Los Grandes Duques de Luxemburgo confiaron a sus herederos, los príncipes Guillermo y Stephanie, el cariñoso recibimiento a pie de escalerilla en el aeropuerto de Findel, de la capital luxemburguesa.
María Teresa de Luxemburgo y Máxima de Holanda dieron brillo, color y encanto al apretado programa durante el primero de los tres días de visita oficial de los Reyes holandeses en el pequeño gran ducado
Máxima de Holanda siempre tiene un saludo y una sonrisa para sus admiradores.
Los grandes duques Enrique y María Teresa obsequiaron a sus invitados de honor con la tradicional bienvenida protocolaria que incluía un homenaje delante del Monumento de la Solidaridad Nacional.
© Corte Gran Ducal / Cyril Moreau / Bestimage
Anfitriones e invitados dieron un paseo por el centro histórico de la ciudad, considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
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La reina Máxima siempre tiene un saludo y una sonrisa para un admirador.
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Anfitriones e invitados posan con los niños de las flores para una foto para la posteridad.
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Los Grandes Duques de Luxemburgo y los Reyes de Holanda ante la ciudad.
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Anfitriones e invitados de honor ante la preciosa panorámica del pequeño gran ducado.
La Gran Duquesa luxemburguesa vistió como una de las grandes reinas de la elegancia la primera cita de la visita, emulando a Jackie Kennedy, con un abrigo rosa palo de raso, sombrero pillbox a juego y gafas de sol negras con forma de ojos de gato.
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Máxima de Holanda optó por un vibrante atuendo en clave de sol.
El calzado, que tal vez fuera de estreno, se le rebeló y le complicó de hecho algunos compromisos del día por las consabidas rozaduras.
Mientras el rey Guillermo Alejandro firma en el libro de honor del Ayuntamiento ante la mirada del gran duque Enrique y de la Alcaldesa, la gran duquesa María Teresa y la reina Máxima conversan amigablemente.
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Anfitriones e invitados visitaron el Ayuntamiento de la capital, donde fueron recibidos por la alcaldesa Lydie Polfer.
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La reina Máxima iluminó la noche con un vestido amarillo de Jan Taminiau y el resplandor de la tiara Stuart, mientras que la gran duquesa María Teresa y su nuera recurrieron a la gran firma Elie Saab para brillar.