Atrás quedaron los difíciles momentos que Magdalena de Suecia vivió después de la polémica ruptura de su compromiso matrimonial con Jonas Bergström y ahora, el rostro de la Princesa irradia una felicidad que hacía mucho tiempo que no mostraba. ¿El motivo? Pues no es ni más ni menos que la nueva vida que lleva en Nueva York junto a la persona que ahora ocupa su corazón, Chris O’Neill, un financiero de 36 años que le ha devuelto la sonrisa y las ganas de volver a creer en el amor.
Más bella que nunca y con un espectacular vestido de bordados dorados y falda de gasa blanca, Magdalena acudió junto a su madre, la reina Silvia, a la Cena de Gala de Primavera celebrada por la Fundación Childhood, una organización fundada y dirigida por la soberana sueca y para la que la Princesa trabaja desde hace casi dos años. Madre e hija derrocharon 'glamour' y elegancia a su llegada a la casa de Deerfield Beach (Florida) de los principales benefactores del acto Per-Olof, cónsul honorario de Suecia, y su esposa, Åsa-Lena Loof, que se mostraron encantados con su visita. "Mi esposa y yo nos sentimos honrados de acogerlas en nuestro en hogar. Es un privilegio contar con invitados tan distinguidos para recaudar fondos para la fundación y ayudar a que los niños de todo el mundo tengan un futuro mejor", declaró Per-Olof.
La Reina, que causó sensación con este original vestido de color frambuesa, se mostró muy emocionada del gran éxito del evento solidario y recordó que todos los beneficios recaudados irán destinados íntegramente a los proyectos infantiles que su fundación lleva a cabo tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, entre ellos el Children’s Harbor de Pembroke Pines (Florida) y la Kristi House de Miami. El optimismo reinó en la fiesta benéfica, pero la apretada agenda en Florida de las damas reales no había acabado y ofreció otras ocasiones para confirmar que la princesa es la viva imagen de la felicidad. Madre e hija volvieron a lucir su mejor sonrisa cuando visitaron escasas horas después de esta velada a los feligreses de una iglesia Congregacional, esto es, cristiana protestante de origen calvinista, en Boca Ratón. Corren buenos tiempos.