La felicidad siempre aflora. Y ahora que la princesa Magdalena ha anunciado su compromiso con su novio Chris O’Neill y su próxima boda para el verano de 2013 salta a la vista más que nunca en el seno de la Familia Real sueca. Las sonrisas de siempre ya eran más amplias a raíz del nacimiento de la princesa Estelle, que el próximo mes de febrero va a cumplir su primer año, y hoy lo son incluso más desde el feliz anuncio de la hija pequeña de los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia.
Tras las primeras reacciones, las primeras apariciones públicas de los miembros de la Familia Real. Como toca, muy guapa -lució para la ocasión un traje de chaqueta y falda en plata y blanco, que combinó con un top de satén negro, de la firma sueca Hunkydory- y encantada, se vio este fin de semana a la princesa Victoria, que fue la encargada de inaugurar el pasado sábado el nuevo estadio nacional de Suecia, bautizado como Friends Arena: "Espero que este nuevo estadio nos dé muchas actividades emocionantes, divertidas y bonitas, además de magníficas prestaciones durante muchos muchos años", dijo en su discurso la Heredera sueca, que estuvo acompañada por su esposo, el príncipe Daniel, probablemente futuro espectador habitual del nuevo estadio como hincha del AIK, su equipo de fútbol favorito.
Un momento sueco
La pareja llegó sobre las 20:00 horas y posó brevemente para los fotógrafos en la alfombra amarilla (a juego con el logotipo de Friends Arena) justo antes del comienzo del espectáculo inaugural, Un momento sueco, que incluyó proyecciones de vídeo de competiciones deportivas y de paisajes suecos, así como actuaciones de conocidos artistas nacionales, encabezados por el dúo Roxette y por Loreen, la última ganadora del festival de Eurovision. A la gala, dirigida por el director de cine británico afincado en Suecia Colin Nutley y que fue retransmitida en directo por la televisión pública SVT, asistieron 45.000 personas, entre ellas políticos y otras personalidades.
El Friends Arena, localizado en Solna (norte de Estocolmo) y que cuenta con un techo retráctil, sustituirá al estadio de Råsunda, donde se jugó la final del Mundial de fútbol de 1958. Su estreno llegará en dos semanas, cuando se enfrenten las selecciones de Suecia y de Inglaterra.