Sofia de Suecia hace patrimonio en Sudáfrica
La Princesa adquirió un apartamento en el centro de Ciudad del Cabo el pasado noviembre, medio año después de anunciar su compromiso real, por alrededor de 140.000 euros
África lo mismo es objeto de desvelo de la realeza que de enorme satisfacción. Numerosas testas principescas guardan allí un pedazo de su corazón: el príncipe Guillermo de Inglaterra, un enamorado de sus grandes puestas de sol, de la naturaleza viva de los safaris y las selvas, así como de sus gentes; su hermano pequeño, el príncipe Harry, que regresa a menudo por los atributos del lugar y por su cruzada humanitaria; Charlene de Mónaco, oriunda del continente negro, y desde su colaboración para la fundación Project Playground, una organización dedicada a desarrollar proyectos humanitarios en zonas de necesidad como el continente africano, ahora también Sofia de Suecia.
Aunque ha tenido que abandonar su trabajo en la presidencia de la fundación al contraer matrimonio con el príncipe Carlos Felipe y convertirse en nuevo miembro de la Familia Real sueca, no solo ha seguido manteniendo sus lazos con África, sino que los ha estrechado haciendo patrimonio allí.
Figura en el Registro de la Propiedad de Sudáfrica, según ha publicado el rotativo Expressen, que la princesa Sofia compró un apartamento en el centro de Ciudad del Cabo el pasado 2 de noviembre de 2014, medio año después de anunciar su compromiso real y medio antes de su boda en la Capilla Real de Estocolmo, por 1,3 millones de coronas suecas que, al cambio, son alrededor de 140.000 euros. El piso, ubicado en una de las zonas más exclusivas de la ciudad sudafricana a sólo 250 metros del océano Atlántico, está registrado a nombre de soltera de la Princesa, Sofia Kristina Hellqvist, ya que la compra se efectuó antes de que se casara con el príncipe Carlos Felipe, aunque su registro se hizo efectivo el pasado 13 de marzo.
La vivienda, de 72 metros cuadrados, se encuentra en la segunda planta de un gran edificio residencial de 105 apartamentos a los que no le faltan comodidades: piscina, gimnasio, garaje y vigilancia las 24 horas del día. No es el único miembro de la Familia Real sueca que tiene propiedades en el extranjero. También el rey Carlos Gustavo es propietario desde 1997 de Villa Mirage en la Riviera francesa, que perteneció a su tío el príncipe Bertil, quien lo adquirió como residencia de verano. La portavoz de la Casa Real Margareta Thorgren ha preferido no comentar las razones de compra de la Princesa -bien como segunda residencia o bien simplemente como inversión-, pero los expertos califican las operaciones de la princesa Sofia y del soberano sueco como "sabio negocio". Sean cuales sean los motivos, la adquisición deja más que patente como ya ha admitido más de una vez -la última hace apenas una semana con motivo del Global Child Forum- que en África se siente "como en casa".