La Familia Real sueca al completo celebra los 40 años de reinado de Carlos Gustavo de Suecia
Ha sido un año de grandes alegrías para la Familia Real sueca: a la Boda Real de Magdalena de Suecia con Chris O'Neill y al reciente anuncio oficial del embarazo de la Princesa, se han sumado de un plumazo otras cuarenta más. Y es que los Bernadotte celebraban el pasado fin de semana los cuarenta años en el trono del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. Tal día como hoy, un 15 de septiembre de 1973, el entonces Príncipe accedía al trono tras la muerte de su abuelo, el rey Gustavo VI Adolfo, aunque la ceremonia oficial de coronación no se celebró hasta pasados varios días. "Creo que nadie puede entender lo que supone para uno personalmente una tarea como esta", recordaba Carlos XVI Gustavo en una entrevista con Radio de Suecia al recordar lo que sintió cuando subió al trono a los 27 años.
El programa de actos comenzó el viernes con la inauguración de la exposición Cuarenta años en el trono, cuarenta años por Suecia en el Salón del Reino del Palacio Real de Estocolmo. Una pieza especialmente compuesta por Mats Janhagen abrió el acto, al que acudió toda la familia, a excepción de Chris O´Neill, que se unió a los actos conmemorativos al día siguiente. "El Rey es un símbolo para todo el país, una figura aglutinadora que está por encima de la política y de los intereses especiales", dijo en su discurso Svante Lindqvist, Jefe de la Casa Real, antes de que la superintendente Margareta Nisser Dalman presentara la muestra, que recoge varios objetos y fotografías relacionados con las cuatro décadas en el trono del monarca. Una de sus hermanas mayores, la princesa Cristina, fue la encargada de pronunciar otro discurso y dar por inaugurada la exposición.
Ya con Chris O'Neill en la comitiva real -Sofia Hellqvist, la novia del príncipe Carlos Felipe, no fue invitada por no estar aún comprometidos-, la Familia Real sueca acudió el sábado a una cena en el Museo Nórdico, organizada por el Gobierno sueco, aunque también estuvieron representantes de la Suecia oficial. El soberano llegó de la mano de su mujer, la reina Silvia, deslumbrante con un vestido largo rosa fucsia tornasolado con estampado floral. No se quedaban atrás en elegancia sus hijas: La princesa Victoria se decantó para la ocasión por un sofisticado look de cuerpo blanco con cinturón negro y falda negra de lentejuelas hasta el suelo y clutch blanco y negro, mientras que la princesa Magdalena, que vestía de gala por primera vez su estado de buena esperanza, lució un vestido verde petróleo de corte imperio y escote en V con un bolero ocre con remates de lentejuelas y clutch marrón de Bottega Veneta.
La Princesa era la viva imagen de la felicidad, al igual que su marido, y por extensión el resto de la familia, ante la futura llegada de un nuevo Bernadotte, que según ha confirmado el abogado del Rey recibirá el título de Príncipe o Princesa y el tratamiento de Alteza Real. El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, dio un discurso en honor del monarca. Tras la escena, el siguiente punto de la jornada fue un concierto en el Konserthus, organizado en este caso por el Parlamento sueco y con su presidente, Per Westerberg, como anfitrión. En un programa de corte ecléctico, actuaron entre otros la Real Filarmónica y músicos suecos como Lisa Nilsson, Elin Rombo, Sofia Karlsson, Malena Ernman, Danny Saucedo, Daniel Johansson y Nils Landgren.
Las celebraciones de ayer comenzaron con un Te Deum en la capilla del Palacio Real, oficiado por el obispo emérito Lars-Göran Lönnermark y por el pastor Michael Bjerkhagen, de la parroquia de la Corte. La ocasión volvió a poner de manifiesto los estrechos lazos que unen a la realeza escandinava. Y, junto a la Familia Real sueca, estuvieron presentes la reina Margarita de Dinamarca y el príncipe consorte Henrik y los reyes Harald y Sonia de Noruega. A todos ellos se unieron miembros del Parlamento sueco, autoridades provinciales y locales y representantes del mundo empresarial y de diversas asociaciones. Miles de personas se concentraron luego junto al Palacio Real para felicitar al monarca con gritos de hurra en una jornada de fiesta popular. "Es maravilloso y acogedor, algo que voy a recordar el resto de mi vida", dijo el Rey en agradecimiento por el homenaje popular desde el balcón. Otro de los actos conmemorativos programados para marcar los cuarenta años de reinado del soberano en el que volvió a estar arropado por toda la familia, incluida esta vez la princesa Estelle, que se mostró muy risueña, agitando una bandera sueca y saludando a la gente con la mano. Tras un brindis lanzado por Sten Nordin, alcalde de Estocolmo, comenzó la fiesta.
Fue el propio Rey el encargado de abrir las puertas de palacio para inaugurar Baile en Palacio, una fiesta con música en vivo a la que estaban invitados todos los suecos. El monarca no quiso ser menos y dio ejemplo abriendo el baile con su esposa, la reina Silvia. El broche de oro de estas celebraciones. Y si cuarenta parecen bastantes motivos de alegría, ahí van otros cuarenta más. La Familia Real sueca tuvo ayer motivo para una doble celebración: no solo Carlos XVI Gustavo celebraba cuatro décadas en el trono, su yerno, el príncipe Daniel, cumplía también 40 años.