Lleva viviendo desde hace dos años en Nueva York y allí Magdalena de Suecia disfruta de su nueva vida al lado de Chris O’Neill, con quien convive desde principios de año. Viven como cualquier pareja, a diferencia de que cuando los compromisos de la corte escandinava la reclaman, acude como la princesa que es. El último de ellos fue hace poco más de una semana, cuando se desplazó hasta Washington para asistir junto a su madre a una cena de gala organizada por la Mentor Foundation International, una ONG que trabaja para prevenir el uso de drogas en niños y jóvenes.
Vestida con vaqueros, sandalias planas, un foulard de estampado animal y con gafas de sol, como una princesa moderna y no de cuento, vimos a la hija pequeña de los Reyes Carlos Gustavo y Silvia paseando por las calles de la Gran Manzana de la mano de su novio, que la acompañó a un centro de manicura, para ir después a comprar a una tienda de alimentación.
Chris O’Neill ya se ha convertido en uno más dentro de la Familia Real sueca. El primer acto de estado al que asistió fue en el bautizo de la princesa Estelle y después, también estuvo celebrando el 30 cumpleaños de la Princesa junto al resto de la familia.
La Princesa se mudó a Nueva York para trabajar como responsable de proyectos en la Fundación Childhood (creada por su madre), después de romper son su novio de toda la vida, Jonas Bergström, y allí ha rehecho su vida al lado de este corredor de bolsa de 35 años, con el que ha encontrado la estabilidad. ¿Volverá a ser Suecia un escenario de boda real pronto? Sólo el tiempo dirá y ya se sabe, que las cosas de palacio van despacio.