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Victoria de Suecia era por derecho propio la protagonista del día, pero ha sido difícil resistirse a las gracias de su hija, la princesa Estelle, que ha acabado convirtiéndose en la gran atracción de la tradicional celebración de la onomástica de su madre. La pequeña, que con tan sólo dos añitos triunfa en cada una de sus apariciones oficiales, volvió a acaparar los flashes a las afueras del Palacio Real en Estocolmo.
Era el santo de la princesa Victoria, pero la pequeña Princesa le robó todo el protagonismo mostrándose al mundo como una preciosa muñeca vestida de verde, en lugar de azul como dice la canción. La Princesita lució para la especial ocasión un abriguito jaspeado con capota a juego de Pili Carrera, firma de moda infantil española, que ha vestido con anterioridad a las hijas de la reina Máxima para la Coronación del Rey Guillermo Alejandro. La pequeña Estelle estaba además muy bien abrigada con unos guantes y leotardos de lana de color marfil y unas botitas forradas de piel.
Durante la ceremonia, se comportó impecablemente, pero sin perder ni un ápice de su simpatía y espontaneidad, tanto en el podio junto a sus padres como en la explanada de entrada a palacio y finalmente en brazos del príncipe Daniel. La niña hizo las delicias de todos y fue fotografiada bailando, aplaudiendo, curioseando y riendo, mientras la banda de música del Ejército interpretaba varias piezas en honor de su mamá, que de acuerdo a la tradición fue homenajeada con redobles de tambores y flores.
El pequeño concierto incluyó la Marcha festiva princesa Victoria, una pieza compuesta por Mats Janhagen, director de la banda y que fue interpretada por primera vez cuando la Heredera sueca cumplió 18 años. Mientras tocaban la última pieza, la Fanfarria Victoria, los componentes de la banda y los guardias se acercaron a entregarle ramos de flores a la princesa Victoria, que luego recibió las felicitaciones de las decenas de curiosos que se habían acercado a palacio.