Todo se sabe de las salidas y viajes públicos de los miembros de la realeza, de los que se da cumplido anuncio en la agenda oficial y logran enorme repercusión en la prensa mundial, pero otra cosa son sus salidas y viajes privados, que se preparan en secreto y con sumo sigilo para que no trasciendan. Casi lo consigue Victoria de Suecia, que hizo el pasado fin de semana una breve escapada a Marbella en familia y junto a una pareja de amigos, Sandro y Susanne Catenacci.
La visita de los príncipes Victoria y Daniel con su hija, princesa Estelle, fue breve, pero intensa: sacaron tiempo para hacer deporte, irse de compras y caminar por el paseo marítimo. Ni el príncipe Daniel, ni la niña, destinataria de la mayoría de las bolsas, la acompañaron durante la sesión de tiendas por el centro de la ciudad marbellí. La Heredera, que vistió cómoda para su jornada de compras -polo blanco, pantalón vaquero y bailarinas oscuras-, estuvo acompañada por su amiga Susanne, que se decantó por un conjunto de twin set marrón que conjuntó, como la propia princesa Victoria, con jeans y bailarinas, así como también por su escolta de cuatro guardaespaldas, que eran los que más se hacían notar.
Uno de los establecimientos en los que se vio entrar a la Princesa fue la tienda de ropa infantil La Mecedora. Tras haber mirado el escaparate y haber curioseado el género en el interior, pidió en inglés a las vendedoras que le mostraran ropa para la edad de la princesa Estelle, que ha cumplido nueve meses. Trajecitos de inspiración clásica con adornos de encaje, volantes, lazos... cubrieron el mostrador y encantaron a la Princesa. Y después, feliz y contenta con sus adquisiciones, trató de perderse de nuevo por las calles de Marbella. Pero sin éxito.
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