Victoria de Suecia 'eclipsa' a Sofía Hellqvist en su debut en los premios Nobel
La prometida del príncipe Carlos Felipe acude por primera vez al acontecimiento social más importante de Suecia
Los premios Nobel son para la Familia Real sueca uno de los actos más importantes del año. Como es tradición la ceremonia ha tenido lugar en el Konserthus de Estocolmo, pero esta vez el protagonismo no lo han tenido ni los premiados, ni el rey Carlos XVI Gustavo que reparte los galardones. Todas las miradas, que en un principio apuntaban a que iban a recaer en una debutante Sofía Hellqvist, han sido finalmente para Victoria de Suecia que estaba espectacular ocupando un lugar destacado como futura Reina.
Por primera vez en los premios Nobel parte de la Familia Real sueca se ha sentado en la primera fila del público, dejando el escenario reservado a los Reyes de Suecia y a la Princesa Heredera y su marido, a la autoridades y a los laureados. El príncipe Carlos Felipe y su prometida, y la princesa Magdalena y su marido, Chris O´Neill, se han sentado en esta nueva ubicación y desde allí han podido contemplar la ceremonia.
Con un voluminoso vestido rojo de escote palabra de honor, Victoria de Suecia estaba deslumbrante y muy en su papel de Princesa Heredera, luciendo sus distinciones reales y una gran cruz de diamantes sobre el pecho. Sentada en el escenario -decorado con flores de múltiples tonalidades- a la derecha de su padre, encargado de presidir la ceremonia junto a la Reina Silvia, y junto a su marido el príncipe Daniel.
Aunque desde que anunciaron su compromiso el pasado mes de junio la pareja ha acudido a algunos actos oficiales -entre ellos el primer acto de gala de Sofía Hellqvist-, la ceremonia de los Nobel es reconocido como el acontecimiento social del año en Suecia. En esta velada, además de estar presentes la Familia Real y los laureados, acuden miembros del Gobierno sueco, autoridades y representantes del mundo empresarial y cultural.
Así que para la prometida de Carlos Felipe de Suecia este acto ha sido su primera gran puesta en escena, para lo que ha elegido un diseño en seda duquesa con trasparencias y aplicaciones bordadas a mano, en tonos berenjena, para ocupar su nuevo lugar dentro de la Casa Real sueca al lado de su 'príncipe azul'.
Al lado de los prometidos en la primera fila de la sala de conciertos se han sentado la princesa Magdalena y su marido Chris O´Neill. La hija pequeña de los Reyes de Suecia, que ha sido madre este año, ha acudido con un vestido construido sobre capas de organza y tul italiano en tonos de rosa palo, con cristales en tonos marrón y burdeos bordados a mano, una tiara de la colección real y los pendientes de amatistas.
El rey Carlos Gustavo se ha encargado de entregar los galardones a Eric Betzig, Stefan W. Hell y William E. Moerner (Química); Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura (Física); John O'Keefe, May-Britt Moser y Edvard I. Moser (Medicina); Patrick Modiano (Literatura) y Jean Tirole (Economía), en un acto en el que la música ha tenido una presencia importante con el concierto de la Real Orquesta Filarmónica, bajo la dirección de B. Tommy Andersson, y cantante solista Elin Rombo.
Como es tradición esa misma mañana en el ayuntamiento de Oslo se había otorgado el premio Nobel de la Paz. Una cita en la que han tenido un destacado protagonismo la Familia Real noruega. Los reyes Harald V y Sonia, acompañados por el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit recibieron esta mediodía en una breve audiencia en el Palacio Real a los dos galardonados de este año, la adolescente paquistaní Malala Yousafzai y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, el indio Kailash Satyarthi.
"¡Qué agradable tenerte de vuelta otra vez en Noruega!", le dijo a Malala el Príncipe Heredero, recordando que la ganadora más joven, a sus 17 años, del premio había estado el verano pasado de visita en Oslo, un par de meses antes de que el Comité Nobel noruego la distinguiera a ella y a Satyarthi por defender los derechos de los niños.
La Familia Real presidió después la ceremonia de entrega, en la que los galardonados enviaron un mensaje a favor del acceso a la educación para todos los niños del mundo y contra la explotación infantil. En el acto se mezcló música noruega, hindú y paquistaní, y contó con varios momentos especialmente emotivos, como cuando Malala recordó el tiroteo que sufrió hace dos años en su país natal a manos de un grupo de talibanes, que casi le costó la vida y la obligó a ser trasladada de urgencia al Reino Unido, donde reside desde entonces.
Los reyes y los príncipes herederos no fueron los únicos miembros de la Familia Real que participaron en las actividades del Nobel. La princesa Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus, acompañados por su madre, estuvieron junto a miles de niños noruegos en el exterior del Centro del Nobel de la Paz. Los jóvenes príncipes se mostraron muy pendientes a las preguntas que otros niños hacían a los premiados, que se encargaron de defender la importancia de la educación para todos los niños del mundo.