo mismo el tratamiento de un obeso joven que ha cambiado de vida dejando de hacer deporte que de una mujer tras el parto, que esté deprimida o que tenga diabetes. Cada persona tiene un tratamiento global que incluye diferentes pilares terapéuticos adaptados a cada caso: dieta, ejercicio físico y medicamentos”.
La obesidad es un problema de salud pública de primer orden, que está vinculada a la aparición de otras dolencias. “Favorece la aparición de muchas enfermedades, siendo éstas más frecuentes que en las personas con peso normal. Así, diabetes, hipertensión arterial o apnea del sueño aparecen 3 veces más en las personas con obesidad, mientras que la enfermedad coronaria, la artrosis y la gota se dan de 2 a 3 veces más”, explica el doctor Rubio. “Además, en la actualidad, ya existen evidencias de que la presencia de obesidad conlleva un aumento del riesgo de algunos tipos de tumores, como el cáncer de mama o de colon”.
No obstante, en España, se estima que más de la mitad de la población adulta tiene problemas de sobrepeso y casi nunca se acude a la consulta de Endocrinología, debido, en palabras del doctor Salvador, “a que aún hay falta de concienciación entre la población general sobre el hecho de que el sobrepeso y obesidad son un problema de salud, no de imagen ni de estética”.
Alimentación saludable en verano
Junto con la necesidad de adoptar una dieta saludable, equilibrada y mediterránea y realizar ejercicio físico de forma regular, existen una serie de consejos específicos para tener una buena alimentación en verano. “En verano se debe aumentar la ingesta de líquidos y aprovechar que, debido a las temperaturas, las frutas y verduras apetecen en mayor medida que en otras épocas de año”, explica el doctor Salvador. “Por lo demás, se debe continuar con la alimentación saludable propicia para todo el año en general: alimentación variada, evitar las grasas animales, ingerir alimentos con fibra, etc.”.