Toda vuelta a casa después de haber pasado mucho tiempo fuera siempre es emocionante. Pero para Daniel Westling ha supuesto, además, regresar convertido en príncipe de Suecia. Miles de personas se reunieron este jueves en la localidad de Ockelbo, en el centro del país escandinavo, para recibir a su ciudadano más ilustre. El esposo de la princesa Victoria ha realizado su primera visita oficial a su villa natal desde que hace casi un año contrajera matrimonio con la Heredera, quien le acompañó en esta ocasión.
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Los príncipes llegaron en tren desde Estocolmo, y los aplausos surgieron de forma espontánea cuando salieron del azul vagón real dispuestos a cumplir con una agenda muy completa para ese día. Tras ser recibidos con aplausos, vítores y flores por los habitantes de la localidad, Victoria y Daniel se trasladaron a la plaza mayor de Ockelbo, donde se celebró una fiesta. Un grupo de niños de las escuelas locales deleitaron a los asistentes con canciones populares, y tanto el príncipe como la princesa no pudieron evitar acompañarlos desde su sitio al oir algunos conocidos temas de Pippi Calzaslargas.
"Estoy completamente abrumado, por no decir conmovido. Es un recibimiento fantástico" declaró el príncipe Daniel, que tuvo ocasión de disfrutar junto a su esposa de un almuerzo en su antigua escuela, donde se encontró con un antiguo compañero de su clase, Magnus Jonsson, ahora concejal.
El resto del día lo dedicaron a visitar la librería de Ockelbo, una residencia para la tercera edad y un par de empresas, antes de acercarse al cercano castillo de Gävle, donde el gobernador Barbro Holmberg ejerció de anfitrión en una cena ofrecida en su honor y a la que también fueron invitados varios dignatarios locales. Victoria y Daniel estarán en Ockelbo y Gävle hasta el próximo sábado.
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